"Annetta"

Antes que nada quiero agradecer el tiempo que se toma usted para leer el contenido, realmente por ser mi primera publicación, me siento un poco nervioso y ansioso. Un par de persona han leido lo que a continuación leerá, pero esta vez es diferente. Jamás he publicado algo en otro foro, me pareció que aquí podría ser una buena oportunidad de compartir lo que tengo. En fin, ya sin más preambulo les dejo con la historia.Lunes por la tarde. En el muelle de justo a la orilla de la playa Johann Belmont se encontraba pescando, o eso intentaba por que llevaba unas dos horas aproximadamente y no había conseguido nada a excepción de una bota vieja.— Hoy no es mi día. — Entonces escuchó que alguien se acercaba por el muelle y venía cantando, bastante mal por cierto, él reconoció la voz y se giró.— ¡Genial! Y ahora aparece esta muchachita ególatra. —Annetta se sentó a un costado del muelle, sacó un palo largo, le amarró un cordel y le colocó un cebo en el otro extremo, lo lanzó al agua y esperó.— ¡Tonta! Con eso no logrará nada. —Pensó mientras miraba su súper caña "Professional Fishing 3000" desarmable, de aluminio, ligera, pintada de azul brillante con rayas blancas y su nombre escrito cerca del mango— Es sólo un palo.Entonces el cordel empezó a agitarse y a jalar el palo que sostenía “Penny”, es el apodo de Annetta.— ¡Vaya, parece que ya picó! ¡Y es muy grande! —Decía entusiasmada mientras sacaba una red pequeña con la cual atrapó al pez y luego sacó el cordel con el gancho y colocó al pez dentro de una hielera.Repuso el anzuelo y carnada, volvió a echar la caña al agua y poco tiempo después se repitió exactamente lo mismo y en menos de 30 minutos, “Penny” había capturado algo así como tres kilos de pescado ante un tan atónito Johann que se quedó mudo todo este tiempo, luego Annetta revisó su hielera, se sonrió satisfecha, arrojó el palo lejos, tomó sus cosas y se fue sin decir más que:— Adiós Johann... será mejor que practiques.Luego de eso se fue y Johann lo único que hizo fue recoger el palo y preguntarse si no sería una súper caña disfrazada como palo podrido. Una semana después Johann venía saliendo de la escuela cuando oyó que uno de sus compañeros exclamaba:— ¡Por fin es viernes! —Johann sólo sonrió ante la alegría con que el joven recibía el fin de semana, como si fuera un niño de primaria.— Se comporta como un niño, igual que... que esa pelinegro. —Comentó Johann en voz baja—No podía evitarlo, todas las tardes pasaba lo mismo, él estaba sentado horas pescando, para que luego llegara la pelinegro cantando "Sînt un geniu" (Soy un genio), se sentara y en 30 minutos más o menos se llevara una dotación de pescado como para una semana y no sólo eso sino que además se burlara diciéndole: “practica”, “tu caña no sirve”, “te gano hasta en la pesca”, pero sería sólo hasta hoy, de ahora en adelante no se dejaría humillar por ella, lo primero que haría esa tarde sería preguntar sobre cómo lograba atrapar tantos peces, así que rápidamente se dirigió hacia el muelle a buscar a “Penny”.— ¿A dónde irá tan apurado?— Yo sé que Johann suele ir a pescar, pero nunca lo había visto tan apurado. —Murmuraban dos de sus compañeros—— ¡Él es muy raro!Ya en el muelle:— Muy bien, ahora a esperar. —Estaba con su caña en el agua y sentado a un lado del muelle, logró atrapar un pescado pequeño para cuando llegó Annetta, cantando y echando su “caña” al agua, por supuesto en poco rato ella tenía su hielera llena de nuevo, cuando estaba por irse; Johann le toma de un brazo y dice:— Espera, Annetta, tengo que hablar contigo un momento.— ¿De qué? Ah, ya sé, te mueres por saber cómo lo hago, ¿cierto?— Eso entre otras cosas.— Muy bien, todo está en la carnada, no sirve de nada tú súper caña si la carnada no es buena.— ¿Y se puede saber cuál es esa carnada tan maravillosa?— Sí, claro.Entonces “Penny” le extiende un tarro que contiene la carnada milagrosa y cuando la ve lo único que puede exclamar es:— ¡¿Qué?! ¡No puede ser cierto!