CARTA A MI AGRESOR, A UN AÑO DE SU ATAQUE

“Recuerdo, recordemos, hasta que la Justicia se siente entre nosotros”

Rosario Castellanos

 

Sí. Hoy recuerdo. Muy a mi pesar, en mi contra, recuerdo. Hace exactamente un año de tu salvaje ataque, de tu violencia sin motivo ni justificación alguna. De tu atroz venganza para la que no hay mentira de tu parte que valga ni sea pretexto; de tu celotipia, de tu perdición. Recuerdo porque mi cuerpo recuerda, porque las heridas y dolores de mi cuerpo me lo recuerdan cada momento.  Cada vez que toso, me río, bailo, estornudo, hago un movimiento con la cintura…la punzada en mi vientre se clava, como abriendo de nuevo la herida. Es un dolor agudo, imposible de ignorar. Todavía me espera una nueva cirugía para intentar corregirlo y que el dolor cese, que el intestino pueda recuperar su función…y mi ojo verá manchitas negras hasta que muera, por la sangre que me dejaron tus golpes. Pero no lograste dejarme ciega, ni inválida, ni con el rostro desfigurado, como era tu intención. No me mataste…como era tu intención.

Lo importante es que ya no hay heridas en mi corazón. Han curado con todo el amor que ahora tengo, el verdadero, el que no huye ni se esconde ni miente. El amor de mi familia, el de mis hijos, vivos, sanos, amorosos, protectores, exitosos y felices. Algo que tú jamás tendrás. Mis heridas han curado por todo el trabajo que durante este largo año (aunque parece que apenas fue ayer) he realizado para mí misma, para superar el trauma y borrar la pesadilla de esa noche, para volver a creer y desear vivir y disfrutar cada segundo, como antes…como antes de ti.

En cuanto a mi alma, no hay heridas. Ésa jamás la tocaste. Podrás haberme insultado, gritado, golpeado en todos lados; me pisaste, me pateaste, me golpeaste con toda tu fuerza hasta cansarte, me pusiste tu rodilla con tal presión hasta que reventó mi intestino; golpeaste mis ojos, mi rostro, mi cabeza, mi cerebro. Quisiste anularme, callarme. Pero a mi alma no pudiste golpearla. Ésa nunca la pudiste herir, porque es mi esencia, ¡lo que Marcela es! porque es sagrada, y la resguarda Dios.

Mucho tiempo estuve en negación. No podía aceptar que me hubieras querido matar. Pensaba: “No es posible. Se le fue la mano. No era su intención; no quería hacerlo realmente”. Pero ahora sé, con todo el trabajo con mujeres maltratadas, que todas pensamos lo mismo: no quiso hacerlo. Hoy admito que SÍ, que realmente quisiste matarme. Me estrangulaste, no una, sino dos, tres veces…hasta que perdí el sentido y creíste que lo habías logrado. Eso es intencional. No “se te pasó la mano”. Realmente quisiste matarme.  Cuando lo acepté, empezó el proceso de curación, porque te vi en toda tu dimensión de hombre cruel, enojado con la vida y el mundo; un ser oscuro y maligno que nunca mereció formar parte de mi vida, y mucho menos que le entregara mi intimidad, mi amor.

¡Cómo podría haberme imaginado que “mi layon”, mi hombre por 4 años, quisiera matarme! ¡Que me hiciera tanto, tanto daño! ¡PERO LO HICISTE! Ésa es la verdad. La única y cruda verdad. Aunque seas tan desgraciado como para mentirle a toda tu familia –todavía no puedo ni imaginarme qué pudiste haber inventado para manipularlos así; ¿o es que están tan mal como tú? –, esa familia que dice amarte pero que con su encubrimiento sólo te hace más daño, como te lo ha hecho siempre al justificar todos tus actos, tus delitos, tu alcoholismo y adicción, tu maldad. Pero ellos saben lo que eres, fuiste y serás siempre. Se mienten también a sí mismos. ¿No saben acaso que la adicción no es el consumo de una sustancia, sino una enfermedad interna, emocional, terriblemente enraizada?  No sé si ahora consumas o no, pero eso no te quita lo alcohólico y adicto. Cuando te conocí estabas “limpio”, pero pronto pude ver que seguías siendo un “alcohólico seco”.  Ésos eran tus “black holes”, tus borracheras secas…aunque ahora no sé bien si realmente dejaste de consumir marihuana alguna vez. He estado atando cabos y mucho me revela que te escondías para fumar mota: tu aliento, tu olor tan característico, tu comportamiento irracional, tu sueño y ganas de dormir siempre…tu apatía. Por eso terminé contigo tantas veces…y tú insistías, me buscabas, me convencías.

