Saber mantener el sentido del humor incluso en las circunstancias más críticas nos ayuda a mantenernos en pie, a no derrumbarnos.
Una sonrisa vale más que mil palabras.
Existe una la relación entre las emociones positivas y la capacidad de recuperación.
“Cualquiera que sea capaz de mantener como constante el humor positivo y el sentido del humor no se romperá ni se vendrá abajo en las situaciones más críticas y se convertirá en una verdadera fortaleza humana”
Bernabé Tierno.
Sentir emociones positivas durante las experiencias estresantes puede tener beneficios adaptativos en el proceso de afrontamiento del individuo.
La risa es un poderoso antídoto contra el estrés, el dolor y el conflicto. Nada funciona más rápido o con más eficacia para equilibrar el cuerpo y la mente que una buena risa. El humor aligera las cargas, inspira esperanzas, te conecta con los demás y te mantiene centrado y alerta.
Es fundamental aprender a reconocer las reacciones emocionales y asumirlas de manera constructiva.
Mantener las motivaciones y metas.
Revisar el significado que damos a las cosas.
Valorar los logros y los fracasos de manera realista.
Cultivar relaciones armónicas con los demás y con el entorno.
Como toda costumbre, el hábito de reír ante la adversidad se crea usando esa respuesta de manera reiterada.
La vida está llena de adversidades, y cada una de ellas nos da la oportunidad de ensayar esa respuesta.
Cuando veas que una larga fila en el supermercado, simplemente sonríe.
Si vas practicando en cada adversidad, irás creando la costumbre y cuando te quieras dar cuenta, serás capaz de responder de una manera risueña a todo lo malo que pueda sucederte.
Ser positiva ante la adversidad y las pruebas de la vida, repercute en nuestro cuerpo, generando una actitud saludable.
Imagen tomada de Internet
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