El fin de semana pasado, participamos mi marido, hijo, yerno y yo, en un paseo de bicicleta y un medio maratón al día siguiente. Además iban también el grupo de mujeres con las que entreno ("las chanklets") y algunos de los maridos. El domingo durante la comida, después de terminar ¡agotados! y comiendo con un hambre ¡bárbara!, mis hijos me hacían la pregunta de por qué les gustaba tanto hacer deporte, que cómo le habíamos hecho su papá y yo para que fuera para ellos algo tan divertido. Una respuesta única, no la tengo, pero imagino que así como el contagio del virus del flu es dañino, es lo contrario y también epidémico, el contagio de una vida sana en todos los sentidos. A los hijos los educamos con el ejemplo de nuestros haceres y NO de los decires. De ninguna manera diré que todo lo que hemos hecho como padres a sido perfecto, vaya, ni cerquita de serlo, sin embargo estoy convencida que educar a los hijos en el amor al deporte puede ser muchas veces vital. Darle a los hijos las herramientas para no sentirse "aburridos", es un legado de vida. Definitivamente el deporte (para mi), los aleja del tiempo libre sin sentido y los ubica en ese espacio sensacional que es disfrutar de un tiempo libre y ocio con propósito. Momentos por cierto, ¡mágicos, maravillosos!. Pienso. . . si en la vida cotidiana aplicáramos en nuestros quehaceres este término de "ocio y tiempo libre", ¿disfrutaríamos más de nuestro vivir?, ¿dejaríamos de quejarnos de las labores diarias?.
Imaginen un mundo ideal, ¿por qué no?, solamente estoy escribiendo y al mismo tiempo soñando. . que todo lo que nos toque hacer en nuestra cotidianidad lo viviéramos con el fundamento literal del ocio y así mismo lo compartiéramos con nuestros hijos: El ocio es un tiempo recreativo. El ocio es como una actividad realizada para descansar del trabajo. Debe tener, como toda actividad, un sentido y una identidad, ya que si no tiene sentido es aburrido. La distinción entre las actividades de ocio y las obligatorias no es estricta y depende de cada persona, así estudiar, cocinar o hacer música puede ser ocio para unos y trabajo para otros, pues estas últimas pueden hacerse por placer además de por su utilidad a largo plazo. Al ocio se lo puede emplear en actividades motivadoras y productivas.
Por otro lado, el ocio en Grecia era considerado el tiempo dedicado, principalmente por filósofos, para reflexionar sobre la vida, las ciencias y la política.
Sería padre aprender y enseñar a los hijos, a vivir nuestra jornada saboreándolo todo como una vacación, ¿no creen?
De corazón te deseo que construyas para ti y los tuyos ¡una vida espectacular!
¡Un abrazo hasta el cielo!
Lizbeth S. González
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