BURNOUT (QUEMADA POR EL TRABAJO)

Artículo y Video

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Amigas compartiendo con ustedes algunos conceptos de la enfermedad de los últimos años: Burnout.

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Ahora que las mujeres han tomado las riendas de su vida y de su familia, también empiezan a sugrir el síndrome del Burnout

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El síndrome de Burnout es un padecimiento que a grandes rasgos consistiría en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido.

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También llamado: síndrome de quemado por el trabajo, síndrome de desgaste profesional o síndrome de desgaste ocupacional (SDO) o síndrome del trabajador desgastado o síndrome del trabajador consumido, como también síndrome de la cabeza quemada, es, sin embargo, un constructo del que se pueden desprender un sinnúmero de definiciones por lo que es posible indicar la inexistencia de una única conceptualización] y que han incidido también en la aparición de diferentes modelos explicativos.

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Es un síndrome que presenta tres características:

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1. Agotamiento emocional,

2. Despersonalización

3. Baja realización personal en el trabajo.

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Para hacerle frente, necesitamos desarrollar cuatro habilidades, como factores protectores:

1. Inteligencia emocional

2. Autoestima inteligente

3. Optimismo inteligente

4. Comunicación efectiva

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Esperamos les sean de utilidad y las compartan con sus jefes, compañeros, amigos, familiares y seres queridos.

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Las frases de la semana:

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“Lo que está en nuestro poder hacer, también está en nuestro no poder hacerlo"

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Aristóteles.

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“Una vida feliz consiste en tener tranquilidad de espíritu"

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Cicerón

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Burnout, quemado por el trabajo.

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Fuente: Juan Antonio Águila Marín

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Les presentamos un resumen de la conferencia del Dr. Juan Antonio Águila, consultor, catedrático del Tecnológico de Monterrey y Director Metropolitano del TecMilenio en Guadalajara quien nos preparó en exclusiva este valioso artículo, adaptado a las necesidades de nuestra empresa.

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Burnout es un síndrome que presenta tres características:

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1. Agotamiento emocional,

2. Despersonalización

3. Baja realización personal en el trabajo.

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Para hacerle frente, es necesario desarrollar cuatro habilidades, como factores protectores:

1. Inteligencia emocional

2. Autoestima inteligente

3. Optimismo inteligente

4. Comunicación efectiva

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La globalización de la economía se ha acentuado en los últimos años y, junto con el desarrollo de las nuevas tecnologías de información y de las telecomunicaciones, está originando cambios radicales en la sociedad, comparables a los que se produjeron durante la revolución industrial (Hiba, 1999). Esta nueva revolución tecnológica y económica privilegia a aquellos que disponen de las habilidades y aptitudes apropiadas para adaptarse a la nueva situación, y penaliza a los que carecen de ellas.

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A pesar de los grandes esfuerzos realizados por las naciones, desde hace varias décadas, las
enfermedades profesionales continúan siendo frecuentes. El costo que representan para la sociedad, así como las consecuencias que tienen para los trabajadores involucrados y para sus familias, afecta de manera significativa a las empresas y, en general, a todas las organizaciones.

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Este mecanismo se pone en marcha bajo el camuflaje de la competitividad y la “inocente” demanda de más y mejores servicios a las diversas organizaciones, esto es, “La Calidad Total en la Productividad”. En realidad, estos mecanismos conllevan una sobrecarga de la labor de los directivos y empleados, desdibujando su rol profesional, empeorando sus condiciones laborales y mermando su calidad de vida.

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Por tanto, la calidad del trabajo se reduce y se da más valor al “cuánto” y al “qué”, que al “cómo” y “en qué condiciones” se realiza el trabajo. Sara Freechman (1988) trata la situación de agotamiento laboral, considerando lo que llama el queme o desgaste del empleado (Burnout), como el resultado natural de la nueva ideología del profesionalismo.

