El ejercicio del liderazgo es fundamental en cualquier ámbito de la vida. ¿Crees que eres un líder?
No sólo los políticos o los dueños de grandes corporativos que tienen miles de empleados son líderes. Si tienes un micronegocio… eres líder; si eres el responsable de un departamento en la organización donde trabajas…eres líder; si impartes clases… eres líder; si eres padre o madre de familia…eres líder y si trabajas por tu cuenta…¡también eres líder! Así que debes cuestionarte qué clase de líder eres.
Cuando iniciaron los estudios sobre liderazgo, el siglo pasado, se creía que había que reunir determinadas características físicas e intelectuales para ser considerado como líder. Esa teoría de los rasgos no tuvo éxito porque si comparas líderes en diferentes ámbitos, momentos históricos y circunstancias específicas, verás que no tienen porqué parecerse entre ellos.
Estudios posteriores hablaron del comportamiento: ¿eres ese tipo de líderes que se preocupan esencialmente por el cumplimiento de tus instrucciones?, ¿consideras que las personas sólo hacen las cosas bien si las vigilas?, ¿crees que lo único importante es el alcance del objetivo?; entonces tú debes de ser líder dictatorial. ¡Ah!, pero tal vez crees que actúas así porque intentas causar un beneficio a los que diriges y, por supuesto, a ti también. En tal caso, eres un líder autocrático-paternalista. Tu frase favorita es: “no preguntes, porque yo sé lo que es mejor para ti”.
Si no te identificaste con esos estilos, probablemente es porque tu interés está centrado en las personas: ¿te preocupa el bienestar de los que guías?, ¿crees que el trabajo puede esperar porque lo primero es la tranquilidad de la persona?, ¿prefieres que piensen de ti que eres “buena gente” a que te consideren tirano?, ¿te gusta la convivencia con los demás? Eso te ubica como un líder permisivo o de “rienda suelta”, quien suele olvidar que el trabajo también es muy importante.
¿Crees que estás al centro de estos dos estilos?, ¿te interesa la opinión de las personas, pero finalmente sabes que hay que tomar una decisión? ¿Acostumbras reunirte con tus seguidores a debatir antes de emitir una instrucción definitiva? Seguramente eres un líder democrático.
La noticia es que hoy el liderazgo ya no debe estar centrado en ti, sino en aquéllos a quienes diriges. Los especialistas en el tema hablan de líderes situacionales o contingenciales. ¿Piensas en la madurez de tu equipo, antes de adoptar una postura?, ¿consideras que a veces vale la pena dar instrucciones precisas, pero también en ocasiones es importante acompañar o persuadir?, ¿crees valioso el hecho de que tu equipo sepa y quiera hacer las cosas? No hay duda, entonces, eres un líder situacional. Si además te preocupas del ámbito en el que puedes decidir, de la complejidad de lo que estás solicitando, de la relación que tienes con tus seguidores y del estrés que estás cargando, tu estilo es contingencial.
Más que saber cómo se llama tu estilo, es importante que respondas a todas estas preguntas porque eso te hace consciente de cómo te perciben los demás. Si piensas en que ejercer el liderazgo no es salirte con la tuya, sino extender tu mano para tomar la del otro y que avancen juntos, entonces tal vez debas hacer algunas adecuaciones a tu estilo actual. No olvides que cada seguidor es una vida: tu subordinado, tu amigo, un alumno o tu hijo.
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