Hubo un diálogo que me llegó a las entrañas. Decía Martín, esposo de duras capas y renuente a dejarse amar, a su esposa Sofía. – Contamos hasta fin de mes con $600.00 para todos!- Sofía, mujer de ideas creativas y amante de la vida, contestó después de una breve, muy breve pausa, - bueno, pues vayamos al cine! Confieso que para mi hubo una ambigüedad de emociones. Por un lado un sensación de ¡cómo se le ocurre decir semejante idea sabiendo que no hay dinero en la familia!; pero también hubo otra sensación, de ¡ pues claro, váyanse a disfrutar!.A fin de cuentas esos $600 no los iban a hacer ni más ricos ni más pobres, el refrigerador estaba lleno y esos 600 pesos no alcanzaban para pagar las deudas de tarjetas, del coche, de la colegiatura y la renta, pues mejor aprovecharlo y disfrutar!.
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Volvió a su casa, casa rentada, vio mas amigas desde la entrada. Le dio a Francisco con que jugar, barrio los pisos, tendió las camas, se vio al espejo, miró las canas, junto a las cosas de cocinar. Cortó las papas las puso al fuego, y a la manteca la hizo chillar, ahora lo crudo se ha transformado, estaba listo para comer. La casa entera tiene otro ver, de nuevo listo pa’ ser usado. Puso la mesa, sirvió a los niños, cambio pañales, corto los panes, limpio de nuevo mesa y concina, le dio a Mercedes la medicina. Pidió su turno en los lavadores, talló vestidos y pantalones. Miro la ripa tendida al sol, como si ayer no se hubiera hecho. La misma friega todos lo días, se caminaba de nuevo el trecho, sintió la vida como prisión, se me escapaba todo lo hecho.
Cruzo palabras con sus vecinas, hubo sonrisas en formación, toda la raza en su cantón, se las arregla con el trajín. Siempre mujeres, cumpliendo con sus oficios que se entretejen sin tener fin. Ser costureras, ser cocineras, recamareras y planchadoras. Ser enfermeras y lavanderas, también meseras y educadoras, muy diligentes afanadoras; a sus familias las dejan listas, rumbo a la escuela o a hacia al trabajos, para que puedan checar las listas. Se daba cuenta de sus afanes, y delos fines sabia un carajo. Para ellos siempre la vida es seria, pero se ahogaban en la miseria.
Se fue derecho para su vida, siempre pensando, '¿plancho la ropa, todo lo roto dejo zurcido?´', tenia un momento pa’ descansar. Se abrió la puerta y entro el marido también molido de trabajar. Puso la mesa, sirvió la sopa, para quejarse no abrió la boca, se rieron juntos y platicaron. Se hablo de niños y de dinero, de las vecinas, de algún dolor, de los camiones y del patrón. Lavo los trastes, tiro basura, limpio a los niños, cambio pañales. Como aire que entra por la ranura, los dos jugaron con su ternura. Le dio la vuelta a la cerradura, y olvido de pronto todos sus males. Se va la vida, se va al agujero, como la mugre en el lavadero."
Facilitadora Desarrollo Humano
Comentarios
Cara y una gran reflexión, la vida se va como agua y lamentablemente hay veces que no nos damos cuenta de ello. Vivamos la vida en este momento con lo que tenemos con hacemos con la gente que esta a nuestro lado y pensar en el futuro ni en el presente, es tan simple la oportunidad que tenemos de vivir que la complicamos demasiado. Gracias