Cuantas veces no hemos pasado por una perdida o incluso hoy lo estamos viviendo, el dolor que nos provoca es tan difícil entender y peor aun de transitar, es ese dolor tan agudo que a veces ni siquiera deja respirar, no te deja mover y sientes el viento en la cara y es como si nada pasara por que simplemente no pasa nada, mejor dicho no quiero sentir nada…
Antes de hablar de que hacer con nuestras perdidas, me gustaría contarles una historia…
Leslie, trabajaba en un hospital... Sus pacientes, adolescentes...
Un día llego un joven de 14 años que desde hacía un año no pronunciaba palabra y estaba internado en un orfanato... se llamaba Leonardo, no tenia familia, su expediente decía que, cuando era muy pequeño, su padre murió... vivió con su madre y abuelo hasta hacía un año... A los 13 muere su abuelo, y tres meses después su madre en un accidente... Sólo llegaba al consultorio y se sentaba mirando las paredes, sin hablar. Estaba pálido y nervioso...
Ella como médico no podía hacerlo hablar. Comprendió que el DOLOR del muchacho era tan grande que le impedía decir nada, y ella, por más que quisiera decir algo, en ese momento tampoco serviría de mucho.
Optó por sentarse y observarlo en silencio, acompañando su dolor.... Después de la segunda consulta, cuando el muchacho se retiraba, ella le puso una mano en el hombro: "Ven la semana próxima si gustas... Duele ¿verdad?...“Leonardo la miró, no se había sobresaltado ni nada... sólo lo miró y se fue...
Cuando volvió a la semana siguiente... Ella lo esperaba con un juego de ajedrez... así pasaron varios meses... Sin hablar... Pero ella notaba que Leonardo ya no parecía nervioso... Y su palidez había desaparecido...
Un día ella miraba la cabeza de Leonardo mientras él estudiaba agachado en el tablero... Pensaba en lo poco que sabemos del misterio del proceso de curación... De pronto... Leonardo alzó la vista y la miró: "le toca" -dijo.
Ese día empezó a hablar, hizo amigos en la escuela, ingresó a un equipo de ciclismo y comenzó una nueva vida... Su vida.
Posiblemente ella le dio algo... Pero también aprendió mucho de él... Aprendió que el tiempo hace posible lo que parece dolorosamente insuperable... A estar presente cuando alguien lo necesita... A comunicarnos sin palabras. Basta un abrazo, un hombro para llorar, una caricia... Un corazón que escuche...
¿Que fue lo que paso?
Leonardo estaba de “duelo”, estaba viviendo el DOLOR de la perdida, de sus afectos, estaba en su proceso, transitando por su duelo, y lo mejor lo estaba haciendo muy bien.
Leslie, acertadamente lo acompaño, solo brindo la “contención” que el necesitaba le dio la alternativa de volver si quería o no, porque respeto su espacio y tiempo, se ofreció a sostener a su paciente con el mínimo contacto tal y como el necesitaba.
Afortunadamente Leonardo vivió un proceso del duelo normal y además exitoso,
¿Por que fue así? Porque, el acepto sus perdidas y se aboco en su silencio a modificar su realidad mental.
¿Para que le sirvió? Para adecuarse a la realidad y continuar con su vida. Es decir se puso en Piloto automático, el estaba disponible solo para lo indispensable para seguir viviendo, todas sus energías estaban puestas en sanar su mente y su alma.
Desafortunadamente no siempre es así y debemos estar alertas, para ayudar a Promover el Proceso de Duelo y eso requerirá de Terapia de algún tipo.
La vida esta llena de pequeños y grandes duelos, todos los vivimos en algún momento de nuestras vidas, debemos recordar que lo único seguro en esta vida son dos cosas: la muerte y el CAMBIO, y es este ultimo el que tiene como cualidad implícita la perdida y adquisición de nuevas cosas. La gran diferencia esta en nuestra capacidad de afrontar y aprender de los pequeños duelos, nuestra capacidad de tolerancia a la frustraciones un indicador que marca la diferencia entre salud o enfermedad. Aquellas personas que no pueden hacer duelos, aquellos que se “niegan” esta realidad vital, o que tienen una baja o nula tolerancia a la frustración hacen que su Duelo se convierta en una enfermedad.
Leonardo pudo haberse refugiado en su dolor y haber negado su perdida o hacer como si aquí no pasara nada, puedo haberse identificado con su perdida, existen frases simbólicas que nos ayudan a saber que esa persona o nosotros no estamos haciendo duelo.
No pasa nada, todo esta bien, no lloro porque no es necesario, estoy perfectamente, yo pienso que no se fue, me imagino que esta de viaje, etc… por que son simples negaciones a la realidad, debemos escuchar y observar para poder ayudar.
Ellos no se dan cuenta porque aunque en la realidad ya no esta, en su realidad interna sigue ahí, entonces lo que construyen es un recuerdo, una evocación. Sin embargo para hacer posible esto primero debemos aceptar nuestra pérdida y después irse desligándose uno por uno de los lazos afectivos, para lograr entonces el desprendimiento energético, poco a poco. Cuando este proceso no se realiza con éxito entonces estamos en dificultades.
