Cuando se vive en pareja pocas veces nos ponemos a reflexionar en que, siempre pedimos y pedimos y pedimos a esa personita ¡tan amada por nosotros! que cumpla cada una de nuestras peticiones, “que si me siento triste”, “que si te necesito”, “que si no me entiendes”, “que si siempre me culpas de todo” etc., etc., etc. Es increíble la cantidad de conflictos que como pareja se viven a raíz de lo que erróneamente convertimos en lo único importante, que quede claro que no estoy hablando a favor del sexo masculino o femenino, sólo hablo de cada ser humano que tiene la fortuna de vivir en pareja, es una realidad que vivir en común unión conyugal no es nada fácil, si nosotros mismos muchas ocasiones no nos entendemos, mucho menos podremos comprender al 100% a nuestras parejas JAMÁS, por eso hoy quiero reflexionar sobre la crisis de los tres o de los siete o de los quince o quien sabe cuántos años más se dice o se ha acostumbrado a nombrar dentro del difícil camino de las relaciones maritales. Pensemos entonces que hubiera sucedido si… Romeo y Julieta se hubieran podido casar, la respuesta podría girar en torno a que seguramente habrían resistido con esa pasión incontrolable los conflictos o desacuerdos de convivencia, dolores de cabeza ante tantas presiones, quizá los problemas económicos o las discusiones por la educación de los niños, sería más fácil entonces porque: Su amor se habría ido diluyendo y al llegar a la crisis de los siete años ¿se hubieran divorciado? Lo terrible entonces viene a cuestionar ¿Qué la convivencia mata al amor y después de algunos años el otro deja de ser magnífico y perfecto, para aparecer con un extraordinario depósito de defectos a la quinta potencia? Por lo general los expertos en terapia de pareja hablan de un tiempo de crisis entre los cuatro y los siete años y la explicación a esta catástrofe, que por supuesto no necesariamente tiene que acabar en ruptura, es antropológica y biológica, aunque muchos científicos y la mayoría de los psicólogos se niegan a aceptar que el amor sea únicamente una cuestión de «física y química». Las teorías antropológicas afirman, (según Eduardo Punset en su libro El viaje al amor), que nuestros antepasados formaban una pareja porque la cría humana tarda mucho tiempo en ser independiente y necesitaba dos adultos en sus primeros años de vida, uno que cuidara y otro que buscara alimento. Cuando el hijo llegaba a los 7 años, ya no era necesario que hubiera dos personas criándole, así que, a no ser que se tuviera otro hijo, no hacía falta que la pareja siguiera junta. Eso es algo que se ha quedado como esquema en nuestro mapa genético y que puede explicar la famosa «crisis del séptimo año». (Grave error al dedicarnos en cuerpo y alma a los hijos olvidándonos de nuestra pareja de vida) Las crisis de pareja son habituales en todas las relaciones y pueden darse en cualquier etapa de la misma. Toda crisis genera angustia, miedos y re direccionar, lo importante es comprender que son parte necesaria de una pareja y como tal, deben ser superadas de dos en dos EN PAREJA. La crisis de los 7 años en la pareja viene a ser como una visita al mecánico después de cierto tiempo de recorrido… luego entonces es esta necesidad de hacer balance y modificar aquello que no funciona, momentos de cambio que se convierten en un parteaguas importante para determinar el rumbo de la relación, ya sea para acabarla o para mejorarla. Seguro que en algún momento te han sorprendido sentimientos de duda y zozobra que provocan que te re plantees . Cuando lo que antes te parecía estimulante ahora es motivo de aburrimiento o sus hábitos extravagantes empiezan a sacarte de quicio y comienza a aflorar la frustración y la inquietud. Estos desajustes “retumban” en tus oídos y necesitas tomar algunas decisiones. Existen ciertos factores que determinan características ante la llegada de éstos años caóticos: • La llegada del primer hijo: Supone un desafío a la estabilidad y un reto para la vida en pareja: hay que ajustar los tiempos a las necesidades del bebé, distribuir tareas hasta entonces desconocidas y asumir nuevos roles y responsabilidades. • La crisis de la edad, por lo general provoca incertidumbre, angustia y hasta cierto punto miedo a todo aquello que se va perdiendo, como: energía, años, oportunidades, etc… • El nido vacío: Con la marcha de los hijos la pareja está