Hola amigas... con todo cariño les dejo una nueva historia de mi autoría; una especie de cuento de hadas que en algunos casos puede hacerse realidad. Reencontrarse de frente con el pasado muchos años despues, y sentir nacer nuevas ilusiones. Espero que resulte de su agrado y que dejen ¡Muchos comentarios!Krissia había escuchado por ahí a alguien hablar de Melpómene y Talía, las bien llamadas musas de los escritores, quienes eran las encargadas de llevar la inspiración a sus cerebros, haciendo brotar Melpómene dramas trágicos y Talía, los escritos que harían sonreir a los Dioses del Olimpo. Sin embargo, a veces sus pasos no llegan a donde el escritor, y éste se ve obligado a salir a buscarlas, como queriendo arrebatar magia de entre los arrabales. Ese era su caso, talvez las musas no se sentían atraídas por llevar oro molido a una mente femenina; "si hubieran sido musos", pensó para sus adentros, "la historia sería muy distinta".Una noche quiso arrancarle sueños a un teclado, sin lograr avanzar mas de cinco palabras hilarantes. La ventana le hizo entender que el Sol ya se había puesto, el aire del estudio le resultaba pesado, sofocante... tenía dentro una intensa y ridícula necesidad de respirar, como si los átomos de oxígeno, nitrógeno y argón se hubieran combinado de modo erróneo en ese reducido espacio, y en lugar de hacerla sobrevivir, tuvieran intenciones de asfixiarla.Una blusa de manta en tendencia hindú y un desgastado pantalón de mezclilla combinado con unas sandalias de piel color plata eran el atuendo perfecto para tan "desafiante" tarea. Por unos minutos pensó en la posibilidad de pedirle a alguien que le hiciera compañia, pero los escasos números de la agenda telefónica acabaron con esa intención. Realmente su círculo social desde el día de su boda se hizo tan reducido como el tamaño de la argolla de matrimonio. Un par de amigos solamente, que por el día y la hora que era, estarían verdaderamente ocupados con el dichoso asunto de sacarle jugo a la vida. Jamás en lo anterior se había sentido tan terriblemente sola. Sin embargo eso no sería obstáculo. Caminaría hasta cansarse de hacerlo o hasta tropezar con las musas que le ayudarían a invadir el mundo utópico en el que le gustaba encerrarse.Al llegar a una plaza pública, se regodeó observando pasar a los transeúntes: unos caminando apresuradamente, otros dando docenas de vueltas, unos mas, intentando ocultar de sus críticos ojos la borrachera que se notaba en los propios. El sabor moka de un vaso de café la hizo sentirse relajada. De pronto recordó algo, quizá, con un poco de suerte, podría tener compañia esa noche, ¡necesitaba tanto tener cerca a alguien que la escuchara! Ya eran casi las once de la noche y con seguridad, en fin de semana, aquel viejo conocido estaría disponible.Marcó con prisa los diez dígitos de un número celular y un par de timbrazos después, escuchó su voz del otro lado de la línea. Hábilmente inventó qué decir para cuando el contestara... no era buena idea empezar una conversación con un "es que no tengo a nadie más con quien salir...".-- ¿Carlo? ¡Hola que tal, soy Krissia! oye, te marco para pedirte un favor: mira, estoy en la plaza principal, quise salir, estoy sola y... si, ¿podrías venir para llevarme a casa? es que sabes, tengo miedo de regresarme a pie a esta hora..."OK espérame frente a la farmacia... llego en unos 15 minutos". Él habia aceptado, ahora cualquier pretexto sería bueno para empezar una conversación, quizá con invitarle un café bastaría.El verlo llegar mucho antes de los 15 minutos acordados le arrancó a Krissia una sonrisa de los labios. Mientras él cerraba la portezuela del auto, su porte le trajo a la mente la figura del mismo chico atractivo que era antes, por el que en cierto tiempo había estado embobada. Carlo era parte de su pasado, mas de diez años atras. Entonces era un chico trigueño de 18 años, de cabello largo y cuerpo de modelo de revista. El cliché del deportista de primer nivel de la escuela preparatoria, perseguido por todas las chicas populares, inluso por ella, quien también competía en los ratings de popularidad, pero por motivos muy distintos.-- Hola Kriss... todavía no me creo que me hayas llamado de nuevo... hace mucho que no lo hacías. Ojalá que salgas mas seguido, para que aunque sea pueda servirte de chofer...-- ¿Quieres un café? yo invitó...-- Pues nos lo echamos...Un par de horas después, aún estaban juntos, sentados dentro del auto que ni siquiera habia encendido el motor. Ya habían conversado del clima, del cine, de cómo había cambiado el mundo que ambos conocieran. Los dos sonreían sin parar. Sin siquiera tomarse de las manos, su actitúd había convencido a todos de que se trataba de una pareja en una cita de romance.