Hace poco más de cinco meses que se inició el confinamiento en México y conforme se han ido tomando medidas adicionales para resguardar la salud de la población, se han visto afectadas negativamente las tasas de empleo y el crecimiento económico.
A nivel individual la población, y en particular las mujeres trabajadoras han tenido que dedicar más tiempo a los trabajos de cuidados, otras más han buscado formas de aportar un ingreso adicional para apoyar la economía familiar y cubrir así las necesidades de sus integrantes.
A partir de mi experiencia en la implementación de programas de emprendimiento femenino, se ha demostrado que uno de los factores que inciden en la definición de la misión y la visión de los y la puesta en marcha de sus negocios, es el reconocimiento del valor personal que hacen las mujeres. Lo que para mí es el verdadero empoderamiento femenino.
Una vez que cada mujer se reconoce a sí misma como valiosa, capaz de crear y operar un emprendimiento, logra la excelencia. Es por ello que, hay que saber bien dónde poner la energía y enfoque porque es en eso donde se convertirán en expertas. John Maxwell dice que si dedicamos una hora diaria a cualquier tema de interés, en cinco años podremos lograr ser expertas; y yo aquí les recuerdo que “somos lo que hacemos todos los días”. Así que lo mejor es enfocarnos en aquello que nos generará crecimiento y nos permitirá lograr la excelencia.
Para lograr el verdadero enfoque y planear la vida que se quiere es fundamental tener en claro dos factores: 1) la razón de ser o propósito de vida, o lo que los japoneses llaman Ikigai y 2) las metas que se desean alcanzar. El propósito de vida es la intersección de lo que amas, de lo que haces bien o eres bueno, de aquello por lo que te pueden pagar y de lo que el mundo necesita de ti. En suma, lo que le da sentido al desarrollo personal.
Algunas preguntas que te pueden ayudar a descubrir tu propósito de vida, que te ayudarán a alinearlo con tu nueva realidad y reenfocar, reinventar o definir desde cero tu emprendimiento son: ¿a quiénes sigues?, ¿quiénes son tus role models?, ¿qué es importante en tu vida y te pasiona?, ¿qué disfrutas hacer en tu tiempo libre?, ¿qué puedo compartir al mundo? ¿en qué invierto mi dinero y cómo lo gasto?.
Cuando se tiene mayor claridad del propósito se pueden definir metas, y si ya se habían definido tanto a nivel personal como en el emprendimiento o negocio, será fundamental revisarlas y de ser necesario, replantearlas. Una adecuada alineación entre el plan de vida y las metas es clave para tener éxito en el emprendimiento.
Finalmente, hay que estar conscientes que la incertidumbre está ahí, en el día a día; en estos momentos es más visible dada la situación que se vive a nivel nacional y en el mundo; la sugerencia ante todo es no enfocarse en el futuro incierto, agradecer por todo lo bueno y las oportunidades de reflexión que se tienen; aprovechar esos momentos de reflexión para autoconocerte y definir tu nueva realidad (acorde a tu razón de ser) y transforma obstáculos en oportunidades.
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