Has terminado una relación de pareja y todo es confuso dentro y fuera de ti; sientes dolor de cabeza, opresión en el pecho, agotamiento extremo, no puedes conciliar el sueño y una y otra vez llegan los recuerdos: aquéllos del último instante, de angustia, dolor y desesperación, que te hacen revivir y volver a sentir el golpe de la ruptura; y también aquellos recuerdos de los mejores momentos que viviste en esa relación y que, tal vez, dibujen una sonrisa en tu rostro, que pronto se apaga por la sensación de melancolía de lo que nunca más será. Cuando todas estas sensaciones y emociones se repiten una y otra vez, la intensidad de la afección se eleva y puede llegar a niveles extremos, hasta llevarte a pensar que estás teniendo un infarto; es probable, entonces, que tengas el “Síndrome de Takotsubo” (STC) o “Síndrome del corazón roto”.
El síndrome afecta sólo a una parte del corazón (ventrículo izquierdo) y produce la sensación de falta de aire. La explicación química de esto es que, al experimentar una pérdida, la dopamina y oxitocina que le dan placer y sensación de plenitud a tu cerebro, se pierden, para dar paso al cortisol que bloquea la corteza prefrontal de tu cerebro porque aumenta el estrés, impidiendo entonces, que veas la situación de manera objetiva; esto trae consigo ansiedad, náuseas y acumulación de grasa abdominal, entre otros efectos.
De acuerdo con la Clínica Mayo, no sólo la pérdida amorosa es la causante de este síndrome, también pudiera presentarse por una enfermedad repentina, una cirugía mayor, una fractura de huesos, la muerte de un ser querido o una discusión violenta, entre otras cosas.
Es más común que el “Síndrome del corazón” roto se presente en mujeres y, más aún, si tienen más de cincuenta años. También en personas con antecedentes de ansiedad o depresión.
El proceso de recuperación es gradual y se da de manera natural, por lo que no es necesaria la medicación. Se recomienda únicamente en los casos de estrés crónico, en cuyo caso se administran betabloqueadores.
No debes permitirte llegar a esos extremos porque tú eres lo más valioso en tu vida. Recuerda que la actitud es fundamental para recuperar tu salud emocional. Eres responsable de lo que piensas, así que, si un pensamiento puede mejorar las cosas, inténtalo.
Después de la pérdida, seguramente te vuelves masoquista, porque disfrutas regodearte en la pena; y eso es, precisamente, lo que no debes de hacer. Si pretendes ser una persona absolutamente objetiva, analiza si esa ruptura fue realmente inesperada; recuerda si la relación en ese momento, tenía un diez de calificación, y súbitamente tu pareja decidió alejarse. Aunque existe una posibilidad de que así haya sido, la mayor parte de las veces, se trata de una “muerte anunciada”, venías teniendo discusiones, cada vez más frecuentes, habías experimentado falta de respeto en la relación, habían caído en una monotonía enfermiza, se reprochaban una y otra vez por las mismas razones, se había percibido un alejamiento; tenían “chispazos” de placer o alegría pero más del 50% del tiempo, la relación ya no era satisfactoria, es más, muchas veces te sentiste tentada a ser tú quien diera por terminada la relación, pero no te atrevías. En ese caso, la ruptura fue lo mejor que te pudo haber ocurrido. ¿Qué te llevas? Los buenos momentos vividos (que aunque siguieras ahí, ya no volverán) y un gran aprendizaje para hacer los cambios que requieres en ti y te prepares para una próxima relación más satisfactoria.
No olvides que mantener el cuerpo y la mente activos es esencial para salir más rápidamente del síndrome. Si necesitas apoyo, búscame: gabycruzcoach@gmail.com
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