-- ¡Es tardísimo!... tengo que irme a casa - le dijo ella, urgiéndolo muy a su pesar de cumplir la encomienda por la que lo había llamado.Carlo la miró a los ojos, Krissia vió algo dentro de los de él que la inquietó. El hombre metió la llave al switch y dió marcha, pero dos cuadras adelante, repentinamente apagó el vehiculo.-- Quiero hablar un momento contigo, después de cinco años de silencio, lo menos que puedes hacer por mi, es regalarme cinco minutos de tu tiempo.-- Claro, te lo debo. ¿Pero por qué estás tan serio?¿De qué se trata?Carlo respiró hondo, como intentando disimular el nerviosismo que lo invadía.-- Kriss, tengo tantas cosas que preguntarte, que no sé por dónde empezar. En todo el tiempo que no hemos cruzado palabra, he sabido muchas cosas de tí. A veces te he visto pasar muy triste, y me pregunto ¿dónde esta la niña que conocí? Eras tan bella, popular, tan deseada por todos... ¿Sabes? cuando éramos los mejores amigos, yo me sentía bien estando contigo... Te idealicé de un modo que... todavía no entiendo.Krissia soltó una carcajada, que interrumpió cuando vio de frente el semblante incómodo de Carlo. De inmediato quiso ingenuamente enmendar el error cometido.-- No me malinterpretes ¡No me rió de tí sino de mí misma! después de tantos años, creo que debo confesarte algo: entonces yo estaba enamorada locamente de tí. Hoy me dices que tú me idealizabas a mí... y ninguno de los dos jamás mencionó una palabra... Tuvieron que pasar ¿qué? casi catorce años para tener esta conversación... ahora ya adultos, comprometidos, con nuestras vidas hechas.Carlo guardo silencio un instante. Disimuladamente acercó su mano a la de ella, que se quedó fria con ese acto.-- ¿Recuerdas el día que nos graduamos?-- S-siLa noche en que ambos se hubieron graduado de la media superior, sus amigos cercanos decidieron interrogarlos acerca de un rumor, una especie de "secreto a gritos". Toda la escuela estaba convencida que había "algo" entre ellos, un noviazgo secreto que ellos se encargaban siempre de desmentir. Pero esa noche sería la última vez que ambos estarían juntos en ese ambiente familiar. Un "¿son o no son?" fue el motivo perfecto para hacerlos darse un primer beso frente a todos sus compañeros de estudios. La voz de Carlo la sacó de sus pensamientos.-- ¿Nunca te has preguntado nada acerca del beso de aquella noche? Kriss, lo hice porque lo único que necesitaba entonces era un pretexto para besarte. Siempre quise hacerlo, y realmente lo intenté mil veces, pero algo lo impedía. Soñé muchas ocasiones con aquel beso, dormido y despierto. Me imaginaba tomándote por la cintura y... pero en privado, y no con cuarenta personas contándonos el tiempo. Después, tuve otro sueño, que debió que esperar años para hacerse realidad: deseaba hacerte el amor. Esperaba que el teléfono sonara y fueras tú. Cuando ya no tenía esperanzas, me obligaron a ir a la ciudad a donde te mudaste, y fue el mejor viaje de mi vida. ¿Te acuerdas de aquella noche? tu y yo, solos, algo pasó y ...-- Terminamos en un hotel de mala muerte, que me pareció un paraíso. Todo lo que me puedas decir, lo sé, Carlo... lo viví contigo. Y te juro que de nada me arrepiento. Al contrario, creo que hubiese sido peor el no hacerlo. Pero es demasiado tarde para hablar de ello, ¿no crees? Eso fue algo eterno, en su momento... y ya sabes lo que dicen "eterno mientras dure". No duró, asi tenía que haber sido. Pero fué una de las cosas mas hermosas de mi vida. Nuestra relación, Carlo, toda mi vida va a ser importante, siempre será quiza lo mas bonito de mi vida, pero de igual modo, no esperes que nadie se entere jamas de eso. Siempre ha sido mi secreto mejor guardado.-- Por supuesto, era demasiado hermoso. Tanto que nunca me importó ser el "jugador emergente", no me importaba porque siempre que te necesité estabas ahí, para mí, para escucharme, para abrazarme. Me hacias sentir tan bien que... no sé si aquello era amor... pero jamás he sentido lo mismo por otra mujer, ni dentro de la cama ni fuera de ella. Yo no me rebajé nunca a ser un juguete de nadie y contigo...-- ¡Momento Carlo! ¡yo también era tu juguete! Tú tampoco me guardabas fidelidad. Durante todo ese tiempo yo también era un relevo. Andabas de aqui para allá, paseándome enfrente a cuanta chica te ligabas. y luego, llegabas con tus aires de niño bueno y siempre terminaba cayendo contigo de nuevo. También eso me hacía daño.-- ¡Nunca te importó!-- ¡Claro que si me importaba!... ¡Y me moría de celos, ellas eran tus noviecitas y yo!... ¡simplemente no era nada!El tomó su mano apretandola brutalmente, como si intentara lastimarla. Krissia volteó su rostro a él y al verlo, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Con la mano derecha, el quiso limpiarlas.