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Por lo general cuando nos proponemos desear algo a los demás, siempre mandamos abundancia en salud, amor, dinero, satisfacciones, bienaventuranzas, en fin  cero carencias, pues es lo que en realidad queremos que reciba esa tan querida persona.  

Si en cambio al desear algo, dijéramos "Te deseo lo suficiente", enfocaríamos nuestros mayores ahíncos para que, la otra persona tenga una vida llena de sólo y necesariamente lo indispensable para ser feliz, esas son las pequeñas grandes cosas de la vida, tan simple y llano como el cantar de un ave, o el sencillo clamor  de un sincero “te quiero”.

Por eso en esta ocasión, me encantaría que pusiéramos especial atención a las siguientes recomendaciones…

"Te deseo que tengas suficiente sol para mantener tu espíritu brillante",
"Te deseo suficiente lluvia para que aprecies aún más el sol",
"Te deseo suficiente felicidad para que tu alma esté viva"

"Te deseo suficiente dolor para que las pequeñas alegrías de la vida parezcan más grandes"
"Te deseo que tengas suficientes ganancias que satisfagan tus necesidades"
"Te deseo suficientes pérdidas para que aprecies todo lo que posees."
"Te deseo suficientes bienvenidas para que logres soportar las despedidas".

Y como dijo alguna vez Confucio:

“¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir”.

La cita bíblica de la semana podría ser:

Lucas 12:15

Y les dijo: ¡estén atentos y cuídense de cualquier codicia, que, por más rico que uno sea, la vida no depende de los bienes!

Dios  dé lo suficientemente bueno en tu vida para que seas realmente feliz y puedas reflejar en tu rostro esa belleza que inigualablemente  contagie a los demás.

Hasta el próximo martes.