— Pero lo es. —Dice Annetta con una sonrisa “de oreja a oreja” —— ¡¿Gusanos de plástico?! —Gritó recordando sus caros señuelos con forma de peces, de los cuales algunos brillaban, otros sonaban, etc. y estaban garantizados para "una pesca exitosa"— ¡Genial! Dos millones y medio de LEI (alrededor de 100 dólares americanos) tirados a la basura, ¿segura que funcionan?— Si no me crees apostemos, ¿de acuerdo?— Está bien... veamos... ¿el dinero de una semana? —Dijo Johann metiendo su mano izquierda a uno de sus bolsillos.— No. —Respondió Annetta cruzando los brazos—— ¿Mi caña de pescar?— No. —Dijo con su sonrisa “siniestra” —— ¿Entonces qué quieres apostar?— Por cada dos pescados que atrapes…— ¿Qué cosa?— Serás mí esclavo por un día completo.— ¿Esclavo?, ¿por un día completo?— Sí, aquí quedan doce gusanos, —Johann los mira bien— Eh, diez, creo que conté mal, bueno de todos modos son cinco días máximo, es decir, desde mañana a esta hora hasta el jueves ¿Qué opinas?— Nunca será posible que los capture todos como, máximo atrapo dos. —Pensó—— De acuerdo, dos peces por un día.Ambos se dan las manos y dicen al unísono:— ¡Trato hecho jamás desecho!Luego de eso Annetta se va y Johann echa la caña al agua y ni un minuto después atrapa el primero y luego el segundo y otro y...— ¡Oh! creo que me precipité demasiado. —Exclamó Johann—En la escuela, al día siguiente Annetta iba caminando muy entusiasmada por la calle pues estaba segura de tener un esclavo por lo menos por un día completo, con estos felices pensamientos se dirigió hasta el aula porque sabía que Johann estaría allí.— ¡Vaya! ¡La linda “Penny” vino a vernos! ¡Qué bien! —Dijo uno de los estudiantes—— ¡Hola a todos!, ¡hola Johann! —Sonrió al verle—— ¡Hay no! justo que lo había olvidado. —Pensó el apenado joven—— ¡Hola Annetta! ¿A qué vienes?— Ah no, nada de trampas Johann, tú sabes muy bien a qué vengo, así que nada de hacerte el loco.— ¿De qué habla, Johann? —Preguntó uno de los compañeros de grupo—— Es que ayer hicimos una apuesta y... y...— ¡Y es tiempo de comparar resultados! muy bien Johann ¿Cuántos días vas a ser mí esclavo?— ¿Y por qué tan segura de que ganaste?— Porque entonces no te andarías haciendo el loco con la apuesta.— ¡Rayos! —Exclamó en voz baja—— Apostamos a que el que atrapaba más peces sería esclavo del otro. —Dijo Annetta—— Es broma, ¿cierto?— No, no lo es, apostamos y perdí, ahora soy su esclavo.— ¡Así es! anda Johann cuéntanos, eres mí esclavo ¿por cuantos días?— Cinco días. —Dijo bajando un poco la mirada y cruzando sus brazos—— ¿Cuánto? ¡No te escucho!, ¡dilo más fuerte! —Exclamó Annetta—— ¡Cinco días! ¡Voy a ser tú estúpido esclavo por cinco días! —Gritó—— ¿5? ¡Perfecto! Entonces te veo después en mí casa.— De hecho se supone que nos veríamos allí, ¿Qué haces aquí?— ¿Bromeas? ¿Y perderme la cara de todos incluida la tuya cuando se enteraran? ¡Eso es impagable! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! —Río estrepitosamente— ¡Nos vemos!Esa misma tarde, ya en casa de Annetta.— Al fin llegué a la casa de la pelinegro, pero ¿qué son todas estas cajas y latas en frente de la casa? —Pensó Johann quien era muy ordenado— En fin será mejor que llame.Tocó el timbre y poco después salió la joven:— Que bueno que llegas a tiempo Johann, toma una de esas latas y acompáñame.— ¿Eh? bueno... —Johann hizo lo que Annetta le pidió y entraron—— ¡OK! Para comenzar pintarás toda la cocina, luego el comedor y por último la sala, el resto lo pintarás mañana.— ¿Qué?.. Es broma, ¿no? —Preguntó atónito—— No, en cada habitación están los tarros con los colores y las indicaciones y el que traes en la mano es para barnizar las puertas y marcos de ventanas.— ¿Y tú?.. ¿No vas a hacer nada?— Voy a terminar de traer el resto de las cajas de mí ex-casa, así que estarás solo un rato, ¡nos vemos!— Creo que comienzo a entender todo este asunto de la apuesta y de ser su esclavo por cinco días. En fin será mejor que empiece ahora o no acabaré nunca.Con esto Johann comienza a pintar las puertas primero (era lo más fácil) y luego el comedor. Cuando iban como en la mitad fue cuando Annetta regresó con otras cuantas cajas todas marcadas con letras.