Y ahora, tu cobardía y vileza. ¡Qué poca dignidad resultaste tener! ¡Cuántas argucias has empleado en mi contra! ¡Cuánto cinismo! ¡Cuánta hipocresía! ¡Y cuánta complicidad de tu familia! ¡Le has hecho daño a tantas vidas! ¿Cómo puedes vivir con eso? ¿Cómo puedes vivir contigo mismo? Porque engañarás a todos, pero a ti mismo, a tu parte sagrada –que también la tienes, porque Dios nos dotó a todos con ella- no la podrás engañar jamás. Ni a ese pequeño espacio en ti ni a Dios. Tu peor enemigo es el que vive dentro de ti mismo. Y el día que llegue tu muerte, en el último instante, la imagen de todo el mal que hiciste vendrá a ti…¿y sabes? Sólo pido que te arrepientas. Aunque parezca increíble, me preocupa la perdición de tu alma. Porque yo me recuperaré, y tú no. Estoy viva y con mucho por hacer después de esta experiencia que me convirtió en una persona, en una mujer más bella de la que ya era. Porque las personas más bellas son las que han conocido la derrota, el sufrimiento, la lucha, la pérdida…y han encontrado la forma de salir de las profundidades; no como tú, que te hundiste más y más con cada nueva tragedia. La gente bella no surge de la nada y las caracteriza una inmensa energía amorosa, como la que he tenido siempre yo y que se ha acrecentado con tu atentado contra mi vida.

En cambio tú, ¡cuánta fealdad! Por fuera, por dentro, a tu alrededor. He tenido que perdonarme haberme enamorado de ti, de lo que creí ver en ti, de tus potencialidades que yo pensé que podía ayudar a surgir…y en ese intento por ayudarte casi pierdo la vida.

¿Dices que yo quiero venganza? ¡De qué! Si tendría que estarle agradecida a la que se dice mujer y ahora está contigo,  por haberte sacado de mi vida. Fuiste tú quien quiso vengarse de mí, porque te había dejado. Lo que jamás, ni en mis más remotos sueños pude concebir, es que quisieras matarme, ¡que me atacaras físicamente con tanta, tanta saña! Esa noche de hace un año fui a tu bodega porque me hiciste pensar que habías recaído. Porque ella me lo dijo. Porque había amenazado con hacerle daño a mi hijo, que es una figura pública…y lo habías amenazado tú, llamándome cada cinco minutos diciendo que si no aceptaba lo que me ibas a pedir, mi hijo la pagaría muy caro ¿¡Qué madre normal no se preocuparía con eso?! Es que  tal vez tú no conoces a las madres normales y amorosas. A ti y a tu misma madre yo les había prometido que, aún cuando ya no estuviéramos juntos,  iba a estar al pendiente de ti, para que no te deprimieras, para que no recayeras. Ése fue mi gran error: querer “rescatarte”, sin pensar que yo tendría que rescatarme a mí misma.

Pero, ¡¿cómo podía siquiera pensar que el hombre que fue mi amor, con quien había compartido tantas cosas, a quien había apoyado en sus peores momentos, conteniendo su dolor con mi abrazo, pudiera violentarme, atacarme, intentar matarme?! Sí. Ha sido una pesadilla. Muchas noches me perseguía la idea de que, si hubieras logrado matarme, ¿qué le habrías hecho a mi cuerpo? ¿lo habrías arrojado a una barranca por ahí en el Ajusco? ¿me habrías desmembrado para borrar las evidencias? ¿dónde pensarían mis hijos que estaba su mamá? ¿sabrían alguna vez que habría muerto? No puedes ni imaginar lo que fue vivir con eso. Pero mis especialistas -¡y Dios!- me han ayudado a reconocer: ¡no pasó eso! Pudo haber pasado, ¡pero no pasó! Eso es lo único verdaderamente importante. Que soy un milagro. Que nadie se explica cómo es que estoy viva si ya era tan frágil y tu ataque fue brutal.