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El Burnout está causado por “soportar” un elevado nivel de estrés primario como consecuencia de demandas de trabajo con presión temporal, relaciones inadecuadas, masificación de los procesos, falta de recursos, aislamiento, sentimientos de violencia, desempeño de un rol ambiguo, oportunidades de promoción limitadas, falta de apoyo social limitado y frustración de expectativas (Caramés, 2003).

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En conclusión, el enfoque psicosocial asume que Burnout es un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y bajo logro o realización personal en el trabajo. Si bien el término Burnout se podría traducir literalmente como “quemado”, se ha preferido el término en inglés por ser de uso cada vez más extendido entre los especialistas, por su mayor brevedad y porque entraña una connotación que el término en español no refleja con precisión (Aranda, Pando 2003).

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Desde una perspectiva biopsicosocial de la salud, proponemos ( Juan Antonio Águila Marín) como factores protectores las siguientes cuatro habilidades:

1 Inteligencia emocional

2 Autoestima inteligente

3 Optimismo inteligente

4 Comunicación efectiva

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Por tratarse de una propuesta de desarrollo de habilidades, debemos recordar el procedimiento para la adquisición de habilidades en el ser humano:

1 Conocimiento (de la habilidad y sus características)

2 Internalización (decisión de que la habilidad será parte de la propia vida)

3 Ejercicio (ejercitar la incipiente habilidad)

4 Transferencia (ejercitar la habilidad en diferentes contextos)

5 Re ejercicio (en cada contexto, se ejercita más y más la habilidad)

6 Automatización (o nivel experto)

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La metáfora que más utilizo para ejemplificar este procedimiento es la habilidad para conducir un auto:

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1. El conocimiento lo adquirimos formal, si tomamos un curso de manejo, o informal si algún familiar nos enseña a manejar.

2. La internalización se da cuando decidimos que conducir será parte de las actividades cotidianas de nuestra vida.

3. Las primeras horas de ejercicio las hacemos en el carro en el que aprendemos a conducir.

4. Tenemos la fortuna de conducir diferentes vehículos en diferentes etapas de la vida y ahí se da la transferencia; cada carro es un contexto distinto.

5. En cada contexto re ejercitamos la habilidad y,

6. Con el paso de los años somos casi expertos al volante.

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Cito esta metáfora solo con la intención de matizar que mi propuesta requiere de este procedimiento de desarrollo de habilidades, es decir, de ejercicio y más ejercicio.

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Volviendo con las habilidades, factores protectores de Burnout, iniciemos con:

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La Inteligencia emocional: es una herramienta que nos permite ser exitosos en, al menos, seis áreas de la propia existencia (prácticamente todas):

  • Salud
  • Vida espiritual
  • Familia
  • Trabajo
  • Economía
  • Sociedad

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Este tipo de inteligencia requiere desarrollar seis habilidades:

  • Valorar
  • Autoconciencia
  • Autocontrol
  • Motivación
  • Empatía
  • Habilidad social

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Como ya mencionamos, se trata de hacer ejercicios: por ejemplo para la habilidad de valorar, sugiero hacer cuatro listas, en un minuto cada una:

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-Primera lista: Veinticinco roles que desempeño en mi vida (padre, esposo, hijo, hermano, tío, primo, jefe…)

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-Segunda lista: Veinticinco bienes materiales que tengo (casa, carro, ropa, sala, comedor, tv…)

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-Tercera lista: Veinticinco bienes no materiales que tengo (salud, conocimientos, actitudes, libertad, inteligencia…)

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-Cuarta lista: Veinticinco objetivos que quiero lograr en mi vida (viajar, estudiar, ahorrar, negocio propio…) De este modo, en cuatro minutos de ejercicio, estamos ejercitando y, consecuentemente, desarrollando la habilidad de valorar.

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Habilidades a desarrollar como factor protector contra el Burnout

1) La habilidad de la autoconciencia se desarrolla haciendo ejercicios para conocerme, saber de mi, quién soy, a dónde voy, qué hago aquí, entre otros. Qué, hago, Cómo lo hago y Por Qué lo hago.

