El otrro día escdribí algo que se refería a la autoestima y a la dignidad. Y de pronto me entró la idea de que estos dos conceptos eran como lo mismo pero bien diferente. De hecho con cierta certeza de que voy a decir una barbaridad, creo que el concepto de autoestima es un subproudcto moderno de lo que antiguamente se entendía por dignidad.
A qué voy... cuando vivian nuestros abuelos, nuestros padres y aún en nuestra infancia se nos enseñaba, a veces sin muchas palabras, que las personas teníamos algo que se llamaba dignidad. Era, según yo alcanzaba a entender entonces, era un algo que me daba un valor que nadie me podía quitar, si yo no quería. Aunque me estuvieran escupiendo a la cara yo podía recurrir a ese algo interno, y eso me iba permitir sentir que el que era digno de lástima era el que me insultaba sin razón alguna y no yo.
En Estados Unidos se ha reconocido que los entrenamientos o intentos para incrementar la autoestima, no han sido exitosos en es sentido positivo del término. Sino que más bien han logrado inflar los egos de los niños, jovenes y futuros adultos y desbalanceando sus perspectivas de la vida y construyendo en ellos una confianza endeble y carente de sustento. Así que en los últimos años ha decaído el interés de las escuelas alrededer del empeño de nutrir la auto-estima de los niños.
Puedo ver cómo la autoestima en principio es un tema importante. Pero también un concepto con el que nos asustamos unos a otros porque resutla que es un valor o una cualidad que depende del exterior para sostenerse. Y lo externo siempre cambia, siempre está en movimiento y siempre nos manda señales diferentes. Y de verdad, pareciera que tuvieramos que proteger este valor en nuestros niños a costa de lo que sea, incluso a costa de ellos mismos, de su sentido de realidad, de responsabilidad y muchas otras cosas mas.
Lo que es a mí, la dignidad siempre me ha parecido mejor. Porque es una medida y un valor interno del que no depende nuestro origen, ni nuestra imagen, ni lo que diga el vecino de enfrente, ni de si perdemos o ganamos. Depende de que por ser humanos somos valiosos y que tenemos el derecho y la responsabilidad de hacer valer eso para nosotros y el resto del mundo. No hay maestro, ni bully, ni amigo, novia, novio, enemigo o situación o abandono que la pueda destruir, si nosotros no queremos. La dignidad nos da el poder a nosotros mismos, la autoéstima deja ese poder en manos de los demás, hasta donde mi experiencia ha alcanzado a entender.
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