— ¡Por fin regresas!— Hum, un esclavo no se queja de nada, así que ¡silencio esclavo!— ¡Eres una abusiva! Si querías ayuda me la hubieras pedido.— ¿Yo? ¿Esta genio te pediría ayuda, y a ti? No me hagas reír, además esto fue coincidencial y trivial.— ¿Eh?, ¿Qué dijiste?— Que es una coincidencia trivial, es decir, sin importancia, además eres una tortuga ¿en dos horas sólo pintaste la mitad del comedor?— ¿Y las puertas?, ¿no cuentan?— Hubiera sido mejor que yo pintara y tú trajeras las cajas.— Lo que pasa es que yo pinto parejo y muy bien, por eso me demoro.Por lo que pudo ver era cierto, no había pintura en el suelo, o los marcos de paredes y puertas, ni siquiera en sus manos, casi parecía que no hubiera pintado nada en absoluto en cambio cuando ella pintaba recordó que terminó con pintura hasta en sus semidefinidos rizos.— Sí, como sea, será mejor que te ayude a pintar o jamás terminaremos.Annetta se levantó un poco la falda, tomo una brocha con un tarro de pintura y se dirigió a la pared opuesta a la que pintaba Johann y comenzó a trabajar arduamente.15 minutos después:— Esa pelinegro es una malvada. —Pensó mientras se voltea a verla—— Annetta… ¡Dios! —Se encontró con la hermosa vista de la espalda de “Penny”, con su piel levemente bronceada y un poco sudada por el calor y el trabajo. Veía sus músculos moverse acorde al movimiento del brazo y la brocha, además de su sensual cuello que apenas se notaba por el volumen de su cabello. Entonces Johann se sonrojó por completo y se volteó. —— ¿Sí?, ¿qué pasa Johann? —Preguntó mirando el rojo rostro de Johann—— ¿Do.. dónde está el baño?— En el fondo del pasillo hay uno, ¿te sientes bien?— Sí, no hay ningún problema, sólo tengo calor.— ¿Seguro? te ves un poco rojo, ¿no tendrás fiebre? —Dijo acercándose al joven y colocando una mano sobre la frente de Johann—— No, para nada, sólo es calor, enseguida regreso… —Dijo tomando la mano de Annetta y apartándola de su rostro para luego dirigirse al baño—— ¡Qué raro! —Annetta continuó trabajando—Momentos más tarde, mientras Johann salía del baño:— ¿Cómo es posible que me excitara sólo con ver a esa niña con camisa ajustada?—Pero se veía tan sexy. —Afirmó una voz interior—— ¡Sí!.. ¡Digo no!— Admítelo, tiene un gran cuerpo.— Es una niña, simplemente.— Pero una niña con gran cuerpo.— Tiene buen físico.— Y es dulce, alegre, joven, cabello negro, ojo hermosos, con muchas energías, alguien a quien deberías poseer.— ¿De qué hablas? —Se dijo a sí mismo mientras caminaba—— Por fin llegas, te demoraste demasiado, “esclavo”. —Dijo Annetta—— Deja de llamarme “esclavo”, tengo nombre ¿sabes?— Sí, pero eres mí esclavo hasta el jueves, así que será mejor que me obedezcas sin reproche. —Dice mientras le pasa un intercomunicador—— ¿Y esto es para...?— Para que cuando necesite algo no tenga que gritarte.— ¿Eh? ¿De qué hablas? ¿A dónde vas?— Te dejo solo para que arregles todas las cosas en la casa mientras yo estoy en la azotea.— ¿En la azotea? ¿Para qué?— A tomar sol estoy perdiendo mí bronceado.— Oye ¿y cómo voy a saber donde está o va cada cosa?— Fácil: las cajas tienen letras. “B” de baño, “C” de comedor, “D” es dormitorio, etc.— ¿Y la cocina?— Esa es la “K” por “küche” (cocina en alemán), bien si no tienes más consultas me voy, nos vemos esclavo.— Y todavía se da el lujo de presumirme su alemán. —Pensó—Y así, sin más, “Penny” se fue a la azotea a broncearse y dejó a Johann con un montón de cajas y dudas.— Será mejor que empiece.Días más tarde.Johann se afanaba en ordenar la casa, pero las constantes “órdenes” de Annetta se lo hicieron muy difícil, pero nada era comparable a lo que tenía que hacer ahora. Resulta que la bella pelinegra se había quedado dormida al sol y había sufrido una gran quemazón en su espalda y por eso mismo sentía un gran dolor en su espalda y Johann tenía que aplicarle paños húmedos y cremas humectantes para evitar la aparición de ampollas.