Llevo un tiempo ya que no estoy con él. Aunque lo nuestro fue de varios años, después de que muchas veces lo intentamos, peleamos y reconciliamos, finalmente nos hemos separado. Ahora él ya tiene a otra. Se pasean y cada rato suben fotografías de qué tan felices son. Yo los sigo anónimamente por redes y me duele todavía. Sé que me hizo mucho daño; que me humillé y perdí mi dignidad tratando de salvar la relación y nada sirvió. No puedo evitarlo y sigo llorando, y muchas veces pienso que quiero buscarlo y no perderlo.
Ante esta situación, muchas personas (con la mejor intención) nos dan consejos. “Olvídalo”, nos dicen como si sólo se tratara de apretar algún botón que tiene uno por ahí. O fueramos tontos y la idea de “olvidar” no se nos hubiera ocurrido. Otras dicen “Tú vales mucho, encontrarás a alguien mejor.” Y cosas por el estilo, pero resulta que una relación de años no es fácil olvidar, y más cuando a nosotros/as fue a quien dejaron heridos/as.
Desafortunadamente nuestro cerebro funciona tal que cuando alguien nos deja, se pone aferrado a seguir doliéndose por esa persona que nos dejó, extrañándole a pesar de las heridas. En nuestros momentos más razonables, hace tiempo sabemos que las cosas entre esa persona y nosotros no funcionan. Sabemos que muchas veces lo intentamos y no funcionó porque el amor no siempre basta. Pero el corazón no sabe de eso y sigue con su aferramiento y obsesiones. ¿Qué decides hacer? ¿Seguir llorando, sufriendo?
Te sugiero que hagas una lista de las cosas dolorosas que recuerdes o frases que él te dijo. Frases como: “Nunca fuiste mujer para mí.” “Ella es diferente (mejor) que tú.” “Ya no te amo.” “Ya no me atraes.” Cuando te dijo que iba de “viaje de trabajo,” pero descubriste que se paseó con otra. Y cosas por el estilo. Recuerda las que más te hayan dolido. Léelas o recuérdalas continuamente, de preferencia varias veces al día. Ponlas de alguna forma en tu pantalla del cel. Si te es difícil una lista, por lo menos agarra una frase o memoria por varios días y repítela mentalmente cada hora, mínimo. Si esa frase o recuerdo deja de dolerte, cambia a otra que sí te duela.
Obvio sé que esto te va a doler constantemente y por buen tiempo. Pero este dolor constante, va a impedir que tu cerebro cambié a “modo rosa” y empieces a extrañar los buenos momentos con esa persona. El recordar constantemente las partes negativas impedirá que tu cerebro se debilite y de repente él te llame y quieras volver, te quieras nuevamente “dar la oportunidad”, con alguien que vendrá unos días y pronto te hará nuevas heridas sobre las llagas que aún tenías sangrando; como varias veces ha pasado.
Recordando las peores heridas tu cerebro acortará tu duelo, porque se forzará a ser realista. Aquí no se trata de inventar, sino de recordar la realidad de cómo eran/son las cosas en tu relación con esa persona. Las cosas que te hizo y te dañaron y la forma en que él te veía impedirán que tu cerebro se ilusione en una relación imposible de sobrellevar.
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