Aveces los adultos nos complicamos tanto por diversas situaciones, que si la situación económica, que ropa me pondré el dia de hoy y cuántas veces ya me la vieron puesta, que si me disgusté porque mi novio/esposo no me dijo lo linda que me veo, que si la dieta me impide disfrutar de una deliciosa barra de chocolate, que si estoy muy pasada de peso -al menos es lo que aveces uno piensa- y deseo adelgazar, que si mi cabello es negro y deseo ser rubia ahora, que si el cabello es rizado y deseo alisarlo, que si mis ojos son negros y ahora deseo adquirir unos lentes de contacto de color verde y la lista continua¡..
Los niños son tan ligeros de espíritu que deberiamos aprenderles algo para caminar con más soltura y desenfado en esta Bendita vida¡ en dónde nadie está de acuerdo con nada, ni se siente agusto con lo que es.
La infancia es una etapa en la que se valora lo realmente necesario para disfrutar de la vida en plenitud y felicidad. Se da un valor muy grande a las cosas verdaderamente importantes como son nuestros padres, hermanos, los amigos, el compartir juego y risas, la libertad, el ser fiel a uno mismo. Algo que según vamos creciendo va menguando a causa de todas las influencias que vamos recibiendo del exterior..
Los niños carecen de prejuicios, no tienen discriminación dentro de su ser.Nosotros los adultos, deberíamos observar el comportamiento de estos maravillosos seres quien gracias a que aún no muestran signo alguno de corrupción en su forma de obrar, conservan la verdadera esencia de la bondad, generosidad, fortaleza y el único camino de la felicidad.
También lo demuestran ante la pobreza que desgraciadamente muchos acusan, la sonrisa no se borra de sus labios. Niños que se adaptan y se siguen adaptando a lo nuevo y desconocido. Los adultos nos acomodamos en un trabajo, en un lugar, en una posición y de ahí no nos sacan.
De niños es muy sencillo hacer amigos. No somos desconfiados, confiamos en la gente, sentimos necesidad de estar con los de nuestra edad, de jugar. Son muchas las cosas que compartimos, todos nos parecemos: tenemos las mismas dosis de ilusión, curiosidad, vitalidad, energía… Sobretodo somos sencillos, no ponemos límites, la vida no nos deja de sorprender, es como un saco inmenso que aún no podemos cerrar y donde dar cabida a cualquier cosa. Decía que son sencillos los niños. Me refería a que se hacen amigos con quienes comparten cosas, en seguida suelen llevarse bien.
Los adultos, por el contrario, anteponen sus intereses, influencias y todo tipo de obstáculos y parapetos hipócritas y comodones. Uno de ellos es el tiempo. Cualquier excusa es buena para llenar nuestro tiempo menos las cosas verdaderamente importantes. Como prestar atención a la gente que necesita ser escuchada, compartir más que un protocolario "buenos días" o "hasta luego" con la familia, acordarnos de llamar a alguien, tragarnos el orgullo y dar el primer paso para reconducir un conflicto.
Nos falta tiempo para mirar por la ventana, dejando de pensar en lo nuestro, centrándonos en lo que vemos, en la gente que pasea, habla, se sienta en un banco.. Una persona que tenga tiempo para este tipo de cosas no se considera alguien importante o interesante sino alguien que quizá pierde el tiempo, es un aburrido o no tiene nada que hacer.
Seguro que si les observásemos más de lo que lo hacemos y los imitáramos en su manera de hacer las cosas ganaríamos en calidad y plenitud de vida.
Mi hijo Derick cada dia me alecciona más con sus palabritas con gran contenido de sabiduría¡¡.
Hace unos dias mi esposo se encontraba algo tenso por razones laborales así que salimos a dar la vuelta con nuestro pequeño Derick quién detectó enseguida la situación de tensión y sabiamente se apresuró a decirle a su papá Pepe -como el le llama cariñosamente- algo que nunca olvidaré y que logró hacer de nuestra tarde una de las mejores pues nos recordó cosas que por ese momento se le estaba olvidando a mi esposo poner en práctica...
"Pero cómo te vas a poner así de tenso si sabes de meditación. Debes estar tranquilo sino para que te sirve. Tranquilo ya pasó.
Mi pequeño estaba recordando el valor de vivir en el presente y no preocuparse pensando en el pasado. Me recordó sinceramente que aveces las personas nos olvidamos de quienes somos, del aprendizaje que tenemos cuando ocurren conflictos en la vida diaria, enfrascandonos en el pasado impidiendo enfocarnos en lo que verdaderamente importa. Nuestro momento presente. El presente es lo importante, el pasado ya pasó y el futuro es incierto recordé en ese momento.
Nuestros hijos son los maestros más grandes que podemos tener sin importan su estatura, su espíritu es tan grande que nunca terminariamos de aprender de ellos.
Comentarios
ASI ES PAOLA LOS NIÑOS SON MUY NOBLES Y TIENEN INOCENCIA NO HAY MALDAD EN ELLOS MIRALOS A LOS OJOS NO BAJAN LA MIRADA ES LIMPIA YO TRABAJE 28 AÑOS EN UNA GUARDERIA Y PARA MI FUE UNA VENDICION MUY GRANDE BAJATE AL NIVEL DE LOS NIÑOS APRENDES DE ELLOS Y TE DIVIERTES COMO ENANO SALUDOS.
Claro Alejandra¡ Totalmente de acuerdo contigo¡.Gracias por compartir¡Abrazotes¡
Así es Paola. Eso demuestra una vez más la sabiduria de nuestros niños. Te mando un abrazo y gracias por el comentario¡
Mil gracias Heidi por tan bella imágen de hada. Sábes algo? me encantan estos mágicos personajes¡. Te envio un fuerte abrazo hermosa¡
Wow excelente comentario de tu hijo. Qué sabiduría.
Al final del dia, los niños son los grandes maestros, o es solo que nos recuerdan como regresar a nuestras raices.