— Es muy difícil. —Pensaba, y como no serlo si Annetta estaba sólo con una realmente sexy y pequeña tanga de color negro, tendida sobre la cama y él tenía que pasarle las manos con crema por esas piernas largas y firmes, tan resistentes para saltar y correr, su espalda muy bien definida y hermosa—— ¡Con cuidado! ¡Me duele! —Gimió Annetta— ¡Hazlo con más cuidado! ¿En qué estás pensando?— Esa es la pregunta del millón. —Comentó la voz interior—— No, nada importante. —Mintió— Sólo que no hubiera imaginado algo como esto.— ¿De qué hablas?— Tú sabes, hace cuatro días jamás me hubiera imaginado que te estaría curando de una insolación. —Mucho menos así—— Hump, te creo. Muy bien esclavo ve a traerme un poco de agua, tengo mucha sed.— ¡Deja de decirme esclavo!— ¡Eso es lo que eres! Al menos hasta mañana a esta hora.— ¡Gracias a Dios!— ¿Lo dices en serio? —Preguntó la voz interior—— ¿De qué hablas?— Te gusta estar echándole crema, te da la oportunidad que querías.— ¿Estás bromeando?— Desde que la viste, la deseaste.— Eso no es cierto.— Claro que sí, ¿o acaso crees que no la desnudé mentalmente en ese encuentro?— Pervertido.— Por cierto creo que nuestra imaginación está decayendo, es mucho mejor en vivo.— Todo es mucho mejor en vivo.— ¿Verdad que sí?— ¡¡¡Johann!!! —Gritó Annetta—— ¿Eh? ¿Qué pasa?— Ya me siento mejor así que puedes dejarlo ya.— ¿Segura? — ¿¡Por qué!? Justo ahora que lo estaba disfrutando—— ¡¡Nnnnoooooo!!— Sí, quiero dormir un rato, además tú tienes muchas cosas que hacer aún, ¡esclavo! —Dijo acentuando la última frase—— ¡¡¡Deja de llamarme esclavo!!!— ¡¡Nnnoooo, porrr quueeee!!!Ya han pasado cuatro días y esta es la penúltima noche de Johann como esclavo de Annetta.— Muy bien esclavo como ya es muy tarde no te daré más que un par de misiones sencillas.— ¡Oh gracias gran reina eres muy generosa!— Sí, eso ya lo sé.— Ay Dios esta no entiende.— Mejor, como es tan ingenua es más fácil para nosotros.— Sí, es cierto. —Pensó Johann—— Me encanta cuando pensamos igual.— ¡Johann! ¡Johann!— ¿Eh?— Por Dios ¿en qué mundo vives? Te digo que tienes que preparar unos bocadillos y té porque tendré visitas, luego hacer aseo en el comedor y prepararlo todo ¿entendiste?— No soy tonto, ¿para cuántos?— Como para 10 personas.— ¿10? ¿Tantos?— No, sólo somos dos, pero es que yo tengo mucho apetito.— De acuerdo, oye Annetta…— Hum, ¿qué?— Nunca supe, ¿por qué te apareciste tan de repente en el muelle? Nunca antes habías ido.— Solía ir a otro muelle, pero estaba cerrado por reparaciones, así que vine hasta acá.— ¿Quién te enseño a pescar?— Mí padre, él solía pescar, le gustaba mucho. —Dijo con cierta melancolía—— ¿Y dónde está? —Preguntó con mucho interés—— ¡Ya basta esclavo! tienes mucho que hacer y poco tiempo anda comienza ya.— ¡Hump! —Baja la mirada—Poco después Johann había terminado con los preparativos, la verdad tenía mucha curiosidad por saber quién era la visita que tendría Annetta. Entonces alguien llamo a la puerta y Johann fue a abrir:— ¿Eh? —Al otro lado un sujeto de unos 22 años, cabello castaño, se veía muy sorprendido—— Disculpa creo que me equivoque.— No, espera, si buscas a Annetta, no te equivocaste.— ¿Pero entonces...?, ¿Cómo?— Yo sólo estoy de visita, ven pasa por favor.— Muchas gracias.— Lantos, ¿eres tú? —Gritó desde el pasillo—— Sí Annetta. —Le contestó, mientras Johann lo miraba algo pensativo y muy curioso—— Es un tipo bastante tímido, me pregunto cómo se habrán conocido.— Siéntate por favor, ¿gustas algo de beber? —Dijo Johann—— Un vaso de agua por favor. ¿Cómo será que Johann termino en casa de Annetta? —Se preguntó—— ¡Hola Lantos! Llegaste tarde ¿tuviste algún problema?— No, sólo algo de tráfico en la avenida... ¿lista para empezar con el trabajo?— ¿Trabajo?, ¿ustedes dos son compañeros de alguna clase? —Eso explicaría dónde se conocieron—— Sí, pero estamos en salones distintos. —Dijo el tal Lantos—— ¡Ya veo! Bien será mejor que yo me vaya y los deje tranquilos. ¡Nos vemos mañana Annetta!