Mi querida amiga Laura:
Qué preciosa la presentación de tu libro. Me despertó las ganas de leerlo y llegandito a mi casa me sumergí en él. El tema me pareció tan fascinante como actual. Claro que en México, como tú lo dices, todas somos Lupitas, algunas más agraciadas y con mejor destino que otras, pero al fin y al cabo Lupitas. También me impresionó cómo muestras, con realismo y sensibilidad, el problema del alcoholismo, que por desgracia ha ido en ascenso entre las mujeres y parece constituir una pandemia derivada en muchos casos de situaciones adversas que nos agobian. Y, claro, estoy muy de acuerdo contigo en que la violencia llegó para quedarse.
Qué ni qué: como te ven te tratan, y el dinero y el poder se han tornado ejes de nuestra sociedad, donde es evidente la pérdida de valores sociales, ya no digamos valores espirituales. Porque, ni duda cabe, la injusticia, el desamparo y la impotencia son el pan de cada día y cada vez se cierran más las posibilidades de encontrar soluciones. Por eso los falsos escapes, como el del alcohol y las drogas, que al principio son una forma de olvidar para luego te convierten en su esclava y te arrastran hasta la decadencia y muchas veces a la muerte.
Me siento muy orgullosa de que tengas esta capacidad narrativa y créeme que vas a llegar a conmover a tus lectores aún más de lo que ya lo has hecho con tus obras anteriores (desde la espléndida Como agua para el chocolate), pues a Lupita le gustaba planchar, pero también estaba involucrada con otras tantas cuestiones. Porque, dime, en este país cuántas mujeres no ha perdido un hijo de una u otra manera, cuántas no han sido abandonadas por el marido, ya sea debido una mujer más joven o alguna más seductora –que refleje en su espejo al hombre, como decía Virginia Woolf, del doble de su tamaño real– o hasta por una más adinerada, y por desgracia casi siempre son espejismos y falsas salidas.
Estoy de acuerdo contigo en que Lupita llegó al lugar equivocado en el momento equivocado; sin embargo, esta circunstancia, con todas las vicisitudes que implicó, le imprimió un rumbo especial a su vida, pues se encontró ante la obligación de desentrañar el misterioso crimen y, por supuesto, como es de esperar, de develar todos los intereses políticos, la corrupción y el narcotráfico que están íntimamente ligados. Tu novela sí que retrata a una antiheroína, a esa Lupita que no fue muy bendecida físicamente y a quien no le ha ido demasiado bien, pero que nos da grandes lecciones de vida. En México muchas intentamos “curarnos”, no siempre de alcoholismo, pero sí de algún mal o de muchos males que nos aquejan, emanados de una modernidad que nos ha traído incontables exigencias, que nos obliga a ser fuertes, casi invencibles, y no pocas veces nos conduce a la explotación. Y donde menos lo esperamos están esos seres de luz que, en el fondo, nos apoyan y protegen.
Lupita es una mujer protagonista del siglo XXI a quien no sólo le gustaba planchar, como dice el título de tu novela, sino también tomar sus copitas de vez en cuando, bordar, bailar, hacerse preguntas profundas sobre la existencia y, por supuesto, trabajar intensamente. Todo un icono de la mujer mexicana, valiente, enjundiosa, guerrera. Porque, claro que las hay, unas con pistolas y otras sin ellas, pero que se defienden, en lo individual y en grupo, desmintiendo en los hechos el refrán que dice “mujeres juntas, ni difuntas”. Tu libro derrumba ese dicho y revela que en realidad existe una solidaridad femenina, expresada a través de la amistad o la complicidad, y que a veces se convierte en un gran refugio. Y lo que me parece más importante es que nos das alientos, una esperanza de refrendar que existe el amor, el perdón, y que sí es factible que esta sociedad sane y que los problemas más grandes, como son los intereses del poder y la corrupción, pueden ser vencidos.
En síntesis, una obra que plantea que existen la oscuridad, el narcotráfico, los asesinatos, las extorsiones... y, sin embargo, a fin de cuentas se imponen la luz, el amor, la esperanza, el perdón, la salvación.
Una vez más nos sorprendes, aunque en el fondo diría que no debemos sorprendernos porque estamos seguros de que tus propuestas siempre son originales y comprometidas.
Enhorabuena, Laura, te felicito por tu calidad literaria y porque denuncias problemas políticos y sociales de nuestros días una manera soberbia. Recibe, entonces, mi cariño y mi reconocimiento, que se acrecientan conforme más te conozco y te leo.
Como ven, lectores, lectoras, estuve en la presentación del libro A Lupita le gustaba planchar, de mi querida y admirada amiga Laura Esquivel, y confirmé de nueva cuenta su talento e intuición para la literatura. Se los recomiendo ampliamente.
Comentarios
Gracias Martha con esta introducciòn me intereso mas leer el libro.
Gracias por la sinopsis, creo que no solo en mexico existe Lupitas que les gusta planchar, tambien ezstamos las Lupitas que salieron de su pais por seguir al hombre amado a una mejor vida, y aun teniendo todo el confort de la Europa, y los derechos "siempre " respetados, hay el sentimiento de soledad y a veces de discrimacion. Pisando Mexico ire a comprar el libro, Merci