Nadie está exento de sentir dolor y de tener problemas, por lo tanto, es bueno aprender a lidiar mejor con estas situaciones.
Cuando se reciben noticias indeseadas o llegan problemas más grandes de los que uno cree poder manejar, parece que la vida se detiene sin poder digerir el trago amargo que se ha recibido. De repente, se siente una carga muy pesada en el alma. Como si de súbitamente… todo se moviera en cámara lenta y las palabras que se escuchan tan solo se convierten en ruidos incomprensibles.
En un momento la vida cambia para siempre, lo que antes pudo ser importante deja de serlo. Las prioridades se desmoronan para después volverse a reacomodar, sin antes pasar por un periodo de crisis y de incertidumbre que solo nutren el miedo y la angustia.
Es difícil encontrar palabras correctas para dar ánimo o compartir el dolor que se siente, después de todo, el terremoto interno que se sufre es personal e intenso. Precisamente es en estos momentos, cuando surge una de las decisiones más importantes que cualquiera puede llegar a confrontar consigo mismo.
¿Qué actitud se va tomar frente a su adversidad?
Si bien, se puede tomar la elección de intoxicar al alma, sentir enojo, frustración y tristeza. Permitiendo que el dolor penetre a todos los huesos del cuerpo. O bien, se puede encontrar una nueva manera de vivir y de reconstruir la vida abrazando a la adversidad con resignación y con esperanza para encontrar fuerzas para luchar y continuar el camino.
Desde luego que es más fácil y cómodo convertirse en una víctima, enojado y aislado de la nueva realidad. Buscando en todas partes culpables y pretextos para sufrir mejor. Esta, no es una opción práctica, porque a pesar de la amargura, la vida no se detiene, ni hace excepciones. A pesar de que la pobre elección que tomo.
Por otro lado, existe otra elección, está bastante más complicada, ya que requiere de un gran esfuerzo personal para adaptarse a la nueva condición. Buscar un rayito de fortaleza interna para poder aligerar un poco el dolor.
Esta decisión es difícil porque requiere valor propio, respeto por la vida y amor a las personas queridas, para superar los momentos espinosos y los problemas que llegaron sin invitación.
¿Cómo se puede tomar una actitud positiva, con fe y esperanza con tanto dolor?
Para poder encontrar fuerzas y aferrarse a la vida, es necesario recurrir a lo más simple. Retomar las cosas y los momentos simples, que cuando llegaron, se sintieron como regalos obligados y bien merecidos.
Es crucial contar las bendiciones que se tiene. Ser más agradecido que nunca. Aferrarse a la vida con gratitud, por todo lo que se tiene y se tuvo.
Aprender a encontrar lo bueno, por más insignificante que, hacer conciencia que hasta el respirar o el despertar con el nuevo dia, es un toque divino, un privilegio y un regalo que se debe de apreciar.
La vida tiene formas muy extrañas para enseñar cuan valiosa y especial es.
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La receta
Sobreponiéndose a la adversidad
Ingredientes:
Gratitud – agradecer con el corazón y a manos llenas las bendiciones que se recibe
Fe – confianza en una fuerza divina, un poder superior o un universo que escucha
Ojo noble – encontrar lo bueno en todo y de todo, hasta en la adversidad
Paciencia – darse el tiempo que necesario para sanar y/o ajustarse a la nueva realidad
Fortaleza – valor interno para luchar a pesar del dolor y la decepción
Afirmación positiva para superar los momentos dolorosos:
Voy a superar con gracia y dignidad la adversidad que me ha llegado. Las situaciones difíciles me definen y me enseñan a encontrar la fuerza interna que me impulsa a salir adelante. Voy a conquistar mis miedos para superar estos momentos obscuros. Mis pensamientos y la fuerza de mi inconsciente me ayudan a ver con claridad. Agradezco lo bueno, lo malo y lo desconocido.
Como se supera la adversidad:
1. Toda persona tiene la posibilidad de sobrellevar sus malos momentos. Hay que buscar el valor de atreverse a luchar y dejar el miedo a pesar del dolor. La fortaleza interna es un recurso infinito que solo se llega a descubrir cuando uno confronta sus situaciones límite.
2. Tener buenas intenciones no es suficiente; para salir adelante hay que esforzarse y realizar acciones diarias que sean positivas. No existen las respuestas fáciles, ni los caminos cortos; para vivir se tiene uno que trabajar para ser positivo y ver el bien que esta escondido.
3. La adversidad es un maestro que da las mejores lecciones de vida. Cuando uno logra trascender el sufrimiento y la angustia, uno encuentra una nueva perspectiva de la vida. Una visión que solo conoce aquel que ha sufrido y aun asi, aprendió amar la vida.
No se puede prometer una vida sin dolor, pero se puede asegurar que cada quien tiene lo que necesita para poder superarlo. Sufrir es una condición de cobardes. *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2019 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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