Publicado por victoria perez el 13 de Marzo de 2010 a las 11:53am
Por lo general, somos críticos e implacables con los otros; les corregimos, enderezamos y nos enojamos cuando no hacen lo que decimos o aconsejamos, queremos hasta vivir sus vidas y que sigan al pie de la letra nuestras instrucciones. Sin embargo con nosotros mismos somos a veces débiles de carácter, llenos de disculpas y pretextos, complacencientes y descuidados. Es necesario encontrar un equilibrio entre ser fuerte con uno mismo, sin abandonar la gentileza con nuestro propio ser, pero renunciando al creer que siempre tenemos la razón y que son los otros los que siempre están equivocados. Con los demás el equilibrio se da cuando agregamos la gentileza a la fuerza, cuando somos capaces de perdonar, entender sus debilidades y darles coraje para continuar.
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La tolerancia en ocasiones se esfuma por diversas razones, pero todas ellas, como bien concluyes. es un sintoma de desequilibrio.
Gracias por el consejo. Saludos.
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Gracias por el consejo. Saludos.