Publicado por Martha Chapa el 11 de Mayo de 2010 a las 4:08am
Quienes llevamos décadas luchando a favor de los derechos de la mujer, solíamos percibir con cautela –y a veces hasta con recelo– los concursos de belleza.La crítica fundamental consistía en que tales certámenes constituían un muestrario de objetos sexuales y respondían a simplistas criterios estéticos, por lo general muy estereotipados, sin que contaran el talento, la preparación y la trayectoria profesional de las participantes.Sin embargo, con el tiempo la mujer fue avanzando en múltiples campos y hoy en día ocupa con frecuencia posiciones relevantes en todos los órdenes de la vida social, económica, política, educativa, cultural y deportiva, entre muchos otros, si bien es cierto que todavía no se ha logrado plenamente la equidad de género y la aplicación del marco legal y normativo alusivo al tema.Asimismo, más allá de su muy relativa relevancia, estos certámenes han ido mejorando sus mecanismos y sus reglas y ahora se empiezan a incluir otros criterios –además de los convencionales sobre la belleza femenina–, como preparación, conocimientos, aptitudes, ingenio, etcétera.Viene esto a propósito porque recibí la invitación para ser jurado en “La flor más bella de Tabasco”, que se llevó a cabo el fin de semana pasado. Se trata de una competencia de carácter local, enfocada, sobre todo, a las tradiciones, pues fue instituida por la comunidad tabasqueña desde 1953. Por cierto, también fue invitada como miembro del jurado la talentosa y bella actriz mexicana Angélica Aragón.Gracias a esta oportunidad pude conocer a mujeres jóvenes preparadas, seguras de sí mismas y conscientes del papel cada vez más vital que desarrollan en la sociedad actual. Participó una representante por cada municipio tabasqueño y créanme que la competencia estuvo muy reñida.Tras la aparición de las concursantes, todas realmente guapas, empezamos a concluir que una chica que pronto terminará sus estudios de psicología se apartaba de los clichés físicos que con tanta insistencia nos ha impuesto la publicidad, equiparando la belleza con el fenotipo de mujeres rubias y de ojos claros.Aquí no ocurrió así, y la ganadora fue Gloria María Morales, una mujer de atractivos rasgos indígenas, de origen socioeconómico modesto, con mucha personalidad, aplomo y garbo; en síntesis, una notable exponente de la hermosura de nuestra raza (resulta difícil creer que, tras bambalinas, alguien expresara grotescamente su racismo con un “parece india”, como si eso fuera un defecto y no un motivo de orgullo).En todo caso, resultó muy grato ver la reacción del público, que refrendó con aplausos y flores la decisión de la mayoría de quienes integramos el jurado calificador.Otro hecho positivo fue que se reanudara la Expo Feria Tabasco, que tenía dos años consecutivos sin celebrarse, donde se constató el desarrollo económico, agropecuario, artesanal y cultural de aquella importante entidad en la que se percibe el trabajo decidido y apasionado del Gobernador Andrés Granier.
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Esos concursos no son para sorprendernos, en muchos pueblos se realiza "La flor más bella del ejido" desde tiempo atrás. En Xochimilco es precioso el concurso y ya van varias profesionistas las que han obtenido el premio, cosa de ver un poco más de TV y enterarse. Que bueno que no salió como la del concurso de Panamá que circula en internet, a la que le preguntaron quién era Confucio y contesto barbaridad y media entre ello que era el que inició la "Confusión". Existía un concurso "Señorita Turismo" de puros conocimientos, mas algo de belleza, porte, etc, yo viví la experiencia, muy grata, que permitió medir lo que sabemos sobre nuestro país, sin portar traje de baño, ojalá regresara. Saludos Sol
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