Este año ha cobrado un significado especial no solo a nivel personal, sino también en el ecosistema emprendedor mexicano, en particular en la red de alianzas y colaboraciones que desde mi trinchera he podido construir y procurar.
Hemos tenido retos en diversidad de temas, desde la reducción de la brecha digital, inclusión financiera, sensibilización sobre igualdad de género, sostenibilidad de proyectos productivos y sus encadenamientos comerciales y posicionamiento en mercados locales y extranjeros. Todo ello en contextos sociales, económicos y culturales particulares de las regiones atendidas del país.
La promoción de la cultura del emprendimiento y en particular del emprendimiento femenino es una puerta a la promoción de la autonomía económica de las mujeres, a su empoderamiento y una apuesta al fomento del desarrollo sostenible de familias y comunidades.
En esta ocasión va un agradecimiento y reconocimiento a las más de 2,300 mujeres que a través de los proyectos de inversión social en México en materia de emprendimiento femenino pude liderar durante este año. Su tenacidad, perspectiva y fantasía armonizadas me dieron las bases para un trabajo fecundo; su creatividad e inspiración me reconfirmaron que mi labor aún tiene un gran camino que recorrer.
Cada mujer que fue parte de los modelos de intervención y logró transitar una ruta de empoderamiento económico, es sinónimo de resiliencia, ejemplo de pasión y acción, es una muestra de que en este país se necesita visibilizar cada vez más el talento femenino, de reconocer sus méritos y de que la igualdad de género es una tarea de todos y todas.
Invito a los actores involucrados en el sector público, privado, sociedad civil y del medio de emprendimiento en México a sumar esfuerzos, a fortalecer las vinculaciones, a impulsar a las mujeres a través de la oferta de servicios de asesorías, mentorías, capacitaciones, etcétera.
El 2022 traerá consigo la necesidad de poner en todas las agendas la atención y puesta en marcha de acciones en los temas de género. Una verdadera participación de la mujer en la economía del país se logrará involucrándola en la toma de decisiones en esas agendas, en hacer valer su voz y sus derechos.
Gracias a todas las emprendedoras mexicanas por su valentía, porque en estos tiempos de incertidumbre y cambios continuos en los ambientes de negocios, han persistido y creído en sus propios proyectos, pero sobre todo han creído en ustedes mismas. Gracias porque con su trabajo han sostenido además de su propia economía, la economía de una región y han participado de la economía nacional. Su ejemplo, es un ejemplo para más mujeres que están en este camino.
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