Quiero compartir una anécdota personal que disfruté el pasado fin de semana, algo que llenó mi corazón de agradecimiento y aprendizaje. Vinieron a visitarnos a Campeche unos queridos amigos del D.F., planeamos sigilosamente los paseos, las atracciones para aprovechar al máximo los tiempos pues venían pocos días, así entre otros nos recomendaron un lugar llamado “Isla Arena” (Punta Arena) está situado en el Municipio de Calkiní (en el Estado de Campeche). Tiene 753 habitantes. En éste lugar hay pequeñas playas y un largo muelle desde donde se observan embarcaciones pesqueras. Se puede rentar un bote y en las aguas de los alrededores también es posible pescar. El camino para llegar a este lugar aunque un poco largo, accidentado y estrecho nos permitió apreciar los manglares y extensas áreas de inundación habitadas por una gran cantidad de aves marinas. Pues bien después de un tiempo considerable ya todos estábamos entrando en la desesperación del calor, el hambre, la sed y la inquietud de que fuera el lugar hermoso que nos habían descrito, cuando al fin pudimos leer “Bienvenidos a Isla Arena”, nos empezó a desconcertar el ver un lugar solitario, con mucha publicidad de atracciones del lugar pero por más que avanzábamos solo veíamos poca actividad, la zona de playa semiseca con más espacios fangosos y obvio cero olas, fue entonces que contrariadamente regresamos a nuestra maleta el bronceador, bloqueador y repelente de moscos, revisamos cada rincón y no encontrábamos algo que nos atrapara y nos dijera realmente Bienvenidos ( los flamencos, la playa, las diferentes aves que anidan en el lago, todo era lodo y moscos) fue entonces que viramos de regreso desilusionados y un tanto molestos pues lo grave era que el retroceso implicaba la misma y larga travesía que acabamos de recorrer, de pronto mi hija leyó “cocodrilario, pase usted”, -papi vamos a ver los cocodrilos, nosotros los adultos de inmediato y sin esa bendita energía de un niño dijimos, - noooo, nena mejor vamos de regreso- pero ante su insistencia se acercó una mujer que con una enorme y sincera sonrisa nos dijo – Bienvenidos, pasen por favor, tenemos grandes y maravillosas cosas que mostrarles-, por supuesto nosotros no veíamos esas maravillas de las que nos hablaba, volteábamos y lo único que teníamos era una enorme cantidad de mosquitos picoteándonos por todo el cuerpo, entonces rápidamente le dijo a una niña -¡trae rápido el repelente!- llego la nena nos empezó a rociar a cada uno y continuó, - acompáñenme no se van a arrepentir se que les encantará, tenemos un criadero de cocodrilos que les impresionará-, ya más bien por pena y compromiso aceptamos el recorrido, ella seguía explicándonos con una sonrisa fresca y sincera, nos platicó sobre el trabajo realizado en la granja de “Wotoch Aayin” (casa del cocodrilo en maya), nos mostró los ejemplares que tienen para reproducción y todo el criadero, así como la importancia de los manglares en el ecosistema, en fin la realidad es que fue en extremo cálida, dedicada y apasionada de su labor, se preocupó por cada pregunta, por cada inquietud, en ese momento entendimos que no son los meses adecuados de visita, es decir no hay anidamiento de aves, ni marea alta que permita el esplendor del mar azul asi como diversas actividades acuáticas. Después nos invitó a visitar el pequeño restaurant que ella misma supervisa, fue una atención extraordinaria, no dejó detalle sin atender, durante el tiempo que nos dedicó yo solamente pensaba en la importancia de hacer con total entrega y dedicación cualquiera que ésta sea la actividad que desempeñes, su HOSPITALIDAD y atención combinada con esa tierna sonrisa solo me permite hacer referencia a ella como una mujer emprendedora , tenaz y amante de la naturaleza y su conservación, platicamos, reímos, me regaló un abrazo como hace mucho no había disfrutado, esos que solo se perciben de la sinceridad y hospitalidad que hacen que un lugar sea extremadamente hermoso.
Y bien la hospitalidad de Doña Caridad nos permitió sentirnos plenamente satisfechos del largo y caluroso camino, esa manera de acoger y agasajar con tanta amabilidad se hace solo por amor a lo que haces, la importancia de un anfitrión que da la bienvenida y responde a las necesidades de las personas que se encuentran ausentes de sus hogares hace que realmente sientas que estás en tu propia casa.
En fin hoy quiero sugerirte que ante cada actividad, cada acción que realices, disfrútala, y demuéstrale al mundo que lo que haces es el mejor trabajo que existe, convence con tu actitud pues ese es el verdadero secreto del éxito, después de la hospitalidad te encontrarás con grandes y sinceros amigos, sin temor a equivocarme hoy te digo que las maravillas de Isla Arena son gracias a la dedicación, el esmero y las atenciones de Caridad Gómez Gómez presidenta del proyecto Wotoch Aayin, ella dice “No es fácil, es duro, pero a todo hay que ponerle: alma, vida y corazón y muuucha pasión para poder salir adelante”. ¿No te parece maravillosa la coincidencia de su nombre: CARIDAD y el significado de la palabra? pues CARIDAD es una de las virtudes teologales, significa el amor desinteresado hacia los demás, éste es el verdadero mensaje de Dios.
Por último compartiré como cada semana una cita que dice:
1 Corintios 10:24 “No hay que buscar el bien de uno mismo, sino el bien de los demás”, esto lo comentó pues para esta linda mujer nunca representamos unos turistas, nos brindó la atención de un verdadero amigo, esa es la importancia de la hospitalidad, ahora practícala en tu vida y descubre las maravillas por venir.
Que tengas una semana colmada de hospitalidad.
¡¡¡Dios contigo!!!!
Hasta el próximo martes.
Comentarios
Que bonito escribes Ara,son buenas lecciones de vida cada uno de tus artìculos. Un abrazo fuerte!
DIOS TIENE MENSAJES, EXTRAORDINARIOS PARA CADA SITUACION Y EL VERSICULO QUE ACABAS DE CITAR ES HERMOSO!!! PERO SOBRE TODO SIEMPRE LLEVEMOS A CABO LA HOSPITALIDAD, RECUERDA LA GENTE NO RECUERDA LO QUE DIJISTE O LO QUE HICISTE LO UNICO QUE RECUERDA ES COMO LA HICISTE SENTIR.
que linda anecdota....y sobre todo que gran mensaje muchas gracias por compartirlo.
un fuerte abrazo y muchas bendiciones...