En cuatro minutos y fracción que dura el video de Reporte Índigo: La fiesta de los “dipu-tables”, queda plasmada la vigencia del paradigma masculino tradicional, hegemónico, machista; “masculinidad tóxica”, lo llama el experto en vínculos humanos, Sergio Sinay, quien advierte, con suficiente evidencia, que en las últimas dos décadas el mandato tradicional de la masculinidad, con su carga tóxica y perversa de machismo, no sólo no ha retrocedido, sino que se ha acentuado en los planos en donde se juega el destino colectivo (en la política, en los negocios, en la cultura corporativa, en la economía, etcétera).
El video expone a hombres de la política rodeados de mujeres jóvenes contratadas en “dos clubes nocturnos muy populares en la costa de Jalisco”, según la fuente periodística, y se convierte en una evidencia más de la afirmación de Sinay.
Hombres de cuatro, cinco y seis décadas, con canas, arrugas, panza, poco cabello, lo mismo que habilidades para el baile y la seducción juegan a, parafraseando a Ska-P, politiquear y galantear en un circo caótico, dramático, patético. Juegan como adolescentes calenturientos e irresponsables (de esos que podemos ver diariamente producto de la falta de guía y de educación, aunado a la vigencia de modelos masculinos empobrecidos), juegan a prolongar la juventud estruendosa, a conquistar mujeres mediante el poder, no por medio de habilidades sociales.
Las escenas dejan al descubierto esa parte del paradigma masculino tradicional: una sexualidad carente de creatividad, erotismo, sensibilidad, empatía, sentido y humanidad. Dejan ver hombres incapaces de sacudirse ese legado sexual vacío de contenidos emocionales, de deseo, de consideración por la mujer como persona, como semejante, como prójimo, del que habla Sinay.
Hombres que durante el día son responsables de generar las condiciones para evitar la trata de personas, pero que por las noches compran o rentan cuerpos femeninos dizque para sacudirse el esfuerzo que su trabajo les provoca, contribuyendo, de esta manera, a la generación del problema que tratan de prevenir y erradicar, y que existe justo gracias a la presencia de consumidores.
Hombres cuyas réplicas a lo que el video muestra consisten, solamente, en aclarar que la fiesta fue fuera de su horario de trabajo, que fue un evento particular y privado, que se investigará el origen del video; reacciones, además, predecibles, irresponsables y disociadas, como sólo la masculinidad tóxica puede hacerlo.
Comentarios
Esto ha existido desde siglos antes, no me asusta lo que indigna es la actitud de supuestos ejemplos de la sociedad y como mujer me entristece que por dinero se presten a rebajarse de esa manera, claro que hay hombres que no lo aceptan pues conozco varones con principios que han pasado por ésto por parte de su pareja. Buen artículo pero difícil de acabar con esta lacra.
Evila Gomez Torres, yo creo que es al revés: existen "vendedoras" porque existen compradores. Si ellas tuvieran otras opciones laborales bien remuneradas optarían por algo mejor que abrazar a hombres que no conocen, que no les gustan, que las tratan como objetos.
Me da mucho gusto que haya sido un hombre quien escribiera este artículo. Esto me ayuda a retomar la confianza de que hay hombres distintos. Gracias Gaudi.
Bueno y las mujeres?, que pasa con las feminas, por que aceptar ese trato? si hay comprador es porque hay vendedor o no?
Realmente vergonzoso.