El escritor que se soltó de Dios
“Instrúyeme, Señor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu nombre”.
(Salmo 87: 11)
Fedor Dostoievski, célebre escritor ruso nacido en Moscú en 1821 y fallecido en 1881, fue condenado a prisión en 1849 por participar en actividades antigubernamentales. Se dice que precisamente estando en la cárcel, solo tuvo acceso a la lectura de un Nuevo Testamento, a través del cual reforzó su conocimiento, fe y amor en Dios.
Sin embargo, luego de 5 años de condena, en que Dostoievski regresó a la vida normal para seguir haciendo lo que tanto le gustaba: escribir, su vida personal y su pasión por lo espiritual empezaron a resquebrajarse. Y es que el célebre intelectual, llevaba consigo las secuelas de una infancia tormentosa, ocasionada por la relación con un padre déspota, a lo que se agregó la muerte prematura de su madre. Otros traumas posteriores fueron : la pérdida de su progenitor , torturado y asesinado por un grupo de campesinos; la muerte de su esposa , el deceso de su hermano, el fallecimiento de la primera hija en su segundo matrimonio, su adicción a los juegos de azar, el asedio de acreedores que lo buscaban para cobrar viejas y nuevas deudas ; y, su enfermedad: la epilepsia.
De allí que como escritor, este autor de: “Recuerdos de la casa de los muertos”, “Crimen y Castigo” , Los hermanos Karamazov”… dejó un legado que lo coloca entre los grandes de la literatura universal, lamentablemente como cristiano, no trascendió; se perdió, pues los factores ya anotados , más el “soltarse” de la mano de Dios, lo sumieron en una vida vacía, angustiosa , desgraciada, hasta los mismos días de su muerte.
Quizá a usted o a mí nos ocurrió alguna vez que los infortunios nos llevaron al desaliento, al auto compasión, empujándonos a buscar refugio en todo, menos en Dios, atentando contra el modelo inicial que tuvo Él para con nuestra vida.
No dejemos pues que nade nos aparte de la búsqueda incesante del Señor, para que cuando los problemas lleguen, (porque aunque seamos seguidores de Cristo, igual llegarán) nos encuentren firmemente agarrados de su mano poderosa; y nos eviten la ansiedad de intentar solucionar las cosas a nuestro modo y manera , y lo que es peor , a vivir sin rumbo, sin nada que nos llene , que nos haga felices, como a Dostoievski, que interiormente no le sirvieron de nada el talento y la fama..
Amigos virtuales: vivamos entendiendo que los mortales somos –a decir del salmista- como un sueño: “nacemos por la mañana, como la hierba que al amanecer brota lozana, y por la noche ya está marchita y seca”. (Salmo 90:5-6)
Autor: William Brayanes
Comentarios
Tremenda experiencia de vida, hermosa reflexión que nos sirve de ejemplo para tiempos borrascosos, donde debemos demostrar nuestra fe, esperanza, templanza...nada fácil...pero tratemos de seguir el camino de la mano de Dios, ya que solos difícilmente podremos....