— Se dice ama, ¡¡Esclavo!! —Gritaba “Penny” mientras Johann tomaba su chaqueta y sus cosas—— Sí, como diga ¡¡gran ama!! —Tonta— ¡Nos vemos mañana Annetta!, ¡Adiós Lantos!— Adiós Johann.Johann se va.— Oye Annetta ¿Cómo es eso de esclavo? ¿Qué está pasando aquí?— ¡Nah! es que hicimos una apuesta y Johann perdió.— ¿Qué clase de apuesta?— Es un poco largo de explicar, bueno todo comenzó hace como cuatro días...En la avenida.— ¡Soy un idiota!, ¡estúpido! —Pensaba Johann mientras pateaba una lata vacía por la calle en camino a su casa después de haber salido de la casa de la pelinegro—.— ¡Es una niña! Pero aún así...— Entonces ¿por qué no dejas de pensar en ella?— No lo sé, es una chiquilla, ególatra, egocéntrica, egoísta, vanidosa y… y...— Y tiene la sonrisa más hermosa que hayas visto, junto con una bella piel blanquita, una mirada que te derrite y ese sedoso cabello suyo que dan ganas de acariciarla... ¡ADMÍTELO! ¡TE GUSTA ESA PELINEGRO! —Escuchó la voz interior—— ¿Cómo te atreves a decir eso? ¿En qué te basas?— Primero: a mí me gusta y como soy una parte de ti eso implica que a ti también te guste. Segundo: de no haber sentido algo de interés no hubieras aceptado este trato.— ¡Eso es ridículo!— ¡No me interrumpas! Tercero: y he aquí la parte divertida, tú reacción cuando estaban pintando ¿o ya no recuerdas esa ida al baño?— ¡No! ¡Nada pasó en el baño!— ¡¡A mí no me engañas!! Yo estaba allí. ¡¡¡jejejejeje!!!! Tienes unas hormonas muy activas Johann.— ¡Ya cállate!— ¡Oh vamos! ¿y qué tal cuando le ayudabas a curarse la espalda? por suerte para ti, ella no notó tú “reacción” allá abajo.— Me niego a seguirte escuchando tú... tú... tú... ¡Depravado!— Gracias.— ¿Eh?— Es que eso es lo que soy, soy tú lado depravado, bizarro, maniaco.— Y mí lado estúpido también.— ¡Como tú quieras! Ahora yo me voy para que pienses mientras que yo me imagino a la pelinegro con esa tanga negra en nuestra cama junto con una botella de champagne y dos copas, o mejor aún, en un jacuzzi con burbujas, rosas y muchas otras cosillas más que seguro irán surgiendo ¡Nos vemos! ¡Después te contaré todo!— ¡Estúpido!, ¡vete ya!, ¿quién te quiere?, ¡qué tontería!... ¿yo? ¿Enamorado de la pelinegro? ¿¡¿¡DE LA PELINEGRO!?!?! ¿ENAMORADO DE ELLA?.. ¿Enamorado... de... ella? ena...mo...rado. —Se detiene abruptamente— Entonces sí es eso, me gusta esa pelinegro, a pesar de que actúa como una infante, es mi niña y me gusta, me encanta, pero eso significaría que… ¡Oh rayos!, ¡no puede ser! ¿o sí?— ¡Hola Johann! —gritó un amigo desde el otro lado de la calle haciéndole señas y luego cruzo—— ¡Ah! Hola, ¿cómo estás?— Yo bien, aunque tú parece que hubieras visto un fantasma.— Casi, pero no creo que pudieras entenderlo, ni siquiera yo puedo.— ¿Por qué no vamos a tú casa y lo conversamos allá?— Bueno, vamos. —Dice bastante deprimido—Ya en la casa de Johann, unas horas después.— ¿Qué? ¿Estás seguro? —Preguntó muy sorprendido cuando Johann le contó todo lo que había pasado y su resolución—— Eso es lo que no sé, nunca se me ocurrió fijarme en ella.— ¿Pero lo has pensado bien? Tú sabes lo serio que es todo esto, ¿cierto?— ¡¡Claro que sí!! Es por eso que estoy tan preocupado es lo más importante que voy a decidir en mí vida.— Pero no importa lo que decidas yo siempre voy a ser tú amigo, ¿está claro?— Gracias Tom, es bueno hablar de esto con alguien.— ¿Oye por algo somos amigos desde la primaria o no?— ¡Por supuesto! ven vamos a comer algo.— De acuerdo.Al siguiente día, Johann iba cruzando el parque camino a la casa de la pelinegro para cumplir con su último día —y oportunidad, pensó— como “esclavo” de Annetta.