Cuando puedes ser una buena compañía para ti, eres realmente libre.
Aprender a ser feliz sola, te prepara para relacionarte con otra persona y eso se llama compartir la vida.
Te relacionarás con muchas personas, compartirás tu alegría, sin depender de nadie en particular y no generaras dependencias tampoco.
Esto es vivir desde la libertad, la alegría, desde el amor.
Relacionarse es bellísimo, pero la soledad también es hermosa.
Vivimos en un búsqueda de alguien que nos cobije el corazón, sin haber aprendido antes a cobijarlo nosotros mismo.
Hemos oído comentarios a lo largo de la vida como estos:
“Pobre está sola”, “la vida sin pareja no tiene sentido”, “que horror llegar a viejo solo”, “no tiene a nadie”.
Con estas afirmaciones, cuando no te conoces, te acompañas, te cuidas, no te conectas con Dios, la soledad llega porque no conoces el corazón que habitas.
Hoy vivimos en unas sociedad llena de corazones vacíos porque sus vidas están en la cantidad de amigos que tienen en las redes sociales, sin darse cuenta la soledad que habita en ellos, que tienen que estar conectados a la tv, al teléfono, al Facebook, etc.
La gente no logra comprender que se puede estar solo y ser feliz, que podemos elegir con quién estar, o vivir con nosotros mismos, disfrutando de cada momento, porque en realidad nuestras vidas están llenas de cosas del adentro.
Los espacios que nos damos para sentarnos a observar un atardecer, leer un libro, ver a través de la ventana los árboles, escribir, escuchar música… son tan grandes, porque entramos en contacto con la fuerza interior que habita en cada uno de nosotros.
La felicidad nunca estará afuera, por ello es importante descubrirla para vivir en plenitud.
Brilla siempre
MEG
Comentarios
Gracias querida Meg. ABrazo
Y practicarlo; conocernos y querernos a nosotros mismos, para después compartir con otro ser humano esta felicidad