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Una de las mayores habilidades que debe tener una persona equilibrada es saber decir NO.

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Muchos especialistas en organización y productividad dedican un capítulo entero a “Aprender a Decir No”, una frase que no suena en nosotros hasta que nos damos cuenta que el tiempo disponible es cada vez menos y que esas horas excedentes son recuperadas en periodos que debemos utilizar para nuestra vida personal, ya sea un entretenimiento, ver televisión o simplemente un ocio poco creativo.

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Decir SÍ a todo tiene sus problemas y para nada son pequeños, uno empieza a comprometerse con más y más cosas llegando un punto en que su vida personal pasa a un segundo plano, algo que irremediablemente terminara por agotarnos, hacernos colapsar y probablemente fracasar en la mayoría de las empresas que montemos.

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Por lo anterior  esta semana queremos compartir con ustedes este excelente artículo del Gurú del liderazgo Ken Blanchard, quien es un escritor de varios  Best-Seller como el Ejecutivo al Minuto, A la Carga, Bien Hecho, Choca esos Cinco, El Secreto del jardinero, Liderazgo al más alto nivel y varios más, por cierto muy recomendados todos ellos.

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"Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no, cuando es no".

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Por Ken Blanchard

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Aprende a decir ¡No!

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Decir no es simple, pero no siempre fácil para la mayoría de la gente. Lo que tú debes tener, es una aproximación sistemática y filosóficamente-basada para decir no; y para esto, recomendamos estos tres pasos:

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1. Conoce cuáles son tus metas y prioridades

Si tienes un plan para administrar tu trabajo y tiempo, es más fácil decir no a nuevas actividades que no caben en tu agenda. Existe una frase en un programa de Ken Blanchard que dice, "Una persona que no tiene metas es usada por alguien que sí tiene."

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Sé claro en cuáles son tus prioridades. ¿Qué estás tratando de alcanzar al momento y para cuándo? ¿Cómo puedes enfocar tu energía en cosas que se moverán hacia esas metas? Tú tienes que ser un tanto inflexible. Un trabajo u oportunidad puede ser una distracción. Sólo deja que tus metas se vuelvan tu boleto a la realidad.

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Para alcanzar estas metas, tú necesitas fijar prioridades y seguir con ellas. Entonces serás capaz de discernir mejor si las oportunidades son importantes para ti en este momento de tu vida.

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Todo buen desempeño comienza con metas claras. Sin metas claras pronto serás una víctima de demasiados compromisos. No tendrás marco de trabajo en donde tomar decisiones acerca de dónde deberías o no deberías enfocar tu energía. Eres mucho mejor diciendo no cuando estás claro acerca de cuál es tu enfoque y tus metas.

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2. Se realista acerca de las consecuencias de hacer una cosa más

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Esto es para ti mismo así como para la persona que quiere tú tiempo. La mejor aproximación es aquella donde eres honesto y directo. Por ejemplo, puedes decir, "Si yo hago esto, no podré hacer las otras cosas a las cuales me he comprometido," o, "Con las actividades que tengo ahora, estoy seguro de que no haré un buen trabajo como me gustaría y ambos estaremos decepcionados."

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Cuando hay una nueva oportunidad puedes hacer un cumplido acerca de la idea (si sientes que tiene mérito) y entonces puedes decir, "elijo no involucrarme."

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Esta es una poderosa aproximación. Te podrás sorprender de que cuando la uses la gente no dice, "Bueno, ¿por qué no puede hacerlo?" Ellos simplemente lo aceptan y dicen, "Gracias."

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3. Ofrece alternativas y soluciones

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Sugiérele a alguien más que sientas que puede hacer un mejor trabajo o que esté disponible antes para trabajar en la tarea. Si la petición es de un jefe, sugiere un proyecto o prioridad que estés haciendo que podría ser abandonado, retrasado, o dado a alguien más, o pregúntale a él o ella que sugiera un plan alternativo.

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La aproximación que uses, por supuesto, depende de quién esté solicitando tu compromiso, de lo que la tarea o proyecto sea, y del marco de tiempo involucrado. Una petición de tu jefe involucrará más consideración y discusión que una petición de un asociado o alguien que no conoces.

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En una investigación hecha por Charles Garfield sobre gestores de punta muestra que ellos se enfocan solamente en unas pocas cosas al mismo tiempo. Peter Drucker asevera que las únicas personas que realmente consiguen terminar alguna cosa son monomaníacos – gente que se enfoca intensamente en una cosa a la vez –. Mientras más aceptes, más grande la posibilidad de que perderás efectividad no solamente en terminar la tarea, sino muy probablemente en todos los aspectos de tu vida.

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Mantén en mente que cuando dices no, no les estás diciendo no a ellos, solamente a su propuesta. Existe sólo una persona que puede rechazar a esa persona y son ellos mismos.

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Eleonor Roosevelt dijo, "Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu permiso".

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Cuando aprendes a decir no, no sólo estás aprendiendo a respetar a las demás personas, sino que también aprendes a respetarte y a ser responsable con el trabajo.

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Aprender a decir NO es un consejo que les puedo dar que aprendí por las malas y por más que lo leí  varias veces no me convencí hasta que viví la asfixia que produce la falta de tiempo para vivir.

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Cada vez me doy cuenta que nosotros mismos somos los primeros en desaprovechar la materia prima de la productividad, el tiempo y generalmente lo hacemos por cosas que no debimos hacer si hubiéramos dicho No.

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"Hay que ser corteses con las personas e implacables con el tiempo".

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Lectura recomendada:

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-No diga Sí Cuando Quiera Decir No: Herbert Fensterheim y Jean Baer (Grijalbo)