CUMPLIR AÑOS Y…

 

Con motivo de mi cumpleaños, escuché desde muy temprano “Las Mañanitas”,  y me generó todo un alud de recuerdo y emociones…. Pero también de reflexiones.

Así, cumplir años representa entre muchas otras cosas emprender una reflexión retrospectiva y profunda, y preguntarnos que ha sido de nuestra vida, metas trazadas, sueños,  pendientes, y en fin, repasar quiénes somos, qué hacemos o queremos hacer.

En mi caso, por ejemplo, tendría que preguntarme primero ¿Quién es Martha Chapa? y aunque quizá no pueda responderla del todo, si estoy consciente de esa gran responsabilidad, no sólo personal sino también social que he tenido y tengo. En todo caso, he tratado de poner siempre ese empeño en crecer integralmente, en dar lo mejor de mí.

He vivido también de cerca todos los sentimientos: la alegría, la tristeza, el desvelo, la certeza, la euforia. Y son inconmensurables los trabajos que he pasado para formarme como ser humano, como madre, pintora o ciudadana.

Por eso, en este día tan especial de mi vida,  decidí compartir con ustedes, esperando no aburrirles, la historia acerca del porqué empecé a pintar manzanas pues me lo preguntan mucho: Mi padre, un médico que  solía llegar tarde por las noches a la casa, ya que atendía a muchos enfermos, pensaba que  una manera de expresarme su cariño, y compensar tanto tiempo fuera de casa era llegar con una bolsa de lustrosas manzanas que compraba en la frutería “La Victoria”. Las ponía al lado de mi buró. Y por las mañanas cuando me despertaba, sentía una enorme felicidad al encontrarme con esa roja señal de sus cuidados y amor fraternal. Con el tiempo, como por arte de magia, se hicieron presentes en todas y cada una de mis pinturas, a la vez que incursioné en otras disciplinas. Por eso pinto, cocino y escribo, además de compartir mis sueños, plásticos y gastronómicos, con todas y todos.

Si hablo de mi pintura, les confieso que sin buscar “La Manzana”, tuve la fortuna de encontrar ese símbolo con el que tanto me identifico. Vino a mí, como les comentaba, a través de mi Padre que me las obsequiaba cuando era niña.

¡Cuántos trabajos y trajines; cuánta lucha por construirme, por darme a luz a mí misma, para conformarme!

He tenido muchas y muy intensas experiencias, conocido a gente creativa fuera de serie, asimismo he viajado con mis manzanas a cuestas y por fortuna he materializado muchos sueños. En ocasiones la realidad ha rebasado mi fantasía y logré hacer cosas que nunca soñé.

Para lograrlo —ahora lo sé— después de 69 años de existir, han  incidido muchos factores y sucesos infinitos: Mi nacimiento en Monterrey, Nuevo León; y esa infancia agazapada entre la ternura de mi padre médico y la férrea disciplina y consejos generosos de mi  madre. También mi estancia en Nueva York —la Gran Manzana— donde viví y trabajé, siendo apenas una adolescente. Igual, los duros, pero maravillosos años en que los hijos llegaban. Y así, la primera exposición en un garage, donde de repente nos quedamos sin luz; el terco aprendizaje, las críticas adversas, el ácido estímulo de los detractores; la solidaridad de la gente bondadosa, las experiencias, los sueños y deseos;… y la presencia de mi gran compañero Alejandro.

En fin que todo acude puntualmente cuando yo, Martha Chapa, me siento a pintar una obra, y se transforma en colores y texturas.

Comento de paso, cómo surge mi interés por la gastronomía. Si bien hay una dosis de influencia de mi madre, sobre todo pesa la de una hermana de mi padre, la sensacional Chanita Chapa, la mejor cocinera del noreste, con la que todas las “niñas bien” iban a tomar clases, pues equivalía  en aquel entonces a un “pasaporte para el casamiento”. Luego, incursioné en la investigación gastronómica y a la fecha soy autora de más de 35 libros, especialmente sobre la cocina mexicana, varios de ellos premiados en México y el extranjero.

Ahora si que soy una pintora que cocina y una mujer que escribe, además de  que se compromete y lucha día a día con toda la fuerza de su alma para que México sea mejor.

           Y algo importantísimo: ratifico que el arte promueve todos los valores en nuestra sociedad y contribuye al noble propósito de sensibilizar nuestro ser que deseamos como ideal, junto a la esperanza para enfrentar el futuro, independientemente de los años cumplidos o por cumplir.

Y gracias, gracias a todas y todos quienes me han acompañado y alentado a lo largo de la vida. Soy yo, la que les hago llegar un abrazo de felicitación y agradecimiento este día 12 de junio, con motivo de mi cumpleaños.

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