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El tiempo es sólo una excusa, un capricho, un recordatorio; para aquellos que hemos recorrido este año juntos compartiendo secretos se ha modificado nuestra forma de pensar positivamente, elevando nuestra conciencia; viene bien el momento, Año Nuevo, Vida Nueva.

La frase suena trivial, aún así toca fibras que llevan a la reflexión, te sugiero entonces hacer un recuento, un balance, cuentas que a veces duelen; objetivamente sin enfocarnos en un sólo árbol y viendo el bosque completo entenderíamos que somos la suma de todas las experiencias vividas, las buenas y las regulares.

Algunas cosechas seguirán dando frutos otras han salido de tu vida junto con algunos apegos.

Se hace camino al andar, dice el poeta, hoy sabemos también que la Ley de Atracción nos permite actuar sin límites en la imaginación para crear algo nuevo cada día. El propósito es inventarnos en cada momento, dejar atrás las quejas que tanto estorban; limpiar el cristal empañado o sucio para tener claridad en la visión del camino que hemos elegido.

Tener presente el regocijo resultante de las múltiples opciones que la vida presenta cuando una ruta se bifurca; salir a la conquista de los miedos, buscar siempre la transformación de todos aquellos sentimientos limitantes que nos han acompañado.

En suma, dejar a tras la zona de confort en la que nos hemos sentido a gusto, protegidos, pero inmóviles. El objetivo es crecer día a día partiendo del concepto esencial de amarnos cada vez más a nosotros mismos; estar completo en esa sensación para poder ser capaz de tener reciprocidad en ese sentimiento de pureza ejemplar.

Lo que va viene, es una ley de vida. Si somos capaces de sonreír, de ser afables y amables, eso será lo que el universo, nuestro entorno nos devolverá, estaremos envueltos en una magia que termina por germinar en paz interior.

Nada es casual, todo es causal, me repito constantemente, es algo que siempre tengo presente para todos esos eventos y cosas mágicas que la vida me muestra en su cotidianeidad, en su devenir, desde lo más pequeño hasta aquello que asombra.

La capacidad de ver y de aceptar; tiempo para reír y también para llorar, las sensaciones humanas viajan de polo a polo con todas sus posibles alternativas intermedias; todas son nuestras, todas son ciertas, todas aportan.

Sembrar para cosechar, cada acción en su momento preciso, ninguna excluye a la otra, son parte del ciclo de vida y de nuestro quehacer habitual.

El mayor temor es hacia lo desconocido, aquello que aparentemente desubica, que pone en duda nuestra capacidad para resolver situaciones distintas; la gran ironía, si lo pensamos a fondo nos damos cuenta de que nuestra única posesión es este momento, es este aquí y ahora, el gran regalo que tenemos que valorar en su justa dimensión.

Sólo se empieza empezando, es una verdad que en el fondo describe el movimiento, el desarrollo, el crecimiento, el cambio.

Diariamente me asombro y experimento la virtud de la gratitud; decenas de testimonios de distintos orígenes, muchos de ellos que provienen de ustedes, mis lectores, compañeros de sueños y propósitos.

A través de ello hemos transformado todos nuestras vidas, hemos asumido el papel de maestros y alumnos; cotidianamente valoro sus aportaciones, intento regresar comprometidamente las mías.

El viejo ciclo se cierra y nos obliga a retomar el compromiso con nosotros mismos al experimentar lo nuevo.

Comprometerse es intentar, es dejar atrás los eternos saboteadores y el autoengaño. Días de reflexión para compartir con tu mejor amigo, tú mismo.

El calendario marca hoy un Año Nuevo, es sólo una hoja de papel la que separa del anterior, pero también es un salto hacia adelante, una opción que permite replantear muchas cosas, un devenir alternativo, una nueva historia empoderadora que eres capaz de crear.

Te deseo de corazón que los tiempos por venir estén llenos de sueños, de objetivos, de decretos que se materialicen; si tienes en mente y presente que todo es posible estarás conmigo en la idea de que lo que deseas, te desea.

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