Cambiar el paradigma masculino tóxico

Machismo, destrucción, competencia salvaje, infidelidad, violencia, guerra, ausencia, alcoholismo, son aspectos de la masculinidad que está intoxicando al mundo y a la vida, aspectos que se transmiten de generación en generación y que constituyen el paradigma masculino hegemónico.¿Es posible transformar dicho paradigma, instaurar en su lugar un modelo de hombría sostenido en la fuerza del amor, en el coraje del espíritu y en la bravura de la compasión? Sí. ¿Cómo transformarlo? El cambio es viable y sustentable cuando comienza por las actitudes, por las acciones, por las conductas:Un hombre que tiene prioridad y tiempo para atender a sus hijos, para preguntarles y escuchar, para compartir experiencias con ellos, que participa activamente de la crianza de esos hijos, aunque eso signifique postergar un ascenso profesional, resignar un ingreso, cambia de conducta y ayuda a transformar un paradigma.Un hombre que, en cualquier actividad (ya fuere comercial, política, deportiva, militar, económica, organizacional, científica o cultural) se niega cumplir órdenes o mandatos inmorales, fuera de ética, corruptos, que dañen a otros, a cualquier ser vivo o al medio ambiente, aunque esa negativa tenga consecuencias económicas o curriculares, cambia una conducta y ayuda a transformar un paradigma.Un hombre que reconoce cuándo no puede, o cuándo no sabe, que actúa en política y no vende sus sueños, sus utopías o su proyecto para el bien común, aunque eso signifique tener menos poder cambia una conducta y ayuda a transformar un paradigma.Un hombre que respeta lo diferente de lo femenino y se interesa por conocerlo y honrarlo, que para ser fuerte no necesita una mujer débil, que para ser sexualmente activo no necesita una mujer sexualmente inerte, que para ser tierno no necesita que su mujer sufra, que para valorizar su mundo no necesita descalificar el de la mujer que está con él, un hombre que pueda escuchar a la mujer sin interrumpir y sin verse obligado a dar respuesta y soluciones, un hombre que se atrever a mostrar a su mujer sus capacidades e incapacidades, su inteligencia y su estupidez, su fuerza y sus flaquezas, su capacidad sanadora y sus heridas, cambia una conducta y ayuda a transformar un paradigma.Un hombre que puede poner límites sin ser violento, un hombre que, (ante su mujer, sus hijos, sus amigos, sus hermanos, sus subordinados, sus superiores o ante desconocidos) puede ser firme y suave, claro y confiable, emprendedor y receptivo, que rechaza explícitamente (de palabra y en actos) la conducta o el discurso machista de otros hombres, así estos sean sus amigos, cambia una conducta y ayuda a transformar un paradigma.Un hombre que abre espacio en su vida para las exploraciones, las preguntas, las búsquedas y las experiencias espirituales, que compite para superarse en primer lugar a sí mismo, antes que para batir, imponerse o humillar a otro, cambia una conducta y ayuda a transformar un paradigma.Estas son afirmaciones y propuestas del psicólogo argentino Sergio Sinay para cambiar el paradigma de la masculinidad vigente, son líneas para la construcción de nuevas identidades contenidas en su libro La masculinidad tóxica que recomiendo ampliamente.gaudirj@hotmail.com
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Comentarios

  • Me cae que hay hombres asi, yo conozco algunos y me precio de ser su amiga, hombres que hayan su amor a si mismos a travez del amor a los suyos, si se puede, si los hay, y que tanto las mujeres colaboramos o no con el machismo del que tanto nos quejamos, promoviendolo, acentuandolo. Me encanto el tema, gracias por dar palabra a lo que muchos y muchas creemos posible.
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