Créeme que no busco venganza ni siento ya odio ni coraje contra ti; sólo mucha lástima.

Quiero que vayas a la cárcel porque es lo mínimo que mereces. Tu deuda hacia mí es impagable. Pero, te repito, es para ti mismo una forma de redención. Tal vez ahí te encuentres a ti mismo y encuentres a Dios, como tu familia no te ha dejado encontrarte desde que eras casi un niño, solapándote todo. Y también, porque esto ya trasciende el ámbito de lo personal, aunque parte de ello. ESTO ES UNA CAUSA. Por todas las mujeres maltratadas, golpeadas, asesinadas. A mí me bastó una vez. Pero no sabes cuántas mujeres viven esa pesadilla de golpes y maltrato por años y años…hasta que terminan muertas. Por no hablar, por no denunciar, por no confiar en la justicia, por miedo, por vergüenza, por callarse, como me gritabas esa noche -¡hace un año!- y es el sonido que más recuerdo: tú gritándome: “¡Cállate, cállate, maldita!”. Si este dolor tan grande que tuve que enfrentar sirve para salvar al menos a una de esas mujeres, a que no callen –como ya ha sucedido con mis testimonios-, lo tendré por bien ganado; habrá tenido un sentido. Y también, porque no debemos olvidar, sino recordar para que así se haga justicia y se termine, algún día, la violencia de género. Cuando alguien me dice: “ya olvida”, les contesto que no soy una cobarde como para olvidar, que el  olvido no es una victoria sobre el mal ni sobre nada, y sí es la forma velada de burlarse de una historia de la cual podríamos haber aprendido, por nosotros mismos y por los que vienen. Para eso está la memoria, que se abre de par en par.

Dejar en la impunidad delitos graves como el tuyo no solo es ilegal, sino que supone banalizar el mal, que es un gran fracaso de la inteligencia, y nos deja en la más absoluta indefensión, sobre todo a las víctimas, a las mujeres. Dejar sin castigo a los misóginos, golpeadores o violadores supone normalizar que el daño a lo más sagrado que tenemos como Humanidad es una forma legítima de solucionar los conflictos. Implica normalizar la barbarie. Nos expone a su repetición. Los que son como tú podrán actuar sin compasión, intentar corromper y retorcer las leyes que prohíben en todo tiempo y lugar la violencia, la tortura y los crímenes, para que sus actos tengan apariencia de legalidad. Es retorcer la naturaleza divina con la cual fuimos creados…es encubrir a todos aquellos que retuercen las cosas a favor de su egoísmo.

Hoy, mas que nada como un acto catártico para mí, apelo –sin la menor esperanza, lo sé- a tu conciencia: entrégate. Confiesa. Dí la verdad. Admite –como lo hiciste ante un testigo- que me atacaste estando yo totalmente indefensa, desarmada, expuesta ante ti, ante la confianza que te tenía. NO HAY NADA EN EL UNIVERSO QUE JUSTIFIQUE ESO. Cuando justo al mes de tu ataque me llamaste por teléfono, me dijiste que tenías mucho miedo de ir a la cárcel…¿pero no es peor la cárcel interior en la que ya vives? Ésta de la justicia humana pasará, y tal vez te haga un mejor ser humano, aprendiendo las lecciones que tengas que aprender…pero la otra es eterna. Deseo, finalmente, que tengas un solo instante de arrepentimiento antes de que tu alma sea condenada para siempre.

Yo sólo te dí amor; tú respondiste con golpes. Y, como escribió W. Shakespeare: “El amor negado marchita el alma que nos dio Dios.”

 

 

 

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Comentarios

  • Gracias a todas por sus consejos y sus porras <3 Estoy bien, cada día más activa por esta causa. Mi terrible experiencia me permitió encontrar otro sentido de vida: luchar por esta Causa, y por otras más que apoyan a grupos vulnerables. Ya les iré compartiendo por aquí todas mis actividades. ¡Vamos a sumar esfuerzos!! Mi amor y luz para todas!!

  • me da gusto que estes bien amiga.... eres una gran mujer que digo mujer MUJERON,,, que valiente y claro que estamos contigo siempre de hecho yo si envie la foto a mis contactos he hicimos una cadena para que atrapen a tu agresor, cuidate mucho y gracias por compartir tu alma....

