Recetas para la vidarecetas
La semana pasada presentamos este tema el cual tuvo un buen impacto, sin embargo y gracias a algunos comentarios, me di cuenta que no estaba clara la explicación que se dio, así que sentí la necesidad de exponer con más profundidad este concepto.
En realidad, una persona parasita sufre de una condición que se puede llamar como el síndrome de “yo merezco todo” o mejor dicho “yo tengo el derecho a todo lo que yo deseo aun si no es mío.” (Después de todo pobrecito de mí, yo hago tanto y nada me sale bien….)
Este síndrome los hace ser personas egoístas que no tienen límites y que insisten que ellos tienen el derecho de pedir y en algunos casos de exigir. Contra de eso es muy difícil pelear ya que sus carencias los convierten en personas prepotentes y muy sinvergüenzas.
Desafortunadamente estas personas atacan más a la gente que tienen cerca y que saben que tiene un lazo emocional con ellas, así, garantizan que lo que ellas pidan, de alguna manera lo van a recibir, a pesar de que sea por las malas, cosa que en realidad a los parásitos ya ni les importa, ellos se enfocan a conseguir su objetivo, los medios ya no les son relevantes.
¿Qué hacer entonces con este tipo de personas?
Lo más importante que estas personas nos brindan es una oportunidad valiosa para aprender. Cuando veo con mis propios ojos lo que otra persona hace y me molesta, independientemente que se sabe no está bien, reconozco que es una conducta incomoda, y negativa. Por lo tanto aprendo que eso no se debe de hacer y veo las consecuencias quee deja ese tipo de comportamiento.
Así las personas paracito son los mejores maestros que nos vienen a ensañar que la vida no nos debe nada, si tenemos la necesidad de algo tenemos que trabajar y luchar por él. Nadie tiene la obligación de darnos nada.
Por otro lado, este tipo de personas también nos brinda la oportunidad de aprender a protegernos y a poner límites. No todo se puede dar, aun a las personas que queremos. Personalmente no se puede estar bien si uno no se respeta a sí mismo.
Es bueno ayudar a otros, apoyar, hasta dar cuando se puede pero siempre y cuando la persona a la que se ayuda reconozca y agradezca la ayuda, no cuando se confunda y se trate de que es la obligación de uno estar ayudando.
Desafortunadamente como la palabra dice, una persona parasito, puede terminar absorbiendo todo lo bueno que la otra persona tenga, y lo peor de todo, es que no solo se lleva lo mejor dejando un gran vacío, además, no siente pena y lo peor, es que cuando se les pide ayuda de regreso o un favor, ellos nunca responden. Después de todo no es su obligación, ellos tienen derecho a todo.
Mucho cuidado, mejor hay que rodearse de gente sana y nutritiva emocionalmente, así la vida sabe mejor.
La receta para ser una major persona, esta en el sito www.recetasparalavida.com
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