Publicado por Martha Chapa el 1 de Noviembre de 2010 a las 1:38pm
Un personaje ligado de modo indisoluble a la poesía, a las letras, a los libros.Pero también vinculado estrechamente a la vida, con tonos antisolemnes, alegría de existir y sentido del humor.De él sabemos que desde su niñez lo sorprendió la vocación literaria, misma que en su juventud generó sus primeros poemas.Esa temprana y luego duradera inclinación hacia la palabra impresa lo llevaría hacia las nobles tareas del editor.Así, junto a otros destacados escritores o intelectuales –entre ellos Leopoldo Zea y José Luis Martínez– fundó revistas culturales, como Tierra Nueva y realizó una fecunda labor que se extendió a otras publicaciones, como El hijo pródigo, Letras de México o el suplemento México en la cultura.En las páginas de estas publicaciones quedaron registros importantes de otros grandes hombres de letras de su generación, a la vez que se abrían generosamente espacios para los escritores jóvenes que iniciaban en aquellos años su obra y que con el tiempo llegaron a brillar.Su trabajo durante casi medio siglo en las ediciones del Fondo de Cultura Económica constituyó, asimismo, una labor decidida, acuciosa, entregada, altamente meritoria.En especial nos queda hoy su obra poética, que si bien está plasmada en pocos libros, representa un puntal en las letras mexicanas contemporáneas.Ahí están Páramo de sueños, Palabras en reposo, Imágenes errantes.Tuve el gusto de conocerlo a través de su esposa, la destacada promotora de las artes plásticas Lourdes Chumacero, a quien ahora también recuerdo fraternalmente, pues de ella –y también de Alí– recibí muchas atenciones y gentilezas amistosas, además de que su galería me ofreció ese espacio esencial para exhibir mis pinturas cuando iniciaba mi actividad como artista, allá por los años setenta.Construimos una amistad que se extiende hasta nuestros días a través de su familia, hija e hijos, y que mantuve con el propio Alí, al que siempre recodaré como un ser humano bueno, leal y vital, que deja una obra tan valiosa para la literatura mexicana del siglo XX, realmente imperecedera, esencial y, diríamos, de amorosa raíz.A lo largo de su vida cultivó la amistad y eso se hizo más que evidente ahora que muchos, muchas estuvimos presente a la hora de su despedida en torno a sus sentidos poema, sus anécdotas, sus decires.Queda para las generaciones del presente y a las del futuro esa grata asignatura de seguir leyendo o releyendo al gran poeta, amigo de los libros y de la vida, que transita plenamente de un siglo a otro.
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Querida Martha: A través de tí tuve el privilegio de conocer a Alí, en un maravilloso viaje que hicimos por Tabasco, lo recuerdas? Y en esos días fue delicioso escuchar su plática siempre inteligente, animada, profunda. Recuerdo que le platiqué de mi tesis de etnohistoria sobre Manuel Lozada, "El Tigre de Alica" en Nayarit. El, oriunda de la zona y gran conocedor de este periodo del siglo XIX, mostro mucho interés,así que un día pude llevarle mi tesis, gentilmente la estuvo revisando, me sacó libros muy interesantes y tuvimos una interesantísima plática que para mí fue un deleite y que siempre la recordaré como un gran regalo.
Maravilloso hombre, talentoso poeta, gentil caballero...un gran valor del panorma cultural de nuestro país, que estará ahora tomando café con otros grandes que recientemente se nos han ido. Gracias a tí, querida amiga, por tanto que tengo que agradecerte....
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Maravilloso hombre, talentoso poeta, gentil caballero...un gran valor del panorma cultural de nuestro país, que estará ahora tomando café con otros grandes que recientemente se nos han ido. Gracias a tí, querida amiga, por tanto que tengo que agradecerte....