La siguiente canción que quiero analizar se llama: Te quedó grande la yegua. Esta canción narra la historia de una pareja en la que una mujer trabaja intensamente, mientras que el marido es un vividor que abusa de ella emocional y económicamente. Mientras la esposa pasa las noches en vela “sufriendo de amor”, “él disfruta la vida” en parrandas, saliendo con otras mujeres e instalado en la holgazanería, hasta que, por si no fuera ya suficiente patología, llega el día en que, increíblemente, en lugar de que ella tome la iniciativa para dejarlo, es él quien se harta de ella, y decide abandonarla. En ese momento, la mujer le dice que no puede ser que deje escapar lo mejor de su vida, es decir el amor que ella le profesa. También le di-
ce que estaba en la total disposición de entregarle su vida, pero que ahora se da cuenta que no se merece una mujer como ella, que a él le quedó grande la yegua y que a ella le faltó jinete. Como has ido aprendiendo en este libro, podemos empezar preguntando: ¿quién elige como pareja a un vividor, a un misógino, a un ser tan abusivo? Ya conoces la respuesta: una persona abusable, con la autoestima tan lastimada, que trae en el pecho (de manera inconsciente) un letrero que dice pásele, pásele, aquí está su cliente para que abusen de ella, cualquier maltrato será bienvenido. Pásele, pásele, aproveche la oferta, se reciben toda clase de abusos.

¿Por qué si el marido es el maltratador, a pesar de que ella es económicamente independiente, no es ella quien toma la iniciativa para dar por terminada esa relación tan enferma? También ahora conoces la respuesta: porque en lo afectivo es dependiente, porque es una limosnera emocional que no se da valor a sí misma. 

Estoy de acuerdo en que las metáforas son una espléndida manera para explicar alguna situación, pero ¿por qué emplear una en la que se hace alusión a un animal? La razón es que en este caso cuando se pretende explicar una relación en la que impera el machismo, es difícil usar una analogía humana, dado que estamos tratando de explicar una situación irracional en la que un individuo concibe y trata a otro como un ser de segunda, como a un objeto. Sin darse cuenta, la protagonista de esta historia se metió un autogoooool, escupió para arriba, en primer lugar, porque se concibe como un animal, que necesita un ser humano, es decir, se plantea una relación animal-amo; en segundo, porque necesita traer una carga pesada en “el lomo” y en tercero, porque además desea que ese pesado lastre la domine y la dirija.

La protagonista carece de la menor capacidad de autocrítica. Imagínate, afirma que piensa dejar de quererlo, porque se dio cuenta de que él no merece a una mujer como ella. ¿Tú crees que una mujer que se considera una yegua, cuyo problema es que le faltó un jinete y que por lo tanto, piensa que la solución sería relacionarse con uno que “dé el ancho”, merezca un príncipe? ¿Qué no se da cuenta que aunque la yegua se vista de seda, yegua se queda? Por lo visto no. El asunto no es buscar buenos jinetes sino dejar de considerarse hembras equinas para convertirse en mujeres con dignidad y salud emocional. 

Por otro lado, cuando le dice a su esposo que dejó ir lo más valioso de su vida, ¿tú crees que a él le va a importar dejar a una yegua? Para un macho como él, eso no representa un problema, si de esas (por desgracia) todavía hay muchas. Lo único que tiene que hacer es ir a una exposición equina, o a una ganadería y asunto arreglado; mientras que ella tendría que hacer un “casting” de jinetes para ver cuál se ajusta a sus necesidades, de tal manera que el nuevo no le vuelva a quedar grande.

También le dice que no se entiende a sí mismo y que no sabe qué hacer, que lo que busca es que la mujer se someta. Entonces, sí sabe qué hacer: comportarse como un macho para abusar de las yeguas. La que al parecer no se comprende a sí misma y se hace bolas es ella, al confundir las relaciones afectivas con un lienzo charro, con una competencia ecuestre o con el rodeo. Mientras ella no active a su sabio, sólo seguirá cambiando de jinete para vivir en el mismo jaripeo.

Para rematar esta historia de síndrome equino, termina involucrando a sus hijos al afirmar que son más de ella porque le dolió parirlos, mientras él “disfrutó al hacerlos” y que además ya encontró quien se los cuide. ¿Pues no que quiere la custodia para hacerse cargo de ellos? ¿Y acaso ella no disfrutó también al “hacerlos”? En relación a este concepto de maternidad, el doctor Ernesto Lammoglia comenta: 

La única forma de trascender para la mujer ha sido por medio del sufrimiento: ‘pariendo con dolor’. Qué frustración que a una mujer, al momento del alumbramiento, le apliquen anestesia: le quitan toda la oportunidad de consagrarse sufriendo. Imagínese cómo se infla una mujer que puede decir: ‘Mi hijito, tú me costaste muchos dolores… No tienes idea de cómo sufrí para tenerte… Mírate ahora…’ Seguramente se siente mucho más madre que otra que diga: simplemente: ‘Mira, me siento muy orgullosa de que te tuve sin dolor. Me pusieron anestesia, naciste en dos horas y yo ni cuenta me di. Lloraste de inmediato y no tienes idea cómo le agradezco al ginecólogo y al anestesista. A mí no me dolió tenerte…’ Esta mujer jamás podría ganarse el premio de la “madre abnegada”.

