Uno puede preguntarse: ¿cuál es el concepto que tenemos nosotros de la vida, qué significa vivir para cada ser humano?
Esa discusión se ha tornado de alguna manera permanente, porque en definitiva todos tenemos una determinada concepción de la vida y a veces esa concepción no nos lleva al destino que nosotros elegimos. Por lo tanto, hay que ser prudente a la hora de tomar decisiones respecto a qué actitudes vamos a asumir nosotros frente a la vida. Vivir es algo extremadamente valioso, en la medida que nosotros sepamos respetar nuestra integridad. Y por el contrario el sobrevivir es simplemente dejar que la vida nos lleve por los destinos de la misma, sin darnos la oportunidad de elegir nosotros, qué caminos queremos transitar.
Y hay muchas personas que eligen esta opción. ¿Por qué? Porque es mucho menos compromiso y porque no tienen entonces el peso de tener que tomar decisiones importantes. Lo que pasa, pasa y lo que sucede, sucede y la vida transcurre de esa manera en una especie de fluir espontáneo sin que nosotros tomemos el mando de la misma.
Pero seguramente, cuando tú conoces a esas personas en profundidad, te das cuenta que andan sin rumbo por su existencia, a la que en general le suceden todos los episodios negativos y que viven con la íntima convicción de que el mundo está en su contra y que no hay sentido en tratar de hacer el esfuerzo porque de todas maneras el final ha de ser igual para todos.
Y no es lo mismo atravesar por los caminos de la vida sin que nadie tome nota de que nosotros estamos ahí, que poder dejar a las generaciones futuras, valores, principios, modelos, estilos de vida, que cada uno tomará o modificará de acuerdo también a la realidad que se viva en ese momento.
Y las diferentes posturas que el ser humano adopta frente a palabras tan claves como VIVIR o SOBREVIVIR, están marcando con una claridad meridiana, las diferencias que existen entre los individuos donde cada posición tendrá que ser respetada sin que eso signifique que la tengamos que compartir.
Una realidad que existió siempre, es una necesidad imperiosa de rebelarse las nuevas generaciones ante las anteriores, pero que es un rasgo que en las últimas décadas se ha agudizado muchísimo porque los jóvenes piensan que los que ya no somos tan jóvenes nos hemos tornado obsoletos y que no comprendemos su realidad o la realidad de la vida. Y ni somos obsoletos ni dejamos de comprender la realidad de la vida. Es más, hay determinados principios y determinados valores que no cambian con las generaciones y esos son los jóvenes los que lo deben entender.
Lo que no se entiende es que la palabra VIVIR tiene un sentido unidireccional, es decir, que tanto si uno vive bien o vive mal, o vive mejor o vive peor, no hay retroceso, porque lo que está viviendo no tiene vuelta, de ahí que sea tan importante tomar ese café para pensar, para elegir correctamente cómo uno quiere que la vida transcurra. Después la vida dirá, si podemos o no. Pero por lo menos partir desde una base de cuál es el sentimiento que albergamos cada uno de nosotros respecto a cómo queremos desempeñarnos en nuestra vida. Los arrepentimientos, los llantos y las lágrimas no sirven para poder borrar ni lavar aquellos errores que pudimos haber cometido.
¿No sería mucho más interesante que nosotros pudiéramos mejorar la comunicación entre todos los seres humanos, para que cada uno pueda expresar lo que piensa, lo que siente, lo que le tocó vivir y que lo pueda trasmitir sin tratar de imponer el criterio, sin una manipulación, pero sí tratando de trasmitir su propia vivencia?
Porque la suma de las vivencias es lo que nos puede dar un camino a elegir. La opinión y las experiencias de todos pueden sumar para que juntos podamos aumentar nuestra calidad de vida.
Las dudas, las incertidumbres, todos aquellos miedos o todos aquellos enemigos son mucho más visibles. ¿Cómo hacer entonces para poder alejar esos fantasmas que nos están acosando desde que abrimos los ojos hasta que los volvemos a cerrar cuando nos acostamos?
Ante todo creo que cada ser humano debe definir para sí mismo qué es lo que significa VIVIR. Eso significa qué va primero y qué va después, qué es importante para ti y qué es importante para mí. En qué cosas podemos coincidir, en qué cosas podemos diferir. Y… te hablo a ti directamente porque tú como ser humano eres un universo en ti mismo. Con tu realidad, con tu entorno y con un escenario donde tú estás desarrollando tu existencia en el día a día. Por lo tanto, tienes que definir cómo quieres que sea tu vida. No como la quieren los demás, ni siquiera aquellas personas que te rodean y que conviven contigo que realmente te quieren bien. Tienes que tener autenticidad en la definición de lo que tú quieres para tu vida.
El futuro que te espera es el que tú diseñes sin temores y sin prejuicios. Recuerda que es el tiempo donde has de vivir el resto de tu vida. No pienses que el futuro es una época tan distante. Llegarás a él rápidamente, por lo tanto ya debes planificar y visualizar el escenario donde has de desarrollar tu plan de acción.
Los seres humanos preclaros son aquellos que son capaces de construir su presente y su futuro sin titubeos y con decisiones firmes. ¡Sé tú uno más de ellos!
Dr. Walter Dresel
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