CARTA ABIERTA A ENRIQUE PEÑA NIETO

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Mi muy estimado Pre Candidato único del Partido Revolucionario Institucional:

 

He seguido con mucho interés el desarrollo de su campaña política como aspirante a la Silla Presidencial, tan alta y tan ancha que pocos pueden llenarla. De su partido, que abruptamente se fue de la más recalcitrante derecha hasta posicionarse como la izquierda conservadora de nuestro país se pueden decir muchas cosas, menos una: Que menoscabaran la importancia de estar bien informados de temas críticos para la subsistencia de nuestra sociedad, tales como el salario mínimo, (aunque muchos políticos manejen que este nomás es referencia para multas que cobran las instituciones) las manifestaciones de nuestra cultura (mudo testigo en letras de volúmenes llamados libros o "monitos" que integran murales) y el precio de un kilo de tortillas.

 

Sus allegados dicen que en su contra se erige una Guerra Sucia, y me pregunto ¿Desde cuándo es guerra sucia abordar en una entrevista los conocimientos de alguien que pretende manejar los destinos de un país? o quizá el concepto ha cambiado desde los días que Guerra Sucia era una serie de medidas políticas y militares en contra de los izquierdosos, en la que, obviamente, era necesaria la intervención de un tercero como brazo ejecutor. Le recuerdo que en las entrevistas al hacerse de modo directo, usted tiene la completa libertad de contestar lo que desee o no contestar si lo considera adecuado.

Yo no sé de política, como simple mortal miembro de la "base" de la pirámide social, esos temas me parecen ajenos y fuera de mi alcance. Con nosotros pasa algo curioso, los pocos conocimientos de economía que obtenemos los ingerimos de modo directo en los mercados, en las gasolineras, en la "cola del banco" y en los tianguis. 

No podría darle una cátedra acerca del comportamiento del Indice Nacional de Precios al Consumidor, pero hasta yo entiendo que éste guarda una estrecha relación para su cálculo con el precio de un kilo de tortillas y un kilo de carne (bistek normalito, nada de excentricidades) y que lo que para ustedes es una variación negativa, para mí significa pérdida de poder adquisitivo de mis pesos de gasto. No tengo idea de cuáles sean los factores que se usan para establecer el precio de las gasolinas, pero si comprendo que si eso sube, la mayor parte de lo que consumo va a subir, porque las cosas hay que transportarlas y el que me vende no le va a perder. Ya se me olvidó el concepto exacto que me enseñaron en la escuela para inflación, pero lo refresco cuando comparo mis tickets del super quincenalmente y veo que mi carrito cada vez parece mas grande... o lo que contiene, menos voluminoso.  Déficit parece una palabra rimbombante, pero se ajusta a mi realidad cuando después de un mal temporal no encuentro tomate rojo con la marchanta y el que está en los bonitos exhibidores de las tiendas comerciales ronda los ventitantos pesos por kilo.

Del salario mínimo, no entiendo porqué está en esa cantidad ridícula, irrisoria, que apenas alcanzaría para mal comer una persona al día, pero si sé que aunque usted no lo crea, millones de pensionados y trabajadores en activo subsisten con eso y es poco más de 1700 pesos mensuales. Ésto último lo aprendí por los comentarios de más de uno en la frutería.

Como podrá notar, no tengo postgrados, ni consulto las tablas o los gráficos de la Secretaría de Economía, esto que le explico lo supe por mi muy modesto puesto de SEÑORA DE LA CASA. Tiene usted razón, en temas acerca de la economía nacional las señoras de la casa somos las mejor enteradas y cuando hay algo que no comprendemos, de vez en cuando se los preguntamos a los señores de la casa, expertos la mayoría en relaciones obrero patronales, políticas salariales y temas de seguridad social.

 

Le haría a usted mucho bien para su campaña como presidente alguna vez acompañar de incógnito a su cocinera y ayudarle a regatear en el mercado, donde hasta el que nos den "un pilón" es un indicador de superavit. Y por último, le recomiendo una lectura muy aleccionadora de la que con un poco de suerte igual y puede conseguir audio libro, es un escrito de Anna Caballé que se titula "Una breve historia de la misoginia" que no es otra cosa sino una recopilación de frases misóginas vertidas de las mentes de gente como Becquer o Elvira Lindo. Hay entre todas esas frases una en especial que me llama la atención y es la siguiente ¿Leer atrofia la vagina? Como verá, no está solo, a ellos también los traicionó el subconciente.

Queda de Ud.

Ana Kennia Renteria

Señora de una casa de colonia proletaria

 

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