— ¡Dios! ¿y ahora qué hago? necesito pensar en una razón para seguir viéndola, pero ¿qué cosa? además necesito hacerle creer que es su idea, así lo tomara de mejor manera. ¿Qué puedo hacer?En ese instante ve algo al otro lado del parque que lo deja sin habla por unos instantes— ¿Annetta?Así es. Era “Penny”, estaba caminando acompañada del tipo de pelo corto del otro día mientras tomaban unas bebidas y conversaban muy animadamente, cosa que puso a cierto pelinegro muy molesto sobre todo por la confianza que Annetta parecía sentir por ese muchacho.Johann no entendía como un chico tan tímido como él había conocido a la pelinegro y terminado siendo su amigo, cuando lo más común hubiera sido que saliera corriendo, y también era muy extraño que Annetta, con su carácter, actuara tan dócil, tan... tan como un gatito consentido que está durmiendo al sol, después de haber quedado repleto de leche mientras que su dueña le acaricia la espalda y detrás de las orejas.— Esto está mal, debo hacer algo.Entonces el chico mira su reloj y le dice algo a Annetta, con lo que se pone un poco triste, pero igual se despide de ella moviendo su mano como saludo. En ese instante Johann se dirige hacia donde esta Annetta.— ¡Annetta! ¿Cómo estás?— ¡Hola Johann! Me encuentro bien ¿a qué vienes? —Dijo un poco desganada—— ¿Cómo que a qué? Hoy me toca el último día de esclavo ¿lo olvidaste?— ¿Esclavo? —Recuperándose— ¡Es cierto!, ¡esclavo! ven vamos a la casa a buscar algunas cosas.— ¡De acuerdo!En una cancha cercana.— Tiene mejor condición de lo esperado. —Pensaba Johann, jadeando sentado en el suelo mientras Annetta iba a buscar el balón también jadeando— Parece que ha practicado mucho, no me lo esperaba.— ¡Estúpido Johann!, ¡es bastante bueno!, ¡Pero le voy a ganar! —Pensó Annetta—— ¿A cuánto vamos? —Le grita a Johann desde el otro lado cogiendo el balón con una mano—— Con ese último tiro quedamos 187-180 ganando yo —Anunció con voz cansada—— Muy bien, entonces tendremos que jugar a los 200 puntos.— ¿200? ¡200! ¿Por qué tanto?— Porque hasta 190 es muy poco pero a 200 es más parejo.— Tiene sentido, pero yo no doy más... no siento las piernas, me duelen los brazos y creo que me estoy deshidratado ¿podría ser en otra ocasión digamos como en... 10 años más?— ¡Eres un debilucho! ¿Seguro que comes bien?, ¿A lo mejor duermes poco?— ¡No es mi culpa que tú tengas toda esa energía! Pareces un demonio.— ¡Teme!, ¡Yo no soy un demonio! ¿Tienes envidia porque yo soy una genio?— ¡¡¡¡JAJAJAJAJAJAJA!!!!! —Río estrepitosamente—— ¿Cómo puede gustarme esta egocéntrica? —Se preguntó—— Si fueras la genio que dices ser, ya me habrías ganado ¿o no?— ¡Estúpido Johann! ¿Cómo te atreves? ¡Esclavo!— ¡Yo no soy tú esclavo! ¡Y me llamo Johann Belmont!, ¡No “esclavo”!— Pues eres mí esclavo hasta... hasta... —Empieza a buscar un reloj con los ojos— hasta hace cinco minutos exactamente, bien supongo que ahora querrás irte, ¿no Johann?— ¡Ay Dios! ¿Qué hago? —Pensó— Es... espera Annetta. Aún tenemos un juego pendiente.— ¿Ya para qué? Seguro que no quieres verme más después de todos estos días como mí esclavo.— Bueno, tú no eres tan desagradable para estar contigo, como lo había pensado hace algunos días.— Gracias... creo… ¿y bien ahora qué quieres hacer? —Sonrió brevemente—— Arrastrarme hasta la casa y caer sobre mí cama y dormir por unos 100 años.— ¿Cómo las princesas de los cuentos? Pero entonces... ¿sería un príncipe o una princesa el que te besaría para despertarte?— Una princesa pelinegro. —Dijo la voz interior—— Supongo que lo lógico sería una princesa.— Ven, vamos a la casa allí podrás descansar un poco si quieres, ¿aceptas? —Dice dándole la mano para que se levantara—— Me encantaría.En la casa de Annetta, ella y Johann se sientan a comer a la mesa (bueno Annetta comía educadamente, Johann devoraba su parte).— ¿Cómo puede comer tanto? —Pensó— Johann, deberías comer más despacio... podrías atorarte.— ¡Ghmmpnpnunca meph hapmpm pamnsmando!— ¿Qué dijiste?— Que nunca me ha pasado.— Pero siempre hay una primera vez, además morir ahogado con un pedazo de pollo es... algo muy tonto ¿no lo crees?— Puede ser, pero de algo se ha de morir uno, ¿no?— Como quieras, ¿podrías pasarme la sal, por favor? Gracias.