El autocontrol se desarrolla cuando a mis propósitos les defino una meta y unos objetivos (por escrito, medible, con fecha, realizable)

La motivación es la habilidad para recuperar mi fuerza interior, es decir, tener siempre
presente que mi productividad depende de lo que pienso de mí.

La empatía es la habilidad de “otredad”, es decir, tener el mejor reconocimiento del y para el otro.

La habilidad social se desarrolla con el ejercicio concreto de atender a las dos grandes tareas que piden de nosotros las organizaciones: Ser mejor persona y hacer mejor mi trabajo.

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2) La habilidad de la autoestima inteligente. Esta habilidad consiste en aprender a
pensar a cerca de nosotros mismos utilizando la mayor cantidad de interconexiones neuronales posibles.

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Para esto proponemos un ejercicio que es el siguiente: en un minuto debemos encontrar veinticinco posibles funciones de un clip metálico: separador en un libro, destapar la regadera, broche para el cabello, anzuelo...etc. Una vez que lo logremos, vendrá la siguiente reflexión: ¡si un clip sirve para más de veinticinco tareas… yo, como persona, debe poder hacer cientos de funciones…¡adiós tristeza y depresión¡ ¡adiós pobre imagen de
mi mismo! Recordemos lo comentado en renglones anteriores: mi productividad depende de lo que pienso de mí.

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3) La habilidad del optimismo inteligente consiste en aprender a interpretar nuestra realidad con base a datos que nos coloquen en una posición proactiva y positiva frente a la propia existencia. ¿Qué significa esto? Significa que la mayoría de las veces el pesimismo inicia cuando ni siquiera tenemos el dato real, es decir, nos pone triste llevar un “mal promedio” académico sin saber siquiera el promedio real que llevamos. Nos entristece “deber mucho dinero”, cuando ni siquiera sabemos el monto real de la deuda… Desarrollar esta habilidad es ejercitarnos en la conclusión diaria de que el mejor momento para hacer lo que hacemos es ahora y de que el mejor lugar es aquí. Optimismo inteligente es una habilidad contra el Burnout y es una habilidad que nos permite ser productivos en cada uno de los contextos en los que nos desarrollamos como seres humanos y como trabajadores.

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4) La habilidad de la comunicación efectiva. Al igual que las habilidades anteriores pueden ser tratadas con toda profundidad y no sería suficiente un libro entero o un semestre completo para agotar todo lo que de ellas existe. Pero para efecto del presente artículo, solo quiero señalar una precisa idea: la comunicación es como el eco, si no nos gusta lo que estamos recibiendo, se requiere prestar puntual atención a lo que estamos emitiendo.

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Comunicación efectiva como factor protector contra Burnout significa desarrollar la habilidad para procurar lograr en quien me escucha, lo que yo estoy pretendiendo; reto que implica la pregunta ¿cómo hablar para que el otro me escuche y cómo escuchar para que el otro me hable? La habilidad de la comunicación efectiva evita estrés laboral por malos entendidos, suposiciones falsas entre otros.

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Evitemos el síndrome de Burnout en el trabajo desarrollando las habilidades de inteligencia emocional, autoestima inteligente, optimismo inteligente y comunicación efectiva.

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Video

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Te invitamos a ver este video en el cual podemos observar algunas reacciones que nos puede causar el agotamiento laboral.

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Para ver el video, da click aquí: http://bit.ly/neBmjo

 

Reciban muchos saludos y les deseo una semana con poco estrés, controlando los acontecimientos y sus emociones

 

Con mucho cariño,

 

Juan Fernando Campos (JuanFer)

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Correo: jfcampos@gonzka.com.mx

 

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Comentarios

  • GRACIAS POR TU APORTACIÓN .BUEN INICIO DE SEMANA DIOS TE BENDIGA.
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