Idea a cargo de Francisco XavierBasada en un artículo de Kerby Anderson__________________________________Al contrario de la sabiduría convencional, la cohabitación puede resultar dañina para el matrimonio así como para las parejas y sus hijos. Un estudio basado en la Encuesta Nacional de Familias y Hogares halló que matrimonios que tuvieron una cohabitación previa tenían una probabilidad de hasta 46% mayor de divorciarse que los que no habían cohabitado. En base de esta encuesta y un estudio de estudios anteriores, los autores concluyeron que el riesgo de que se rompa el matrimonio luego de una cohabitación “está comenzando a asumir la condición de una generalización empírica”.Algunos han intentado sostener que la correlación entre la cohabitación y el divorcio es artificial, porque las personas dispuestas a cohabitar son poco convencionales y están menos dedicadas al matrimonio. En otras palabras, la cohabitación no produce el divorcio sino que está asociada con él simplemente porque la misma clase de gente está involucrada en ambos fenómenos. Sin embargo, aun cuando se controla cuidadosamente en la estadística este “efecto de selección”, sigue habiendo un “efecto de cohabitación”.Los matrimonios se mantienen unidos por un compromiso mutuo que no se encuentra en la mayoría (o en ninguna) de las relaciones de cohabitación. Los integrantes de las parejas que conviven valoran la autonomía por sobre el compromiso y tienden a estar menos comprometidas que las parejas casadas con la continuación de su relación.Un estudio halló que “convivir con una pareja romántica antes de casarse está asociado con un apoyo y un comportamiento más negativos y menos positivos en la solución de problemas durante el matrimonio”. La razón es simple. Como hay menos seguridad de un compromiso de larga duración, “puede haber menos motivación para parejas que cohabitan para desarrollar sus habilidades para resolver conflictos y de apoyo”.{12}Las parejas que conviven, sin embargo, pierden más que sólo los beneficios del matrimonio. Las tasas anuales de depresión entre parejas que conviven son más de 3 veces las de las parejas casadas.{13} Las personas que cohabitan tienen una mayor probabilidad de ser infelices en el matrimonio y una mucha mayor probabilidad de considerar el divorcio.Las mujeres que están en relaciones de cohabitación tienen el doble de probabilidad de sufrir abuso físico o sexual que las mujeres casadas.{15} Otro estudio encontró que las mujeres en relaciones de cohabitación tienen una probabilidad nueve veces mayor de ser muertas por su compañero que las mujeres de relaciones matrimoniales.La cohabitación es especialmente dañina para los hijos. En primer lugar, algunos estudios han hallado que los niños que viven con una madre y su pareja no casada tienen significativamente más problemas de comportamiento y un desempeño académico menor que los niños de familias intactas. En segundo lugar, existe el riesgo de que la pareja se separe, creando todavía más dificultades sociales y personales. En tercer lugar, muchos de estos niños no nacieron de la relación actual, sino de una unión previa de uno de los adultos de la pareja, generalmente la madre. Vivir en una casa con una madre y un novio es una situación endeble, en el mejor de los casos. Las demandas legales de sostén para los hijos y otras fuentes de ingresos familiares están ausentes.Continuará con: "La cohabitación y la Biblia".
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