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No tomar los estados de ánimo de tu pareja en forma personal. Recordar que vendrán

días mejores.

Tratar de aclarar los problemas escuchando al otro y haciendo preguntas. Hablar de manera que tu pareja no se sienta mal.

Cuidar el aspecto externo,  pues para conservar la sexualidad y la intimidad hay que seguir siendo atractiva aún en la edad madura.

Platicar con buenos modales y aprender a controlar el enojo. No despreciar ni ofender jamás a tu pareja, pues hacerlo es la forma más segura de destruir la relación.

Aprender expresar cariño sin connotaciones sexuales, pues el contacto físico y la ternura son fundamentales. Darse un beso cada vez que entren o salgan de casa.

Conservar una cierta privacidad, porque sin ella no podrán mantener la fascinación mutua en lo afectivo o en lo sexual.

No esperar sentir amor enseguida, lo mejor es aguardar y pensar en las cualidades que te atrajeron de tu pareja al principio.

Preservar los sentimientos a través de actitudes comunes no rutinarias. No hay nada mejor para sus relaciones que nuevas experiencias.

Aprender a “pelearse” en forma honesta y sin destruir el amor, no atacar al otro por su carácter y no negar los propios sentimientos.

Dar a los problemas su verdadera dimensión, pues hay asuntos importantes y otros que son triviales.

TIPOS DE AMOR:

Los que experimentan desde niños la necesidad de amar y ser amados, son apasionados.

Los que dan poca importancia a lo sentimental y pasional no viven esas experiencias con intensidad.

Los que viven dentro de un caparazón protector cambian continuamente de pareja.

Los que son capaces de sentimientos más profundos y delicados,  pero no saben expresarlos, se  han enamorado sin ser correspondidos.

EL AMOR AL PRÓJIMO.

Acuérdate de que el amor al prójimo es el secreto de nuestra felicidad.

Busca tu propia verdad y no obligues a nadie a que piense como tú. No hables mal de nadie, no tengas rencores ni cultives odio en tú corazón, pues no te gustaría que los demás lo hicieran.

Ayuda a todos sin condición, pues el que ayuda al prójimo está  ayudándose realmente a si mismo.

Finalmente, piensa bien de todos y discúlpalos, y sentirás en la alegría de vivir bien la mayor felicidad de tu vida.