— Tiene unas manos muy delicadas y femeninas. ¡Deliciosa! —Comentó la voz interior—— ¡Qué raro! tengo la impresión de que no me ha quitado los ojos de encima, ¡nah! son ideas mías. —Pensó Annetta—En ese instante “Penny” se puso muy seria:— ¿Por qué esa actitud tan tímida, Annetta?— Porque ya no quiero volver a sufrir otra decepción.— ¿Otra decepción? me temo que no entiendo a que te refieres.— No... No quiero que me abandonen de nuevo.— ¿Te preocupa la soledad? Eso no es tan grave.— Tú no lo entenderías, lo que pasa es que cuando realmente siento algo muy fuerte por alguien, no sé si la persona pueda soportarlo —Coloca su cabeza sobre la mesa y entre sus brazos— El último abandono fue muy fuerte, me dolió mucho no quiero pasar por lo mismo de nuevo.Johann se acercó a Annetta y la rodeó por la espalda con sus brazos.— Te entiendo, pero tal vez debieras intentarlo una vez más. —Decía con una punzada en su pecho— Sólo una vez más, porque hay a quienes le interesas, a quien le gustas y sé que es así.— ¿Lo crees?— ¡Claro! y más le vale que te quiera mucho porque si no voy a hacerle pagar por lastimarte.— ¿Lo dices de verdad, Johann? muchas gracias. —Dijo con ojos llorosos mirando a Johann—— No es nada, es sólo que te quiero... como una de mis amigas.— Muchas gracias Johann, yo también te quiero.Días Después.Johann iba caminado por la avenida principal dispuesto a declarársele esta vez a su pelinegro llevando en su mano un enorme ramo de rosas rojas, negras y azules.— Esta vez sí lo lograré, haré una declaración decente. “Como una de mis amigas” ¡Dios! ¡Soy tan patético! ¿No pude hacerlo mejor? Pero esta vez sí lo haré.En ese instante comenzó a llover fuertemente.— ¡Maldición!Entonces sucedió algo que lo dejo en su sitio.— ¡Annetta!— ¿Qué diablos crees que estás haciendo bajo el agua sin paraguas? ¿Estás loco, Johann?Miró hacia arriba y se topó con unos bellos ojos enmarcados por un sublime cabello negro como el ala de un cuervo.— ¿Qué haces aquí? —Preguntó Johann—— Eso no importa ¿qué estabas haciendo tú aquí?, ¿esperabas a alguien?— Bueno... —Entonces miró su piel blanca, su pelo mojado por la lluvia y el brillo de sus ojos— En realidad te andaba buscando a ti, toma. —Le dio el ramo de flores—— ¡Hump! Ven, será mejor que vengas conmigo si no quieres seguir mojándote. —Dijo Annetta mientras extendía su mano y esbozaba una discreta sonrisa al recibir el arreglo—— De acuerdo.De camino a casa de Annetta, ambos jóvenes se detuvieron a guarecerse del agua en una parada del autobús, la lluvia continuaba fuerte, Johann se había saltado algunas de sus clases para sorprender a la chica en su casa, por lo que era la hora de salida del resto de los estudiantes del plantel.— He pensado en lo que me dijiste, acerca de darme una oportunidad. —Bajó un poco la mirada—— ¿Y qué has pensado al respecto? —volteó a verla—Annetta guardó silencio por un instante y cuando Johann desvió su mirada de la chica, esta estiró su mano derecha y tomó suavemente la de Johann.— Creo que de ser con alguien, me gustaría que fuese contigo esa oportunidad.— Annetta…— No digas nada si no lo sientes, te he dicho que no soporto la idea de no ser correspondida. — intentó liberar su mano de la de Johann pero él no lo permitió—— No tienes nada que temer, eres totalmente correspondida. —Respondió con una ligera sonrisa—Annetta cerró sus hermosos ojos y se abrazó de Johann a lo que el joven levantó sus brazos y los colocó a la altura de los hombros de la dama. El pertinaz caer de la lluvia contextualizaba perfectamente el sentimiento que brotaba de la chica.— No te voy a decepcionar, hermosa. Eres lo más bello que jamás he visto. — levantó su mano derecha acariciando levemente su empapado cabello oscuro—— No me preguntes por qué pero lo sé, así lo he sentido desde que te he tratado como…— ¿Como esclavo? —sonrió—— Sí, como esclavo. Pero he de confesarte que eres lo más parecido que he tenido a una pareja estable.— Aún sin serlo.— Es lo más paradójico, aún tratándote como lo hice sentía tu mirada, aunque trataba de aparentar que no pasaba, que no era real.