Hola amigas:Quiero contarles algo personal... tengo una adicción y me acabo de dar cuenta. Comencé como todos empiezan meterse, por curiosidad, por ver qué era lo que hacía a los demás entrar en ese mundo. Al principio, fue de poco a poco, una vez al mes, luego una cada quince días, cuando pasaba por aquel sitio solitario donde yo sabía que se podía acceder a eso que nunca había experimentado. Y gradualmente me fui involucrando, primero con cosas livianas, que no representaban mayor complicación, hasta caer en lo duro y fuerte, que hizo muchas veces que me doliera mi cabecita en crecimiento.Veía a mi padre, que para ese momento ya estaba totalmente enviciado, acabar con uno tras otro, preguntándome cómo era posible que haciéndolo encontrara placer. A veces lo veía reir extasiado, otras, con un gesto adusto en el rostro. Mi primera vez, fue con algo que él había consumido hasta sentirse satisfecho y dejó olvidado a un lado del sillón de la sala, ese que tenía cojines adornados con figuritas de frutas.Comencé a adentrarme en ese mundo desconocido. Mi mente infantil, para entonces apenas si podía organizar apropiadamente un par de palabras, y sin embargo, cuando lo hacía, viajaba por todo el universo, de pronto dejaba de ser Ana Kennia, y me convertía en Helena de Troya o en Rosa Luz Alegría, dependiendo de qué tan fuerte fuera aquello.Algunos de mis amigos me lo advirtieron "te estas volviendo rara, ya no sales a jugar y te la pasas por los rincones" y yo inocentemente no pensé que esto fuera a volverse un problema. "Puedo controlarlo, además cuando yo quiera lo dejo y ya" pensaba; grave error, de pronto las noches se hicieron días, no podía abandonar ese hábito, sin ver totalmente agotada mi fuente de satisfacción, y cuando por fin lograba dormir, cambiaba la historia en mis sueños. Examinaba inquietamente el qué hubiera pasado si Pancho Villa no hubiese tenido 27 mujeres, buscaba pistas perdidas sobre el supuesto descendiente del Emperador Maximiliano, y hacía un escrupuloso perfíl psicológico de la Güera Rodriguez. Pero también elucubraba conjeturas acerca de la vida privada de Guillermo Ortíz Arana, y razonaba en los motivos por los cuales el partido oficial siempre era reelecto.Ayer toqué fondo, me dí cuenta de esta adicción cuando salí del establecimiento con 2 bolsas en las manos, porque una sola ya no me es suficiente. "Te espero pronto" me dijo mi proveedor "la semana que entra llegará mercancía nueva, de primera calidad... ¡de la que te gusta!" y sonrió diabólicamente seguro de que a primera hora estaría yo ahí para corroborar que sí fuera de primera. Siempre lo hago, desde la primera vez que llegué con un par de monedas doradas de a cien, a los 7 años, preguntando para qué me alcanzaba.¡Oh si! estas bolsas contenían un ejemplar de la revista PAF, esa que sólo los contadores conocemos, que incluía los cambios en la legislación del IETU, un periódico que se jactaba de tener la reseña completa de la muerte de Nacho Coronel y también de su sobrino; un título que resulta una novedad en el mercado, "La tragicomedia del foxismo", con frases tan geniales de nuestro ex presichente como esa que dice "Simplemente denme un producto, ya sea la democracia o el estado de Guanajuato, una botella de Coca-Cola o una caja de brócoli y estaré dispuesto a vender". Y no conforme con mi propio vicio, un par de libritos ilustrados para mis pequeños... que todavía no aprenden a leer. Apenas si me obligué a llegar a mi casa para poder subsanar mi crísis de abstinencia.Señoras, tengo que reconocerlo: soy Ana Kennia y tengo un problema, soy adicta a la lectura. Aunque si he de ser honesta, este es un mal del que no deseo recuperarme.
Bravo, muchos quisieran tener esa adicción, muchas personas somos adictas y muchas nos recuperamos en cuanto tenemos el libro en la mano, pero cuidado que esto puede contagiarse, y asi mi hijo ahora está totalmente contagiado, uauhh. que bueno.
Es una adicciòn,de la cual deberiamos cintagiar a amigas(os), hijos pareja, etc, porque aparte de que nos deja conocimiento, alimenta nuestra imaginaciòn, y llevar un libro en la mano es una excelente compañia, gracias por compartir estas lineas.
ja ja ja gracias Ana por siempre compartirnos en esta comunidad esta adicción es necesaria en nuestro país pero urge!!!!! Felicidades por ello y la comparto contigo.
Saludos y Feliz Domingo!!!!
Analaura
Comentarios
Bravo, muchos quisieran tener esa adicción, muchas personas somos adictas y muchas nos recuperamos en cuanto tenemos el libro en la mano, pero cuidado que esto puede contagiarse, y asi mi hijo ahora está totalmente contagiado, uauhh. que bueno.
Saludos y Feliz Domingo!!!!
Analaura