A esto se le llama la “Detención del Proceso de duelo” Y no siempre se comprende el dolor que esto implica, aunado al sufrimiento que esto implica, la calidad de vida y aquellos que se relacionan con el.
Es entonces cuando empeora , pasa la vida y el “deudo” la vive a medias, su energía esta invertida en “mantener a su muerto vivo” dentro de si, “identificándose” con ese muerto, hace todo como si fuera el o lo haría el, vive un espejismo, porque no soporta la perdida.
Y los demás incluso alimentan esto con expresiones como: ¡Eres tan parecido a tu padre!, ¡No parece que se hubiera ido, es como estar con ella!, ¡Eres su vivo retrato!, baja su autoestima y su identidad cambia pierden los limites, “es como su hubiese caído la sombra de la perdida sobre el” Actúa como muerto, sin ganas de vivir, nada le ilusiona, nada le motiva. Se convierte en un muerto en vida. Es donde la ayuda terapéutica es imprescindible e imperante.
¿Cómo lo hizo Leonardo?
Se desconecto de la realidad, para entonces reajustarse a sus vivencias, re vivenciando, todos los momentos significativos compartidos con sus familiares o con su perdida, transformándolos en “recuerdos”, al mismo tiempo que desato sus lazos afectivos que alimentaban esas vivencias. Construyo su recuerdo en medida que recupero su energía psíquica, que dio vida q ese afecto.
Recupero su capacidad de interactuar con el mundo, restauro su tranquilidad y sus vivencias se convirtieron en recuerdo.
Que sucederá entonces con esta experiencia, cuando vuelva a tener una perdida, estará preparado subjetivamente para transitar el duelo sin abstraerse de sus actividades cotidianas. Capitalizo esta experiencia y adquirió la sabiduría de tolerar frustraciones y hacer duelos sin dejar su vida cotidiana.
Como conclusión debo decir que…
El DOLOR es inevitable y llega cuando menos imaginamos.
El S U F R I M I E N T O es una decisión personal y dura el tiempo que tu decides.
En momentos de perdida debes tomar en cuenta algunas cosas:
1.- Tu FE hará la gran diferencia en este proceso, Dios, el Universo, Buda, o quien tu creas no te dejado de su mano y te sostiene aun en momentos de tormenta, jamás lo dudes.
2.- El TIEMPO hace posible lo que parece dolorosamente insuperable
3.- Si tienes HIJOS ellos estarán contigo siempre, su deseo mas grande ese que todos guardamos en el corazón, no solo es verte FELIZ (eso es mas que fácil, solo hay que sonreír) ellas quieren SENTIRTE FELIZ (eso hará la gran diferencia, y además les enseñaras una de las lecciones mas grandes e importante de la vida “no importa si te caes 1000 veces o mas, lo importante es LEVANTARTE sacudirte y seguir, tu eres su EJEMPLO)
4.-Tus AMIGOS los de verdad, esos que a pesar del tiempo y la distancia, no te juzgan, ni esperan explicaciones de tus buenas o malas decisiones, esos a los que no les tienes que explicar porque sino que saben quien eres, y cuanto vales, que te conoce tanto que con 1 palabra o un gesto sabe que algo anda mal y es necesario en ese momento.
Amate, valórate y respétate primero tu antes de pedirlo de alguien mas y no olvides que el único responsable de tu Felicidad eres TU.
Como compañeros de vida (amigos, familiares, hijos, pareja, compañeros de trabajo etc…) debemos estar atentos y observar, y aprendamos A comunicarnos sin palabras... A estar presente cuando alguien lo necesita.... Basta un abrazo, un hombro para llorar, una caricia... Un corazón que escuche...
Con Cariño
Gisela Velázquez.
Comentarios
Aceptar la pérdida de mi pareja, la pérdida de mi vida social, de un cierto estatus económico, me conmocionó, pero afortunadamente decidí apoyarme en un grupo de autoayuda que me acompaña en este proceso de duelo y así permitirme sentir todo el dolor reprimido, toda la soledad y un día te levantas y ves el día soleado y te das cuenta que siempre hay un mañana mejor. Gracias
siempre esta a nuestro lado un angel que nos acompaña cuando tiene uno una mala noticia o un lamentable deceso solo debemos tener fe en dios pues el nunca nos deja.hace un año a mi hijo le detectaro leucemia pero gracias a dios hoy esta bien y en el hospital de la raza en donde estuvo hospitalizado en contro un angel su doctor residente el doctor figueroa que nos tras mite mucha tranquilidad y confianza. saludo para esas personas que tienen ese don son angeles , porque hay doctores muy buenos pero no tienen el don de amor hacia sus pacientes.
Muchas gracias por este artículo, lo encontré en un momento adecuado...
No siempre es sencillo levantarse de una caida pero es muy cierto que los hijos y la familia son el principal motor que nos impulsa a hacerlo :)
Gracias por el artículo!
muy lindo gracias por este artículo que nos ayuda a ser mejores. bendiciones