¡Genial inicio de semana chicas!
“Convierte esta premisa en la regla básica de tu vida, y te beneficiaras más que cualquier terapia”
Los desafortunados en este mundo, que han sido golpeados por circunstancias incontrolables, merecen toda la ayuda, la simpatía y el apoyo que podamos brindarles. Pero hay otros que no han nacido desafortunados o desdichados, sino que atraen las desgracias a través de sus actos destructivos y su perturbador efecto sobre los demás. Sería magnífico si pudiésemos ayudarlos a levantar cabeza, a modificar sus esquemas de comportamiento, pero la mayoría de las veces las cosas suceden a la inversa: son los esquemas destructivos de ellos los que terminan por introducirse, si lo permitimos, de cambiarnos. La razón es muy simple: el ser humano es en extremo susceptible a los humores, a las emociones e incluso a la forma de pensar de aquellas personas con las que comparten su tiempo.
Los individuos desdichados sin remedio tienen una capacidad particularmente grande para contagiar su toxicidad, gracias a la extrema intensidad de sus caracteres y emociones. A principio, se presentan como víctimas, lo cual, a primera vista, torna difícil comprender que sus desgracias son autogeneradas. Es necesario comprender lo siguiente: En la búsqueda del poder interior es de importancia crucial verificar con qué tipo de personas te relacionas.
El riesgo de interactuar con personas contagiosas consiste en que estés desperdiciando un tiempo valioso y mucha energía para librarte de esa influencia negativa. Y, gracias a una especie de culpa por asociación, también perderás valor ante los ojos de los demás. Nunca subestimes los peligros del contagio que presenta una gente tóxica. Existen muchas clases de personas tóxicas de las que hay que prevenirse, pero el más virulento es el individuo que sufre de insatisfacción crónica.
¿Cómo es posible protegerte contra virus tan activos y patológicos? La respuesta reside en juzgar a la gente por el efecto que ejercen sobre el mundo que los rodea, y no por las causas que ellos nos presentan como motivo de sus problemas. Los individuos de contagio pueden ser reconocidos por las desgracias que atraen sobre sí mismos, por su larga lista de relaciones fracasadas, por la inestabilidad de su carrera y por la misma fuerza de su carácter, que los envuelve y les hace perder la razón. Toma estas señales como advertencia si estás frente a un individuo tóxico, el cual es altamente contagioso. Aprende a verles el descontento de la mirada. Y, lo más importante de todo: no les tengas lástima. No te enredes tratando de ayudarlos, la razón es porque los individuos tóxicos no cambian, y tú puedes quedar atrapado.
La otra cara del contagio es igualmente válida y quizá más fácil de comprender: hay personas que atraen la felicidad por su buena disposición, su euforia natural y su inteligencia. Pueden constituir una fuente de placer a tu vida, debes asociarte con ellas para compartir las prosperidad que esas personas convocan. Esto vale para algo más que para el buen ánimo y el éxito. Utiliza el aspecto positivo de la ósmosis emocional y benefíciate con sus ventajas. Si, por ejemplo, eres avaro y mezquino por naturaleza, nunca llegarás más allá de ciertos límites; ya que solo las almas generosas alcanzan la grandeza. No te asocies con quienes comparten tus defectos, ya que sólo reforzaran todo lo que te traba. Recuerda, solo individuos positivos relaciónate.
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¡Gracias por estar cada semana conmigo mujeres divinas, que Dios las bendiga, las quiero y agradezco su presencia!
Soy Angy Newman, recuerden, hagan que las cosas sucedan, ustedes tienes el control, ustedes son las responsables.
Las abrazo fuerte. Gracias.
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