No. Muchas personas creen que son sinónimos.
El Baby Blues o en español la tristeza postparto surge después del nacimiento del bebé y lo sufre el 80% de las madres. Los síntomas son leves como sentirse desanimada, llorosa, triste. También puede sufrir cambios de ánimo repentinos e irritabilidad. La nueva madre se puede sentir decepcionada por el sexo del bebé, tipo de nacimiento o abrumada por la dificultad para lactar. Todos estos síntomas se consideran normales dedo al gran cambio hormonal. Pero por lo general el Baby Blues desaparece por sí solo en las primeras dos semanas y no se considera un trastorno. Las madres recuperan el nivel hormonal saludable anterior al embarazo y se adaptan en este tiempo a su nuevo rol de madre.
Si los síntomas antes mencionados no desaparecen en un mes, podemos estar hablando ya de una depresión postparto (DPP) y los síntomas se intensifican. Hasta 20% de las madres la padece. La DPP puede aparecer a partir de la segunda semana del nacimiento del bebé o en algún momento dentro del primer año después del parto. Se considera una enfermedad mental la cual surge debido al drástico cambio hormonal durante el embarazo y después del parto, el cual a su vez causa súbitos cambios en la química del cerebro provocando el decaimiento del estado de ánimo. La DPP no tratada medicamente puede llegar a durar años, hacerse crónica y restar mucha calidad de vida a la madre afectada, a su bebé y a toda la familia. Es muy difícil ser una “buena” madre con depresión y la maternidad se convierte en un calvario. Los principales síntomas de la DPP son: tristeza persistente, cambios drásticos de estado de ánimo en corto periodo de tiempo, irritabilidad extrema, llanto continuo, insomnio, ansiedad, aislamiento, baja autoestima, desinterés en el recién nacido, sentimiento de vacío interior, sentir que la maternidad es una carga o arrepentirse de haber tenido un hijo, culpa de ser mala madre, pensamientos intrusivos relacionados con dañar al bebé o suicidas, etc. Si se sufren tres o más de estos síntomas por más de dos o tres semanas, ¡mucho ojo!, la madre podría estar sufriendo DPP y necesita tratamiento médico especializado y personalizado para su caso.
Es muy importante tratar a una madre con DPP, la enfermedad en la mayoría de los casos no desaparece con el tiempo ni “echándole ganas”. Las consecuencias de una DPP no tratada no son buenas, incalculables y toda la familia seguramente pagará las negativas consecuencias.
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