Publicado por Rosario Guerra el 2 de Julio de 2009 a las 11:29am
La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación…es la “cosa pública”…todos podemos participar…según las reglas… que se elaboran en el Congreso, que a su vez es una junta, una asamblea, y aunque México no es parlamentario, a raíz de nuestros avances democráticos, el Poder Legislativo es un actor que define la marcha del país y del gobierno.Pocos conocen sus alcances y sus funciones, mucho menos su evolución. En la nueva cultura de transparencia y rendición de cuentas, este Poder, concebido como órgano de control en la teoría clásica, debe ser evaluado por metodologías que reflejen su importancia y la forma en que un órgano colegiado toma acuerdos que impactan a toda la nación. Debe también abrirse al escrutinio ciudadano y mejorar sus prácticas para que las leyes realmente puedan ser marco de la convivencia social.Las funciones del Legislativo son la de Control, la Legislativa, la de Representación, la Jurisdiccional y la Político-administrativa. En un renovado esquema de transparencia también al Legislativo hoy se le piden cuentas y los legisladores emiten reportes, crean sus propias Contralorías internas y publican informes, mientras medios y expertos realizan estadísticas de asistencias, iniciativas, votaciones, viajes, gastos, ingresos, sueldos, personal, entre otros muchos temas. Pero ¿sirve esta simplificación? ¿Cómo evaluar realmente el trabajo de nuestro Congreso?Por su pluralidad es el foro político por excelencia en cualquier régimen democrático. Sin embargo, a nivel popular, en México y en el mundo, los legisladores son vistos con reservas, ¿qué decir de las fotos dormitando en la curul? ¿Qué de las tomas de tribunas? ¿Qué de las acusaciones de que no se deja gobernar al Ejecutivo? ¿Qué de sus salarios e inasistencias? ¿Del turismo legislativo? Hay hasta el dicho popular de que la diputación dura tres años…y la vergüenza toda la vida. Pero todo interesado en la “cosa pública”, alberga dentro a su diputadito.En un órgano colegiado de 500 integrantes… ¡no hay secretos!...aunque su reglamento ordene que el presupuesto del Congreso se deberá tratar en sesión secreta para su autorización, lo cierto es que la transmisión a los medios electrónicos nunca se ha bloqueado. Los gastos de diputados y personal siempre se considerarán excesivos por la opinión pública, aunque 470 diputados deben asistir a las sesiones en el centro para cumplir sus funciones. No les quede duda de que lo que a uno se otorga a todos corresponde. Es decir, no se puede gastar discrecionalmente porque todos conocen lo que los coordinadores parlamentarios acuerdan para atender el trabajo legislativo y político.El alma del Congreso está en sus Comisiones Legislativas. Hay Comisiones Especiales y de Investigación, según lo apruebe el pleno, o lo marque su Ley Orgánica, y hay Comités, pero donde se toman las decisiones que después se someterán al pleno para su aprobación o rechazo, es en Comisiones Legislativas. Estas se integran por 30 legisladores, según representación de cada fracción parlamentaria. Los integrantes se seleccionan por su experiencia para integrar una Comisión, destacan la de Gobernación, la de Hacienda, la de Presupuesto, la de Relaciones Exteriores, la de Justicia, en fin. Hoy no hay mayorías en las Comisiones, se tienen que conformar por alianzas, y éstas dependen de las iniciativas que se vayan a dictaminar en la sesión correspondiente, por lo cual un aliado de hoy puede ser un oponente mañana. Es ahí donde debe centrase una evaluación.En estas sesiones, que pueden o no ser públicas, invitan a especialistas, a servidores públicos, a ONG´s, se analizan las iniciativas, se corrigen, complementan, modifican en distintos sentidos y se vota un dictamen. Dicho documento se somete a la decisión del pleno. Cuando se discute en el pleno, ya los legisladores de la Comisión saben causas y argumentos de la discusión, que será ya de cara a la opinión pública. El pleno no es el lugar de toma de decisiones, sino de su justificación, salvo casos de excepción.Es más fácil hacer leyes que gobernar. Siempre se mantiene una relación difícil entre el Legislativo y el Ejecutivo. Este último debe someter su presupuesto, su plan de desarrollo y su monto de deuda pública, el nombramiento de embajadores y otros servidores públicos, de acuerdos y tratados internacionales, sus ingresos de impuestos, derechos y aprovechamientos, entre otros muchos temas, al Congreso. Esto es motivo de encuentros y desencuentros entre los Poderes, lo cual puede generar controversias constitucionales ante el Poder Judicial.Y por eso, siempre vivirá el Legislativo de cara a la nación, ventilando acuerdos y desacuerdos. Sus legisladores están obligados a escuchar distintas posturas y resolver conflictos de intereses, para promulgar leyes que hagan prevalecer el interés de la nación y el bienestar de las mayorías y no de grupos, por muy influyentes que sean. Esa es la labor del cabildeo, el conseguir información e interlocución con actores serios con intereses muy claros, que pueden acercarse a plantear opciones para mejorar medidas regulatorias. La decisión en un órgano colegiado difícilmente puede responder a intereses que socialmente no sean válidos. Y usted ¿Cuántas veces ha acudido a su diputado? ¿Ha encontrado respuesta?
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Gracias muchas gracias por compartir con nosotras tus conocimientos, estare atenta, para aprender más de todo lo relacionado con las Politicas, de mi hermoso país.
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Rosario
Gracias muchas gracias por compartir con nosotras tus conocimientos, estare atenta, para aprender más de todo lo relacionado con las Politicas, de mi hermoso país.
Gracias.