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Aquí te comparto un resumen del tema que traté con mi querida Tere Bermea en su programa Coincidir:

La sombra está ahí y no se va a ir a ninguna parte. La parte negativa de la personalidad viene con el paquete y de nada sirve ocultarla, taparla o negarla. Ella se encargará de dar señales de vida y, depende de qué tan conscientes seamos de ella, el que sus avisos nos puedan ayudar a crecer.

“¿Cómo que la sombra sirve para crecer? Si parece que sólo sirve para entorpecer, para incomodar, para ponerme en mal” dirás. “Cómo crees que mis defectos y las partes más feas de mi personalidad me ayudarán a ser mejor, si parece que para lo que están es para que yo me sienta peor???” me preguntarás.

Pues sí, resulta que esos “sombrazos“ que a veces damos, esos aspectos “malos” o “chafas” que a veces se nos salen de control y nos exhiben como seres imperfectos, están ahí para servirnos como ladrillos en la escalera de nuestro crecimiento.

Aquí te comparto cinco pistas que te da la sombra y que, si las agarras por sus horribles cuernos, pueden ayudarte a determinar una ruta de crecimiento si te animas a lidiarlos, a dejártelos sentir y a tolerar la incomodidad temporal que esto te va a causar.

VERGÜENZA. Aquellos temas sobre los que más vergüenza sientes, ésos que consideras que deben permanecer súper secretos y que nadie debe saberlos, pueden ser, justamente, esos asuntos que deben ser trabajados, revelados, sacados de la sombra y llevados a la luz. Detrás de lo que te avergüenza está la certeza de que eres un ser bello y que no hay nada malo contigo. Sólo tienes que revelarte en el entorno adecuado, como puede ser un terapeuta o un grupo de apoyo o alguien que realmente te brinde mucha confianza.

ENVIDIA. Recuerda que la envidia, más que ser un sentimiento feo que deba evitarse o del que al menos no se debe hablar, constituye un mapa que puede orientarnos en nuestra realización. Que me da envidia que a Fulana le va muy bien? Qué bueno, porque así sé que mi alma desea el bienestar y, además puede lograrlo, porque nunca anhelamos nada que no podamos tener. El universo tiene suficiente para todos, por qué yo no puedo tener lo que envidio? Recuerda: la envidia es el anhelo de lo posible y no necesito destruir lo que el otro tiene, sino luchar por lo que deseo.

JUICIOS. Ya dice el célebre filósofo chino: lo que te choca te checa. En las críticas más acérrimas y feas que le hago a otra persona, está escondido un anhelo de mi alma, como sucede con la envidia. Si la gorda esa me cae mal porque anda de loca con los chavos, pues puede ser que haya una partecita en mí que quisiera relajarse un poco y atreverse a ser más sociable con el sexo opuesto, sólo por ponerte un ejemplo. Al trascender la carga negativa de un juicio, podré encontrar mi anhelo en distorsión.

CULPAS. Como ocurre con la vergüenza, muchas veces nos sentimos culpables de cosas que no son reales y cuyo peso sólo nos encorva la espalda y no nos deja brillar. Es muy diferente ser culpable de ser responsable y la diferencia sólo podrás saberla si te animas a enfrentar los hechos y a encarar al fantasma de la culpa.

MIEDOS. Qué es lo que más miedo te da? Hablar con tu papá? Decirle a tu pareja algo que sientes? Poner un límite en el trabajo??? Pues ahí están tus grandes retos. Cuando los superes, ya no serás una  carga ni una limitante, sino que habrás salido de tu zona “cómoda” para ampliar tu radio de acción.

El trabajo con la sombra sólo puede llevarte a la luz si lo haces de forma comprometida, responsable y amorosa!

Que a tu vida lleguen luminosas bendiciones que te permitan fluir hacia el auto conocimiento! Así sea!!