  • Mar eres un gran ejemplo de valentia y supervivencia y con tu mala experiencia admiro aun mas los milagros que la vida tiene, y se que hay un Dios bondadoso que te permite estar entre nosotros, que Dios te bendiga y proteja siempre con todo mi cariño y admiracion clau

  • BRAVO POR TI !  DIOS JAMAZ NOS ABANDONA y si todavia estas contanto tu historia es porque algo bueno vas a hacer, dale tiempo al tiempo, para mi la mejor terapia es poner tierra de por medio entre Tu y ese hombre en lo que te recuperas de ese trauma tan espanoso porque es bien facil opinar y decir pero cuando se vive y se siente ....eso ya es otro cantar!

    Yo te deseo de todo corazon que Dios te proteja, te de la fuerza para aguntar vara, valor para enfrentar lo que venga y ANIMO para seguir adelante y te comparto lo que mi madre nos decia:

    si le dan el hocico mi hijta, chillele, revuelquese de dolor , limpiese esas lagrimas y pa' delante

    lo que no haga por usted nadie lo va a hacer ....

    Saludos

  • Sí, Maru. Fui co-dependiente. ¡Pero no más!! Ahora me amo más a mí misma, como dices, me protejo, me cuido, sé que yo soy primero, y he sublimado lo que me pasó al trabajar mucho conmigo misma, con mis emociones y ayudar a otros en situaciones vulnerables. Asisto a terapias, Cursos, etc. Pero, sobre todo, hoy soy una mujer mucho más feliz y agradecida con Dios por todas las bendiciones que ha derramado sobre mí. Créeme que no me vivo como una víctima, sino como una triunfadora! Y sé que esa fortaleza proviene de Dios!! Y si lo cuento y lo difundo es, precisamente, para que lo perverso no se convierta en norma y para que otras vean que, aún después de estas situaciones extremas, podemos volver a reír, a amar y apreciar más que nunca, todo lo bello que es este mundo :)  Un gran abrazo

  • pero que infierno viviste mujer ! esto es lo que nos pasa por no AMARNOS A NOSOTRAS MISMAS

    DE ANTEPONER A UN HOMBRE ANTES QUE A NOSOTRAS MISMAS !

    es dificil opinar en tu caso porque siempre contamos lo que queremos, y cuando nos toca aunque nos quitemos y cuando no aunque nos pongamos !

    Pero ni modo ya esta hecho ya paso y ahora a recobrar tu autoconfianza, tu autorespeto, a buscar soluciones y no andar con la cobija siempre  jalando y contando nuestras desgracias a diestra y siniestra, yo te sugiero que busques el amor de Dios para que renazca tu fortaleza y valor para seguir viviendo con  fe con ganas y no hay de otra !!!! porque la vida sigue con nosotras o sin nosotras!

    yo vivi una relacion con un hombre misogino y ya la veia venir pero escuche a mi corazon y patitas pa' que las quiero, el corazon siempre nos da senales y ya  depende de cada una si se escuha o no ! 

    ANIMO Y ADELANTE

     

  • Gracias por leerme...y por leer en mi alma. Subiré aquí la foto de mi agresor para que me hagan el inmenso favor de difundirla por todos los medios posivles. Es legal porque el tipo ya tiene una orden de aprehensión hace ttes meses!! Y los judiciales dicen que no lo encuentran. Ya badta! No voy a dar un centavo para eso. Sería echarle dinero a la basura. La fuerza de los medios y de la difusión persona a persona, es mayor. Súbanlo a su face, adonde quiersn y puedan..y que rodo Mėxico se entere!! Jajaja. Besos
  • Querida Mar: una vez más nos das el ejemplo de la Fortaleza que habita en tu precioso SER al escribir estas letras a tu agresor, pero definitivamente como un ejercicio de catarsis debe ser muy sanador, y dice Jorge Bucay  " Perdona, pero no olvides". La lección fue dura, muy dura fisicamente,  TU ALMA ES INDESTRUCTIBLE !!! A ELLA NADIE LA TOCÓ !!!  te quiero amiga y admiro, sigue en tu lucha que aqui estamos todas para apoyarte.

  • Real mente me has dejado enonagada con este relato y con el corazón suseptible en verdad es algo muy fuerte pero que llega en lo mas profundo de mi ser gracias por compartirlo

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