BRADBURY, MARAVILLOSO TERRICOLA

Cómo no recordar aquel episodio en el que un muy joven comentarista llamado Orson Welles dio lectura en su programa radiofónico a un texto que aludía a la llegada de los extraterrestres a la Tierra. El pánico que provocó entre los oyentes neoyorquinos, que no alcanzaron a dilucidar si se trataba de realidad o ficción, es ya parte de la historia.
Pero, bueno, no es que quiera referirme hoy a quien después de aquella anécdota se convertiría en un magnífico director y actor, ni a la conocidísima obra de H. G. Wells, La guerra de los mundos. Traigo a colación este célebre hecho ocurrido en 1938 para sustentar mi idea de que la ciencia ficción nos provoca una atracción irresistible.
Esta idea ha rondado en mi cabeza en los días recientes, justo desde que ocurrió el lamentable deceso de un entrañable escritor fuera de serie: Ray Bradbury.
A él le debemos verdaderas joyas literarias que se inscribieron en la novela y el cuento, dentro del género de ciencia ficción, aunque él prefería que se le catalogara como fantasía. “La ciencia-ficción es una representación de la realidad. La fantasía es una representación de lo irreal”, dijo alguna vez para explicar la diferencia entre ambos géneros. Lo cierto es que el tiempo nos ha mostrado que lo que Bradbury nos relataba no era tan fantasioso y ha llegado a tornarse en peligrosa realidad.
Ahí están, por ejemplo, sus legendarias Crónicas marcianas (1950) junto al paradigmático Farenheit 451 (1953), que es considerado un himno a los libros y la lectura, así como una denuncia contra la dictadura, la ignorancia y la represión social. Debo confesar que esa obra me entusiasma y que me impactó de modo profundo desde que lo leí, cuando era muy joven.
Desde la publicación de esas dos obras, Bradbury marcó un parteaguas en las letras contemporáneas estadounidenses y, poco después, en la literatura mundial.
Pero la valía y el talento del escritor nacido en Illinois fue más allá, pues divulgó la ciencia y aportó términos hasta entonces inexistentes: robots extraterrestres, naves espaciales, entre otros.
Agregaría, desde luego, por las colindancias con el icono de mi pintura, ese libro igualmente conmovedor que es Las doradas manzanas del sol, compendio de relatos publicado también a mediados del siglo XX.
Se le deben reconocer, además, otras facetas de su brillante trayectoria, como el de guionista de cine, pues tradujo al lenguaje cinematográfico la historia de Moby Dick para la película que dirigió ni más ni menos que John Houston, o de sus propias novelas convertidas en exitosas cintas. Cabe recordar que durante largo tiempo también elaboró guiones de series de televisión inolvidables, como The twilight zone, que en nuestro país se conoció con el nombre de Dimensión desconocida. Su obra abarcó, además, el teatro, la poesía y el periodismo.
Ray Bradbury, quien habría cumplido 92 años el próximo agosto, partió el pasado 9 de junio, tras una larga y productiva existencia. Fue un autodidacta ejemplar, obligado a serlo por la condición económica de la familia, que no pudo pagarle estudios universitarios. Su vocación de aprender y, sobre todo, de escribir, lo impulsó a aprender más y más con los recursos que tuvo a la mano.
A momentos me parece que su literatura realista o de ficción tiene rasgos románticos místicos, morales y poéticos, pero a la vez de angustia frente al infinito.
Se trata de un relevante terrestre –o terrícola, como se suele decir en el lenguaje de la ciencia ficción–, lleno de imaginación, lucidez y visión de futuro.
A leer, pues, a Bradbury, quien siempre soñó con una “democracia de lectores”. Termino con una reflexión –una declaración que habla del valor de las letras– del propio escritor, y que resulta muy apropiada para nuestro momento actual: “Si sabes leer, tienes una educación completa para la vida y sabes cómo votar en una democracia. Pero si no sabes leer, no sabes cómo decidir”.
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Twitter: @martha_chapa
Facebook: Martha Chapa Benavides

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Comentarios

  • Siempre me ha gustado Bradbury, querida Martha y lamento su muerte. Pero sus libros quedan para los que gustamos de la ciencia ficción. Te mando besos

  • Ohhhh q bonito, gracias por la información!!!!! saludos

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