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Los seres humanos pretendemos recibir las cosas con la ley del mínimo esfuerzo, nos cuesta trabajo despertar del letargo, leemos libros de autoayuda, vamos a cursos y conferencias y dejamos la mayor parte de esta información guardada en el cajón del olvido, al pasar el tiempo nos quejamos de seguir obteniendo más de lo mismo, cuando la transformación comienza por atrevernos a dar el primer paso para lograr el cambio.

Uno de los grandes valores que he notado, se ha perdido en nuestra sociedad, el del compromiso; comprometernos con nosotros mismos es quitarnos la máscara y ser sinceros con esa persona a quien jamás podemos engañar que habita dentro de nuestro ser, partiendo del principio de que la verdad te hace libre.

Es ahí por donde debemos comenzar, hacer una lista de la cantidad de veces que hemos hecho promesas típicas como alimentarnos mejor, ir al gimnasio, cambiar de hábitos es un ejercicio constructivo que revela los patrones que repetimos de manera subconsciente.

Cuando hacemos un decreto o un proyecto el paso más importante y el gran secreto es el compromiso con esta visión, la responsabilidad que vamos a tener en que esto ocurra hasta que se manifieste.  La energía vibracional que emanamos es la que provoca que las cosas se muevan, como bien sabemos todo es energía y bien direccionadas las piezas del rompecabezas toman la forma que deseamos.

Las señales que mandamos al universo requieren de pasión, intención precisa y reitero, compromiso.

Las personas comprometidas consigo mismas, con sus proyectos y la sociedad tienen una autoestima alta, poseen seguridad y aprenden a darle prioridad a las situaciones que desean que se manifiesten.

Cuando algo es importante para nosotros desde el inicio lleva una carga energética elevada llena de positivismo y amor, de otra manera si las cosas se hacen con desgano el resultado será mediocre y seguiremos en un estado de conciencia ordinario.

La tarea es dominar las dudas y la resistencia que son comunes en todo momento, hasta que nos convertimos en maestros y aprendemos a vivir con certeza, a la altura del mayor potencial en cualquier situación o circunstancia.

Vamos por pasos, el primero es escuchar a nuestra voz interna, hacerle caso a la intuición, observar con paciencia los logros cotidianos, aprender de ellos, enfrentar los retos, exigirnos avances, dejar de pensar tanto en el futuro, ver la gran película y vivir en el presente para estar en el aquí y el ahora, tenemos los recursos de lograr infinitas opciones, se requiere de tomar la decisión para desarrollar las habilidades y talentos que han permanecido ocultos; el compromiso va de la mano con el esfuerzo, para salir de la comodidad para enfrentar miedos y resistencias, revaluando las antiguas creencias para tener nuevas y frescas.

Soltar por lo que tanto tiempo pensamos que funcionaba y evidentemente ha dejado de servir, replantear el camino, las conductas.

Confiar en que la decisión es correcta, tomar las oportunidades que nos brinda la vida.

Identifica tus prioridades, tus objetivos y tu visión, haz un compromiso contigo mismo y con el cambio y el crecimiento, en ese momento la energía tomará su curso con la frecuencia vibracional más alta que conlleva esa intención.

Comprométete con la vida.