-- No, no digas eso... tú siempre fuiste alguien importante para mi. Alguien que no tenía un título definido, pero que tiene un espacio en mi corazón. Uno que nadie de las chicas que se me han acercado han podido llenar. Si Kriss... yo no me puedo olvidar tan fácilmente como lo hiciste tú de toda esa historia. Yo también tuve celos cuando te fuiste de mi lado sin importarte aquello que nos prometimos. ¿O lo olvidaste también? Prometimos que siempre estaríamos ahí, el uno con el otro, sin importar quien más hubiera entrado en nuestras vidas. Y fallaste a la primera. Eres una romántica, una enamorada del amor, atrás de todo el maquillaje y la facha de rebelde. ¡Y te fuiste de mi para ir a buscar flores en la basura! Me causaste una enorme tristeza, al verte siempre rodeada de galancitos que te quedan muy por debajo.-- Carlo, hay algo que debemos aclarar. Yo ahora, soy una mujer casada, una señora para quien no hay espacio para sostener estas conversaciones. Además estos reproches vienen muy a destiempo. Estás comprometido, la chica con la que piensas casarte, son muchos años los que llevas con ella.-- En mi vida, solo ha habido tres mujeres: la que me quiso, a la que quise y la que me conviene. Liza es la que me conviene, nada mas. No soy felíz con ella, pero es una dama, una mujer que no hace preguntas es ventaja. Realmente no sé que estamos haciendo aquí. Tengo que soportar las ganas que tengo por besarte, secuestrarte en este mismo instante y llevarte a la casa del lago. Kriss... todo esto se termina ahora si me respondes algo ¿Lo amas todavía?Ella dudó por unos instantes, sin saber si tanta confusión se debía al rumbo que había tomado una inocente plática, o si en realidad, había algo en lo que no queria pensar.-- Mario es una gran persona, que no se merece una mala jugada. Es honesto, fiel, responsable y...-- ¡Te pregunto si lo amas, y sólo me respondes enumerando todas las razones que debían de hacerte amarlo! No te ciegues. Es muy poca cosa a tu lado... Si me preguntas a mi por Liza, no, Kriss, yo no la amo.En ese preciso instante, Carlo tomó a Kriss por el cuello y llevó sus labios a los de ella, quien intentó resistirse desesperadamente, pero en el fondo, sabía que él tenía la razón. Esa relación con Carlo la había marcado profundamente. Una pasión desbordante se apoderó de los dos, y se besaron largamente. Kriss ya había olvidado esa sensación, el calor del cuerpo del hombre con el que despertó muchas mañanas, y del que se había despedido cuando se casó con Mario fingiendo una frialdad que estaba muy lejos de sentir.-- Kriss... yo, deseaba tanto esto. Me queda una última cosa por decirte, para mi, algo como una profecía que debo hacerte antes de que la carroza se convierta en calabaza y la princesa que acabo de besar desaparezca para siempre. Tú, podrás estar con el eternamente, pero dentro de tí sentirás algo por mí toda tu vida, igual que yo lo siento, por mas intentos que hago por apagarlo. Y los dos sabemos que tarde o temprano, vamos a volver a hacer el amor, sin importar los años, la figura o las arrugas, sin importar que sea en un hotel de mala muerte, en una casa a orillas de un lago o el asiento trasero de un auto. Estamos unidos...Krissia quiso decir que no... pero un no siempre suena rotundo y pocas veces se cumpla.-- Quizá lo que no sea en esta, pueda ser en otra vida.-- Una vida es demasiado esperar para volver a tenerte. Sabes que una respuesta tuya basta para volver a estar juntos. Y es una muy sencilla: Un sí, sin más ni mas.Minutos después Krissia entraba a su casa, con los fantasmas de su pasado bailandole alrededor, pero con su moral intacta y su conciencia tranquila. Quiso olvidar lo sucedido, tener a su marido entre sus brazos y borrar de una vez por todas las palabras de Carlo de su cabeza. Y lo único que encontró en el hombre por el cual lo había abandonado, fue un muro de hielo, que terminó con todas sus esperanza.Ella habia pasado la noche entera sin poder dormir, llorando en silencio su pasado, su presente y la frialdad de Mario, su pareja. Apenas amanecía cuando tomó el teléfono entre sus manos, y marcó nuevamente un número conocido. Con el aliento enrarecido y la voz entrecortada, respondió a la voz del otro lado de la línea.-- ¿Bueno? ¿Kriss, eres tú?Kriss guardó silencio un par de segundos, y decidida, contestó.-- La respuesta es SI.
bonita historia, el primer amor jamas se olvida, y cuando lo encuentras de nuevo lo dejas pasar por tu realidad actual, me gusto y el final mas, por el valor para tomar esa decision
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