COTIDIANEIDAD

Frecuentemente nos cuestionamos las razones de la vida, a ciencia cierta creo que pasamos por ella sin conocer su significado, sin delimitarla, sin tenerla clara.

Recurrentemente participamos u originamos cadenas de correos por Internet, hace muchos años también se hacía por la vía tradicional; con facilidad, desde algún rincón de nuestra conciencia hacemos esta tarea.

En contraposición a lo anterior pocos somos los que saludamos a nuestros vecinos por la mañana lo común es que reaccionemos en automático, mientras divagamos en nuestro andar la mayor parte del tiempo.

Nuestro planeta tiene una pérdida con esto, deja de contar con mucha gente, con muchas almas que viajan como cometa sin rumbo.

Nuestra época, nuestra particular historia resulta extraordinaria; todos los días descubrimos o nos enteramos de avances en todo sentido, las distintas ramas de la ciencia, la comunicación.  Lo que pasa fugazmente, casi sin sentir, la mayoría de las veces desapercibido es el autodescubrimiento.

Lo cotidiano constituye momentos mágicos, los crea; para ello requerimos una de las conquistas mayores del ser humano, nuestra fuente interna; para ello precisamos acallar desde los murmullos constantes al ruido que distorsiona.

Para vivir en paz y en armonía son necesarios los sentimientos plenos, reescribir la historia, la que está por ocurrir, de una manera muy distinta, soltando apegos, dejando las preocupaciones en su real dimensión; el provenir fluye adecuadamente cuando somos capaces de aceptar los retos, hacer divertido el trayecto.

Tal vez sea el tiempo uno de los recursos más escasos, entristece ver a muchos desperdiciándolo, haciendo un uso ineficiente de su energía, enfocándola en la queja, en el disgusto, en las imposibilidades que se construyen desde el pesimismo; modificar el destino de toda nuestra fuerza empieza por el proyecto que se escribe día a día, también durante el transcurso de este. 

Hoy te invito a que hagas un experimento que segura estoy te fascinará; inicia con una historia diferente desde el momento exacto en que te despiertes; la mirada al reloj acompáñala con la alegría, asume de una vez por todas que tienes una gran oportunidad de hacer algo distinto al estar mágicamente vivo; agradécelo y agradécetelo.

Al pasar por el espejo, advierte la intensidad del ser humano que eres, regálate otra gran sonrisa, aprueba tu estado físico sin que ello te evite la sana crítica para mejorarlo; deja atrás las culpas y los juicios, agradece en todo momento.

Al transcurrir este ensayo de un día condiméntalo con la gratitud, una sabia compañera de viaje, en cada instante; cuando hayan pasado algunas horas, cuando sea de noche, te habrás dado cuenta de lo mucho que tienes, de lo poco que lo habías valorado por considerarlo a veces trivial y ordinario.

El valor de las cosas se funda en la escasez de las mismas, lo que a ti te sobra te podrá parecer poco cuando es exactamente lo contrario.

Convertir este ejercicio en un hábito te permite empoderarte, crear un nexo con tu interior que te conecta con tus sentimientos más profundos, con lo que eres y a veces dejas de percibir.

Lo que parecía simple se torna magnífico, aparecen múltiples causalidades, sincronías y milagros. Lo aburrido ha cambiado, se ha hecho divertido, hemos despertado de un sueño largo, hemos decidido romper el cascarón, volar alto, explorar nuevas y frescas ideas para que nuestra cotidianeidad sea vivir intensamente en vez de sólo existir.

Hacer de esta experiencia lo cotidiano te enriquecerá y sorprenderá. Al conectarnos con el propósito de vida a través del corazón el viaje se transforma en algo hermoso.  

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Comentarios

  • De solo estarlo leyendo me arranca una sonrisa y otra postura. lo voy ha hacer 21 días para que se me haga un hábito!!!!!!!!!!!

  • gracias, realmente es muy lindo, lo haré!!!!

     

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