— ¿Tiempo de confesiones? Bueno, yo también tengo mucho que decir, de hecho, también me di cuenta que me gustas mucho, que me encantas.— ¿En verdad te gusto?, ¿te encanto? —preguntó Annetta mientras se separaba un poco de los brazos del joven Belmont—— Sí…Cuando estaba por continuar hablando, Annetta se acercó a sus labios y sin titubear lo besó suavemente, Johann correspondió al beso y le sujetó con algo de energía pero sin perder la ternura. “Penny” se reclinó sobre el hombro de Johann, el chico sólo pudo sostenerla con fuerza, como para que jamás se fuera… deseando que jamás dejara de llover. Se acercó de nuevo a los labios del joven, cuando él se reclinó a ella para besarla se percató que algunos de sus compañeros de escuela pasaban justo frente a ellos por la acera del otro lado.— Son los chicos de la escuela. —Dijo Johann— ¿No te importa que nos vean?— ¿Te importa a ti? —Preguntó la chica mientras se acercaba a los casi húmedos labios de Johann—— No. —respondió besando con pasión a la dama durante un muy, muy largo tiempo—Al concluir el beso, la lluvia se calmó un instante, los muchachos de la escuela no se veían, pero eso realmente no les preocupaba. Entonces ella dijo:— La lluvia paró, vamos a casa. —Apretó fuertemente la mano del muchacho—— Vamos.La tarde así como el resto del chubasco pasaron rápido, tarde y noche que ambos pasaron juntos y en soledad en el departamento de la bella pelinegro.Hay un poder, que no es de este mundoEncontré un poder, un poder más grande.Estoy caminando con un ángel,También hablando con los ángeles,Ellos también me empujan hacia la oscuridad.Estoy caminando con los ángeles.Fragmento de “Walking With The Angels”De Doro Pesch y Tarja Turunen
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos

Comentarios

  • Felicidaes!! muy bonita historia, empesé a leer y no pude dejar de hacerlo hasta terminarla, Gracias por compartirla para nosotros, todos los que nos dimos ese poquito de tiempo para disfrutar esta historia, considero que es algo muy valioso como todo lo que se comparte por primera vez....
    continua y no te detengas...
    Saludos!!!!
  • Rosa Martha, le agradezco inifinitamente sus comentarios. Esta faceta de escritor no es partícularmente nueva, sólo que era un "artista que no muestra sus obras". Ahora, pues no sé... me gustó la idea y creo que, al menos "Annetta" no fue tan mal vista =) Que tenga un excelente día.
  • Felicidades Enrico ! Annetta es la historia de muchas parejas que un buen día se encontraron en coincidencia iniciando una historia compartida y llena de vivencias. Todo inicio en emocionante y deseo que el tuyo en esta faceta de escritor vaya en aumento cada vez. Saludos!
  • Muchísimas gracias por todos sus comentarios, realmente esta retroalimentación es lo que me motiva a continuar. Ojalá sea el comienzo de una serie de novelas pequeñas que tenemos, y pues obvio que sea de su agrado. Les agradezco el tiempo que se dieron para leer a "Annetta". Reciban un caluroso saludo y un abrazo con todo respeto.
  • Siempre es emocionante y feliz atestiguar un nacimiento y me emociona ver el nacimiento de un escritor. Sigue adelante. ¡Felicidades!
  • Waoooo !!
    Me ah parecido una historia tan bien llevada, q no podia dejar de leerle.
    Como toda buena lectura...me sumergio en su trama.
    Es el tipo de historia q me encanta, lleva un poco de comicidad, otro tanto de suspenso y un mucho de romanticismo.
    Y q decir del remate con ese fragmento q añadio.....fue la cereza del pastel !!

    Erico Maldini....Le felicito y le agradesco por mi parte lo haya compartido en este foro de Retos Femeninos.
    Espero pronto nos comparta mas de sus creaciones.
  • hay que linda historia... gracias por compartirla
  • ¡Comenzaste!, continua, es basto lo que se tiene para leer, habil serás para lograr encantar.
  • Erico !felicidades!!!! me gusto mucho la historia, estuvo muy entretenida y no estes nervioso ya diste el prime paso sigue adelante y no pares!!!
    Susana
This reply was deleted.