Publicado por mariona el 14 de Agosto de 2009 a las 6:30pm
Para evolucionar como personas, para crecer como humanos, en definitiva creo que es necesaria una verdadera revolución interior. Una revolución donde se redescubran los principios, los valores, las creencias. Pero no rechazando las anteriores por rechazarlas nomás, sino confrontarlas con la propia realidad y el propio corazón, para renovarlas, para actualizarlas. Buscar en ellas lo sabio, pero dar un paso más, ir un poco más allá.La revolución interior implica riesgo y también soledad. Riesgo de equivocarse, riesgo de chocarse contra una pared y después ser víctima de los típicos comentarios al estilo “Yo te advertí”, “yo te dije“. También implica soledad, porque pocos son los que se animan a abrir caminos, a romper esquemas. Pero son pocos no porque la gran mayoría no quiera, sino porque no tienen la fuerza suficiente, ni confían en si mismos lo necesario como para salir adelante ante situaciones donde la duda es grande. Incluso esta revolución interior implica una gran humildad de saber aceptar la derrota cuando esta se de y animarse a volver a empezar.La creatividad al final de cuentas, también surge de la revolución interior. Sólo cuando uno logra destrabarse de “las leyes inmutables” y se permite pensar más allá de lo común, ampliando el campo visual, recién ahí se abren las puertas de la creatividad.En la adolescencia, la mayoría de nosotros experimenta la primera y gran revolución interior. Se descubre un nuevo mundo: lo sexual, y por otro lado, los papás dejan de verse tan “perfectos” y “sin mancha” como antes se percibían. Surge en esa misma etapa una búsqueda profunda de la propia identidad. En ese tiempo la vida es aventura y soledad, vivir es prueba y error. Es el tiempo de experimentar, es el tiempo en que la educación por medio de palabras pierde fuerza y lo más importante es el ejemplo vivo y la comprensión incondicional. Es justamente ese momento donde hay que darles libertad y ayudarles a reflexionar por ellos mismos y que empiecen a tomar las riendas de su propia vida… equivocándose… creciendo.No digo por esto que es buenísimo que un adolescente se drogue para que descubra que la droga es mala y que uno no haga nada al respecto para evitarlo… pero si digo que es mejor que el joven interiorice esas verdades con ejemplos vivos de vida sana y que lo pueda descubrir por él mismo a través de distintas vivencias y atmósferas… y no lo tome como algo impuesto sino que lo crea y decida por si mismo.De todas formas a lo que quería llegar con esto es que la flexibilidad adolescente de “romper esquemas” y buscar lo nuevo; y esa fuerza a jugársela por lo que descubre como valor, nunca la tenemos que perder…. Es lo que mantiene vivos los motores del alma, es lo que hace valer la libertad. Incluso es necesario quebrar de vez en cuando las clasificaciones que uno tiene sobre la propia identidad… y volver a descubrirse uno mismo con más profundidad y veracidad. Muchas veces por tener esquemas internos armados, uno no se deja sentir cosas o tener reflexiones que contradigan lo que siempre uno creyó.Creo en una naturaleza sabia que va detrás de todo, conduciendoevolucionando en nosotrosAsí mismo pasa en la vida de cada persona: Cuando uno comienza a desviarse fuertemente de su propio ser, de lo que realmente quiere, sueña o siente, algo interno empieza a clamar… hasta que al final ese clamor se transforma en explosión, en revolución… el tema es no darse cuenta tarde…. cuando ya el retorno es mucho más dificil.
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