A UNA MUJER ENAMORADA DE LA PASIÓN

No dejemos que nuestras almas callen, como almas cansadas de deseos

EL PERRO VAGABUNDO

Te aguarda con besos, el cuerpo que se educó con recuerdos y mimos

Te espero encadenado a la impaciencia árida, de una vida sin amor

No pierdo las esperanzas de compartir el paraíso y la tierra, contigo

Querer no es besar con la intención de clavar el aguijón y alzar el vuelo

Esta noche deseo cabalgar como olas embravecidas, tu ardoroso vientre

Concibo la libertad como la expresión amorosa que envenena mis venas

No entierres tus suspiros en esas arenas que no laten cuando se arden

Me desespera imaginar nevada la rosa y la locura que asesina del hielo

Me duele actuar como la olvido de los recuerdos que se visten y se van

Confirmaré al despertar que son indestructibles las huellas del huracán

Tus besos borraron el maltrato de los silencios y del dolor de las suturas

Gozo como un sembrador de sueños, la sed de los labios de tu carne

Nunca pude aprender a olvidar el aroma ni el camino a tus melosidades

Mi tristeza se acostumbró a las esperanzas sanadoras de las primaveras

No hablamos los enamorados de rosas o claveles, sino de sitios lúbricos

El enamorarnos es más que una época de apareamiento y goce pagano

Se me pasó la vida entre el dolor, los desencantos y buscando un amor

No quiero volver a vivir espejismos que se roben a nuestras ilusiones

Mi vida y mis besos exigen una mujer, que sepa volar como las cartas

Mi corazón se imagina haciendo realidad, tus esperanzas sin espinas

Héctor “El perro vagabundo” Cediel  2010  hcediel2@hotmail.com