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Hay una gran confusión entre el amarnos incondicionalmente teniendo una alta autoestima y el ser egoísta.

La autoestima es como nos percibimos a nosotros mismos, lo que creemos de nosotros, como nos evaluamos en las tareas que desempeñamos, como nos sentimos con nuestros resultado, comportamiento, cuerpo y carácter.

Dependiendo del valor que nos damos es como nos desarrollamos en nuestro entorno, por lo tanto afecta directamente a nuestras relaciones interpersonales,  a nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás.

En muchas ocasiones, nuestra autoestima depende de la opinión de otros, del valor que nos dan o del reconocimiento que recibimos de alguien mas. Y a la hora que no recibimos esto nos desvalorizamos y dudamos de nuestras capacidades y potenciales. 

La autoestima se puede desarrollar y nos permite experimentar nuestros potenciales, amarnos incondicionalmente y confiar en nosotros mismos para lograr los objetivos que nos planteamos independientemente de las limitaciones que podamos tener o se presenten, es decir, podemos tener limitaciones y a pesar de ello tener Autoestima.

Puede confundirse el buscar subir y alimentar tu autoestima con el ser egoísta.

Desde el camino espiritual, el egoísmo es otra cosa. Empieza al provocar intencionadamente daño a alguien y por consiguiente la palabra clave es dañar. Y todo daño es un obstáculo al despertar de la conciencia. Hacer daño es ser egoísta, mientras que valorarse uno mismo no es hacer daño a nadie ni ser egoísta.

El egoísmo está directamente relacionado con el grado de desconsideración por los demás ante la consecución de nuestro objetivos personales. Es decir, mientras menos nos importe dañar a otros para conseguir nuestros propósitos y más lo hagamos, más egoístas somos. Por otra parte, la autoestima es específicamente un sentimiento referido a uno mismo, que incluye confianza frente a las dificultades, respeto a uno mismo y sentirse digno de felicidad.

El procurarte, alimentarte bien, cuidar tu aspecto físico es juzgado por muchos un acto egoísta cuando es en realidad un acto de amor propio, pues no solo estas fortaleciendo tu autoestima también estas cuidando el vehículo que te fue encargado para desarrollarte en esta existencia, ese es tu cuerpo

Es mas, para poder desarrollar un trabajo espiritual tienes que cuidar y alimentar a tu cuerpo de una manera optima y consciente,

Imagínate que tienes un fusible de 20 watts y le metes una carga de 100 watts, que ocurre? Si, el fusible truena

O bien tienes un coche ultimo modelo y le metes aceite con agua al motor, ¿lo harías?

Lo mismo ocurre con el cuerpo, hay que saber como funciona, como desintoxicarlo, balancearlo, nutrirlo y cuidarlo para que su desempeño sea mejor, eso es un acto de amor no de egoísmo.

Alimenta tu autoestima, y por ende te apoya a desempeñarte de mejor manera en todas tus áreas.

Acabo de leer un libro que además de hacerme reflexionar sobre este tema, me brindó 9 herramientas practicas para poder cuidar, desintoxicar, balancear y fortalecer no solo el cuerpo sino ver la salud desde un punto de vista integral

“Detén el Tiempo” de Lupita Jones y Diego Di Marco, de Editorial Urano. Te lo recomiendo

EN CONCLUSION: Comienza a amarte incondicionalmente, a darte tiempo para ti durante el día y respetarlo; cuida lo que dices y piensas sobre tí, tu cuerpo y tus capacidades; no te juzgues tan severamente; reconoce tus logros; haz ejercicio y cuida lo que comes; desintoxica tu cuerpo y tu alma.

El no hacerlo es ser muy egoísta contigo y los que te rodean

Te amo porque se me da la gana

Andrés Portillo