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Por ahí dicen que las buenas herencias son: casas, coches, joyas, cuentas bancarias, y si están en dólares mejor, centenarios, yates, y algunas otras cosas de mucho valor….¿será?

En estos días en los que recordamos a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros, he pensado mucho en lo anterior, y como a mi no me tocó una herencia de ese tipo, pues no sabría decir si en realidad una herencia así es buena o no. A mi, me tocó la mejor herencia!!

Lo que me han dejado mis seres queridos ha sido lo mejor de la vida, mis abuelos me heredaron las ganas de salir adelante y de no detenerme pese a los obstáculos que pudiera encontrar, mi abuelo Austin, combatió en la Primera Guerra Mundial y supo lo que es luchar por su vida y mi abuelo Alexis, caminó la sierra madre oriental para buscar un mejor futuro y esas son herencias de vida! Mi abuela Carmen me heredó el gusto de trabajar,  y como me enseño ella, de a poquito pero sin cansarme nunca, despacio pero para llegar muy lejos sin afán pero con todo el entusiasmo, y ahí voy….Mi abuela María me heredó el gusto de trabajar por los demás, y lo mejor, el gusto de buscar conchas y caracoles en la playa, es decir, de ver la belleza que hay a mi alrededor. Mi papá, me heredó su compromiso, su amor, su sonrisa, su alegría, su entusiasmo, su agradecimiento y sobretodo, su gusto por contar estrellas.

Nos ha tocado vivir una época difícil en la que hay que echarle muchas ganas para salir adelante, tenemos que saber trabajar bajo presión y sin que nuestro entusiasmo decaiga, adaptarnos a cambios de todo tipo, cambios que incluso hacen tan diferentes nuestros días que pareciera que han pasado años y sin embargo estos cambios se dan de un día para otro, y además tenemos que estar al día y actualizados en todo, no dejarnos atrapar por la tecnología pero manejarla al cien y pareciera que los días no nos dan ni un respiro pero aguas….cuando estoy al límite, recuerdo que ¡tengo mi herencia!

He encontrado que para este tipo de vida, la herencia que me dejaron mis seres queridos es lo que me permite vivir día a día. Para poder vivir,  quiero pasar mis días, encontrando conchitas y caracoles y contando estrellas. ¡Será la belleza de las conchas, caracoles y  estrellas de mar lo que me permita llenar mi vida de energía para seguir y será el brillo de las estrellas lo que apapachará mi corazón en momentos difíciles para entonces sí, poder sonreír.

¡Así que, a seguir contando estrellas para vivir!