sola después de mucho tiempo. Esto puede provocar que surjan problemas ocultos que durante los años en que los “pequeños” ocupaban todo el espacio no se habían percibido. • La jubilación: Muchas parejas no están preparadas para pasar las 24 horas del día juntos después de años de verse solo para comer y dormir. Grave realidad. Nunca se comunicaron. Además de ir ligadas a algunos momentos vitales, las crisis periódicas en la pareja también son resultado de tan ansiada estabilidad emocional. Te preguntarás cómo es posible que te pases la vida esforzándote por alcanzarla y, una vez lograda, pueda convertirse en tu peor enemigo. Porque la estabilidad hace que uno se relaje al pensar que la relación ya está consolidada. Tal vez pienses que porque tienes pareja estable está todo logrado, pero no puedes olvidar que una relación está en constante evolución y, por eso, hay que alimentarla y cuidarla cada día. Por lo tanto, las crisis periódicas son valiosísimas, puesto que significan un punto de anclaje, un toque de atención y de frescura para que estés atento y no descuides a tu pareja y, en definitiva, una oportunidad para mejorar todos aquellos aspectos que no funcionan y reforzar así tu relación. lo importante en toda esta reflexión es estar convencidos que las CRISIS son para compartirse con AMOR. Si tus crisis no te ayudan a aclarar el panorama contesta lo siguiente: 1. Las tres experiencias maravillosas de vida, ¿las he pasado contigo? 2. Analizando esas tres experiencias, lo que encuentro de común en ellas, y a lo que atribuyo tanta felicidad es… 3. Las tres cosas que más me agradan de ti son… 4. Si para mejorar la relación entre tú y yo tuviéramos que cambiar algo, ¿qué creo que debemos cambiar? y ¿por qué? 5. ¿Cómo es la comunicación entre tú y yo últimamente? Una vez que cada uno haya contestado por escrito las cinco preguntas, hay que intercambiar los papeles. Cada uno debe leer el escrito del otro. Cuando hayan terminado de leer y meditar las respuestas, la pareja debe hablar sobre lo que han descubierto de su relación. ¿Se han dado cuenta de lo que están haciendo o dejando de hacer?, ¿Hubo sorpresas? ¿Qué aprendieron de ellas? Por tanto hay que aprender a enfocar la crisis como un alto en el camino que prepara para vivir mejor y con AMOR siempre. El enojo y el desacuerdo no quieren decir que el matrimonio esté en crisis, pero sí demuestran que hay cosas para mejorar. Que Dios Bendiga a todos los matrimonios del mundo hoy, mañana y para siempre. Hasta el próximo martes.
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Comentarios
Estos ejercicios son efectivos cuando hay amor en ambas partes porque con uno que no quiera ni como forzar la relación, Interesante me encantó.
Yo creo que esta bien, pero como dice el dicho: pon la veladora al santo, pero ni tanto que que al santo, ni tanto que no lo alumbre, hay que buscar un equilibrio
Querida Araceli, què gusto leerte de nuevo, gracias y hare los ejercicios que propones.,
Muy interesante resulta todo este artículo, y es bueno saber que debemos darnos todos los días una oportunidad de atención con las personas que convivimos. La pareja no es nuestra familia y eso debemos de entenderlo es una persona que elegimos para compatir. A diferencia de la familia, la familia siempre estará ahí aunque la dejemos de ver hay veces hasta por años. La pareja si se va, se va y no vuelve, saludos a todos y gracias
Me parecieron precisas las preguntas al final, que indudablemente nos darán luz, y rumbo al destino de nuestro actual "sistema" de pareja. Que Dios te siga llenando de luz, de inteligencia, de amor y de verdad, para compartir temas tan importantes y fundamentales, con nosotras. Abrazos... Un Millón de Gracias! *Gena.
Es un gusto saludarte Araceli y un placer leerte, muy buen tema......hay que darnos 5minutos para reflexionar que pasa con nuestra relación y hacer todo lo posible por mantenerla estable.......sobretodo si hay amor, vale la pena luchar por ese alguien que elegimos para acompañar, y disfrutar la vida. Felicito con mucho agrado a todos los matrimonios que a pesar de todo siguen juntos. Dios te bendiga Araceli.
Gracias Araceli por tomarte el tiempo de compartir esta reflexión,para mí es de gran ayuda, pues he reflexionado que en mi matrimonio hay cosas para mejorar.Te mando un fuérte abrazo, que Dios te bendiga. Ya te extrañaba!!