Desde el momento de nacer, el ser humano está equipado con un conjunto de emociones para reaccionar ante diversos estímulos, ya sean éstos internos o provenientes de su entorno. El psicólogo Paul Ekman, experto en el tema, habla de emociones básicas: ira, tristeza, sorpresa, miedo, asco, desprecio y alegría. Algunas de ellas son más prolongadas que otras, por ejemplo, la sorpresa es momentánea, mientras que la tristeza puede durar mucho tiempo.
El problema es que siendo las emociones algo natural, espontáneo e instintivo, la sociedad ha tachado a algunas de ellas como prohibidas, ya sea por las consecuencias que pueden tener, en cuyo caso el autocontrol es altamente recomendable, pero en otras circunstancias, es únicamente porque no sabe cómo reaccionar frente a quien la siente o porque culturalmente está mal vista.
Una de las emociones prohibidas es la tristeza. Desde que el individuo es pequeño se le hace saber que lo mejor es estar feliz y que llorar es signo de debilidad, y aún en pleno siglo XXI, lo es más en hombres, que en mujeres. ¿Será que a veces no tenemos nada que decir o qué hacer frente a una persona triste?, ¿La consolamos?, o ¿le decimos que todo pasará pronto y que podrá regresar a la alegría que nos hace sentirnos cómodos? La tristeza es producto de la pérdida, lo que debemos evitar es que derive en depresión, lo que podría afectarnos profundamente.
Otra emoción prohibida es el enojo. Con frecuencia escuchamos el famoso: “no te enojes”, “no ganas nada con enojarte”, como si en realidad buscáramos ganar algo cuando nos enojamos. Es una manifestación de indignación ante lo injusto, es la expresión de la frustración ante un hecho que no podemos manejar. En una cultura patriarcal, la mujer es señalada de loca o histérica cuando expresa a “rienda suelta” su enojo, por lo que deberá contenerse. El enojo no contenido se convierte en ira, lo que nubla los sentidos y puede llevar a tal nivel de impulsividad, que genera agresión y después culpa y arrepentimiento: eso sí debemos evitarlo.
El miedo es otra emoción prohibida, porque se considera que sólo un cobarde tiene miedo, siendo que el miedo es la mejor alarma que tenemos para huir de algún peligro; es la responsable de que nuestro cuerpo genere adrenalina, que es la sustancia que nos hace “súper héroes” cuando de protegerse se trata. El miedo es la incertidumbre ante lo desconocido. Está muy bien sentirlo, reconocerlo, analizarlo y cuando es infundado, entonces vencerlo; eso causa una enorme satisfacción. Es el paternalismo lo que en ocasiones hace que las personas nos digan “no tengas miedo, yo te cuido”; o bien, la cultura machista que señala a los varones cuando expresan miedo y entonces escuchamos expresiones misóginas como: “no seas miedoso, pareces vieja”; por lo que algunos caen en conductas temerarias, arriesgando su vida y la de otros.
¿Cuáles son tus emociones prohibidas? ¿temes que se desborden y muestren tu “verdadero yo”? Cualquier emoción exacerbada debe ser canalizada por el bien del propio individuo y de quienes le rodean, pero la manifestación natural de las emociones rompe paradigmas y evita muchos sentimientos confusos en la persona; evitará la culpa, la ansiedad, la desesperación, el autocastigo, la soledad…sabrá que las emociones nos hacen vulnerables, pero, por eso mismo, más humanos. No reprimas tus emociones, ni las de tus hijos, tu pareja, tus padres o tus amigos; reconócelas, busca el origen, permítete sentirlas y después toma tu decisión. Suerte!!
Comentarios
Buenas tardes Dra. Gaby, es difícil en una cultura patriarcal ser desmesurada con nuestras emociones y más si son negativas, es complicado lograr que algunos las entiendan y más si nuestra educación e ideologías son distintas a las de las personas con las que nos relacionamos. Es importante entender que todos tenemos derecho de manifestar nuestras emociones pero sin causarle daño a los demás por esta razón la importancia de la autorregulación de nuestras emociones en cada uno de nosotros, el saber manejar las adecuadamente nos permitirá una mejor socialización. Dra. Gaby el aprender de usted siempre es grandioso, gracias!
Hola Dra. Gaby, sin suda es un video muy interesante, el darnos cuenta de que a lo largo de la vida hemos sido reprimidos con base a nuestros sentimientos, cuando es algo tan natural y que forma parte del día a día del ser humano.
Respecto al cuestionamiento que nos hace, ¿Cómo voy a manifestar mis emociones si son prohibidas?
Antes que nada considero que debemos de hacer a un lado los prejuicios, las normas de comportamiento social, el que dirán. Y empezar a ser mas humanos, dejar fluir todo lo que sentimos y canalizar tal vez en ejercicio, en dibujar, pintar, hacer manualidades etc. Pero con esto no quiero hacer pensar que es muy sencillo ya que es algo que se tiene que ir trabajando tanto en casa como el la escuela, es por eso que es esencial que los niños vayan al preescolar ya que aquí se trabaja y guiará a los niños al autocontrol.
Es un tema de bastante interés ya que las emociones positivas o negativas no solo nos afectan a nosotros si no que pueden afectar a las personas de nuestro entorno, es por eso que debemos reconocer y tener una autorregulación.
Las emociones como la tristeza y el enojo son emociones que al yo sentirlas veo de manera difícil expresarlas ya que no es fácil hablar sobre ellas con cualquier persona y al guárdame esas emociones me siento frustrada sabiendo que es malo no hablar lo que siento.
Dra. Gabi, que tema tan interesante, realmente hablar de las emociones es un tema complejo, especialmente de aquellas emociones que nos han hecho creer que esta prohibido externar, si bien es cierto que la reacción impulsiva de nuestras emociones, podría tener consecuencias negativas para los que nos rodean y para nosotros mismos, el prohibir expresarlas no es la solución. Personalmente considero que ebemos concienciar sobre estos temas, empezando por reconocer e identificar las emociones que sentimos y que las han propiciado, para de esta forma aprender a manejar y expresarlas sin afectar a nadie.