Recuerda que el dinero debe ser tu sirviente y amigo, no tu amo ni tu enemigo.Recuerda que el dinero te servirá bien si mantienes hacia él la debida actitud mental.Recuerda que el dinero que tú tienes ahora no puede cumplir con todo su deber si tienes impresa la idea de la insuficiencia o de poco valor. Tú limitas el valor de tu dinero cuando piensas en él como si fuera meramente oro o plata. El dinero representa sustancia. La idea que está detrás del dinero le da valor al dinero.Detrás de todas las cosas que aparecen está la Sustancia Divina, que es invisible a la vista física y que sólo puede verse con los ojos de la fe. La Sustancia Divina es ilimitada; no conoce la carencia. Si puedes pensar en tu dinero considerándolo como realmente es, una representación de la Sustancia Divina, y si sabes que él tiene grandes posibilidades, harás desarrollar entonces nueva vida en tu dinero; descubrirás que con él puedes comprar más y te sentirás más satisfecho con lo que compres.Bendice este símbolo en nombre de la verdadera Sustancia y él adquirirá más y más el carácter de la abundancia que la verdadera sustancia posee. Es una ley metafísica que lo bueno, en cualquier cosa, aumenta cuando se bendice y el mal aumenta cuando se maldice.Bendice tu dinero, elógialo como un símbolo de la magnificencia de Dios. Afirma que tu dinero, a su vez, bendecirá a todo el que lo toque. Imprégnalo con la promesa de sus abundantes posibilidades; libéralo, déjalo que cumpla tu mandato libremente, y con toda seguridad prosperarás.Ningún sirviente puede hacer, ni hará, su trabajo perfectamente si se le trata mal. Imprime a tus sirvientes las monedas con un pensamiento de prosperidad y despídelas libremente con tus bendiciones. Ningún buen pensamiento o palabra buena se pierde nunca, sino que cada uno realizará el bien en donde quiera que vaya.La ley de la bendición rige todas las otras cosas, de la misma manera que al dinero. Bendice cualqueir cosa y lo bueno que contiene aumentará en ti.
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Gracias Maru, compartir es dar, y recibir tienes toda la razón, Bendecir no cuesta nada, y si nos retribuye mucho más de lo que nosotros damos. Dios te bendiga.
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