Continúa diciendo: “Imagínese a una madre escuchando: Tu papel de madre es preparar a tu hijo para que se aleje de ti… y cuando más pronto lo logre y más independiente sea habrás cumplido mejor con tu papel de madre…’ Seguramente pondrá una expresión atónita y dirá: ¿Cómo?, y entonces ¿a qué hora me toca vivir mi papel de abnegación, de sufrimiento y de sacrificio, de la que le vela el sueño, la que lo consuela en sus fracasos, la mejor de las abuelas….? ¿Cuándo?”

La mamá tradicional, en ese afán de abnegación, ha permanecido al lado de sus hijos en las “buenas y en las malas”. Ellos pueden ser cincuentones y estar peludos y verijones, pero se reúnen con ella todos los sábados; deben “saber” que el cariño que ella les da no se los puede dar nadie… “Antes tuvieron madre que esposa…” Y cuanto más permanecen los hijos cerca de su madre, ella más siente que ha ejercido la maternidad, cuando es exactamente al revés.” (Ernesto Lammoglia, El triángulo del dolor, Editorial Grijalbo, México, 1995, p.p. 143-145).

Esta tendencia de muchas mujeres de asociar las relaciones afectivas con el sufrimiento, tiene mucho que ver con que en la Antigüedad, en diversas culturas prevalecían las divinidades femeninas, pero la ideología machista patriarcal fue extendiéndose hasta aniquilarlas y desaparecerlas para imponer las masculinas. A partir de esto los hombres se apoderaron de las instancias que promulgaban las leyes y establecían las normas, de tal manera que fueron asumiendo el poder y sometiendo a la mujer. Con el aplastante dominio de la cultura misógina, la mujer perdió protagonismo en la historia y el único espacio de trascendencia que le quedó para acercarse a la divinidad fue el sufrimiento, el cual le permitía convertirse en mártir. Por fortuna, una cantidad importante de mujeres, a través de una lucha titánica y heroica han ido revirtiendo de manera significativa este proceso para recuperar y construir su propia identidad e ir dejando atrás la que les fue impuesta por la nefasta ideología machista patriarcal.

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Comentarios

  • Me encantan tus ejemplos y análisis.    :)

  • Impresionate...es tan real como llevar el letrero durante muchos años....gracias 

  • Que buen ejemplo pones al analizar la cancion. Necesitamos mas personas, hombres y mujeres interesados en hacernos ver la problematica que planteas. Te lo agradezco mucho y siempre aprendo cosas muy valiosas de tus comentarios. Porfa hazlos con mas frecuencia.
  • Me gusta leer tus opiniones, te ponen los pies en la tierra.
    Me gustaría saber si tienes algo sobre las mamas que no les gusta serlo y dejan a los hijos a la deriva por así decirlo, que piensan, que sienten, y lo más importante, pueden cambiar de idea?
    Gracias y felicidades.
  • RUBÈN GONZALEZ VERA, ME GUSTA MUCHO LO QUE HAS COMPARTIDO EN RETOS FEMENINOS, DONDE PUDIERA CONSEGUIR TU LIBRO?? PARA SEGUIR EN ESTE CAMINO DE APRENDIZAJE. GRACIAS!!!!
  • ME GUSTO MUCHO EL ARTÌCULO. A MI ME GUSTABA MUCHO ESA CANCIÒN ME IMAGINO QUE COMO A MUCHAS MUJERES, SEGURAMENTE TENIA ALGO QUE VER CON MI VIDA. AFORTUNADAMENTE CRECEMOS, CAMBIAMOS, EVOLUCIONAMOS, APRENDEMOS, NOS METEMOS A TERAPIAS O CURSOS. PERO NO ME AVEGUENZA DECIR QUE EN EL ALGÙN MOMENTO DE MI VIDA ME SENTIA IDENTIFICADA, PUES UNO HACE LO QUE PUEDE CON LOS CONOCIMIENTOS QUE TIENE Y CON LA AUTOESTIMA CON QUE SE CUENTA EN ESE MOMENTO. AFORTUNADAMENTE CREO QUE COMO YO HAY MUCHAS MUJERES, QUE DECIDIERON VIVIR DIFERENTE, APRENDER QUE NOS HACE FELIZ Y QUE NO. Y EMPEZAR A VIVIR MEJOR. YO COMO MUCHAS AHORA SÈ QUE SI SE PUEDE, QUE ES CUESTIÒN DE QUE UNA SE DECIDA Y SE EMPODERE. AHORA EL AMOR MÀS GRANDE QUE TENGO ES A MI MISMA.
    AL CAMBIAR YO, MIS PENSAMIENTOS Y MIS ACTITUDES MI VIDA DÌO UN GIRO DE 360 GRADOS, FÀCIL QUIZÀ NO, POSIBLE SIIIIII
  • Bue día ! Ruben, disfrute mucho el articulo, me reí bastante.

    La realidad es que muchas mujeres nos quejamos en algún momento de nuestra pareja, es mas fácil hacerse la victima,que aceptar que se vive así, por elección .

    Recuerdo que el día que falleció una cantante grupera , pasaron tanto sus canciones en todos los medios de comunicación , esta situación motivo una platica con mi hija, respecto a la letra de sus canciones; le dije : esa mujer se queja mucho de los hombres , sin embargo al parecer nunca estuvo sin uno a su lado , ella elegía hombres muy parecidos.

    Te deseo una buena vida !!

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